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Cómo la moda puede cambiar los paradigmas de la sociedad enfocado a la sustentabilidad

Por Kassandra Torres

Cuando escuchamos hablar de la industria de la moda, rápidamente se vienen a nuestra mente imágenes de pasarelas, lujo, modelos y Anna Wintour paseando con un café en la mano, mas detrás de este concepto de moda también se encuentran imágenes de hambre, abusos, impacto ambiental, derechos laborales y un sinnúmero de problemáticas sociales a su alrededor.

Todo lo que escuchamos acerca de la moda crea un discurso negativo que hace parecer que estar involucrado en la industria es malo para nosotros. Se nos dice que la moda es superficial, irresponsable y mala para el medio ambiente, que no nos ocupamos de nuestros propios trabajadores y el negocio está lleno de explotación. Estamos acusados ​​de propagar comparaciones sociales e incluso cuando discutimos la diversidad e inclusión se dice que lo estamos haciendo solo porque es una tendencia.

Entonces, ¿qué es lo bueno de la moda, esta industria aparentemente frívola, derrochadora y mortal?. Es una pregunta importante que me cuestiono regularmente y que me hace ser optimista para el futuro de nuestro planeta. Reflexionando he llegado a estos puntos:

Aunque la psicología no ha pasado mucho tiempo creando evidencia para respaldar las conexiones entre la moda y el bienestar, solo basta con examinarlo desde una perspectiva individual para darnos cuenta que a través de la forma en que nos vestimos podemos experimentar placer y darnos un sentido de identidad propia.

Por otro lado, si bien la educación es un fomentador de conocimiento que invita a la expansión de ideas, no es el único ámbito para hacerlo, la moda sin duda es un catalizador de cambios de pensamiento y creador de incertidumbre que deberíamos voltear a ver más seguido y sacar provecho de ello.

Siendo realistas, el poder de las imágenes de moda es muy grande y es una herramienta que utilizándolo de la manera adecuada puede llegar a cambiar el mundo. Probablemente hoy no se logre un cambio notable pero dentro de una década muchas de las cuestiones abordadas actualmente habrán creado un cambio en la percepción del usuario. Sin embargo, una imagen que excluye o fomenta un mal hábito, de igual forma persistirá en la mente de quienes recibieron dicha información.

Las pequeñas empresas de moda colectivamente forman una poderosa fuerza global, y son tan esenciales para un sistema de moda como las grandes empresas que dirigen los mercados. Gracias a estas pequeñas marcas la moda puede mejorar en gran medida la calidad de vida de los individuos involucrados en la cadena de suministro debido a la creación de empleos.

En la actualidad, la idea de éxito en la moda es producir cada vez más y generar más ganancias, en lugar de imaginar un nuevo papel para la moda en la sociedad. ¿Pero qué pasaría si ese imperativo se diversificara?

Cuando la satisfacción de las necesidades humanas se usa como un contexto para el diseño de moda, la noción del consumidor se inclina al lado de la sostenibilidad. Por un lado, la satisfacción que se genera sin “comprar de más” tiene el potencial de reducir la necesidad de consumir. Esto trae consigo nuevas oportunidades de negocio como lo empezamos a ver con la marca Patagonia, que ahora emplea a más de 40 personas ofreciendo el servicio de reparaciones para sus clientes.

La moda tiene una capacidad particular de dirigir acciones futuras; Gran parte del trabajo del diseñador de moda se centra en los dos siguientes años, por ende la sostenibilidad es también sobre el futuro, a lo largo de períodos incluso más largos de tiempo. Por lo tanto las escuelas de moda son parte fundamental del futuro de la sociedad, mientras los estudiantes estén diseñando para una próxima temporada, también tendrían que estar creando toda una cadena de suministro de modo que no se comprometa ninguna vida o bienestar ambiental. Cuando suceda esto estaremos hablando de un futuro consiente.

Es necesario reconocer la capacidad de la moda para imaginar nuevas posibilidades, que de la mano de diferentes industrias nacerían soluciones potenciales. Para resolver los desafíos que enfrentamos necesitamos muchos campos trabajando juntos en soluciones unificadas. Necesitamos abordar la economía como un problema de diseño y el diseño desde alternativas de ingeniería.

Es cierto que el impulso incesante de cambio en la moda ha causado muchas problemáticas, mas sin embargo su capacidad de renovación es una de sus más grandes fortalezas. Es hora de resaltar y amplificar las cualidades generativas en ella porque creemos en un futuro en el que el éxito pueda medirse no sólo a través de ganancias financieras, sino también a través de la innovación tecnológica, el intercambio y aumento del conocimiento y el progreso social y ambiental.

Instagram: @Kasstorress

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