No recuerdo cuándo fue que decidí dejar de utilizar un sostén, sólo sé que me sentía libre y más cómoda al no traer uno puesto. Enseguida hubo una respuesta en mi casa acerca de esta decisión; fue algo más o menos así: “¡¿Estás loca?! ¡Ponte algo niña!, que todos te van a estar viendo.” Era indecoroso, según mis padres, que yo caminara por la calle enseñando de más. En mi cabeza no tenía sentido cómo podía estar enseñando algo al mismo tiempo que lo cubría con ropa. Se me hacía menos natural esconder mis pechos detrás de una gruesa capa que daba una forma “ideal” nada parecida a la realidad de las boobs. Escuché mil y un razones por las cuales las mujeres no debían andar en público sin un sostén, Estás tentando a los hombres / Te ves como una cualquiera / Sólo quieres llamar la atención; y otras mil razones de porqué era malo dejar de usar bra, Se te van a hacer aguadas / Necesitas el soporte para tener buena forma / Se ven mal así solitas. Más y más comentarios ridículos y opiniones no buscadas. Fue una lucha constante entre hacer lo que yo sentía correcto y cómodo, a lo que la gente opinaba o como se comportaban a mi alrededor.
En el 2015 se dió un auge en el movimiento conocido como “Free the Nipple”, el cual se enfoca en dar equidad, empoderamiento y libertad a todos los seres humanos a través de una declaración tan sencilla como lo es la censura del pezón femenino. Antes de eso ya se había vivido un parteaguas de libertad femenina en donde una de las tendencias en la moda fue el no usar brassiere. Se comenzó a dejar claro que el cuerpo femenino y todo lo que éste significa le pertenece a su portadora. Y aunque se sigue combatiendo un estigma sobre la mujer y su cuerpo en la sociedad, tener a la moda como aliado ha logrado levantar la voz de muchas personas por el bien de la equidad.
El no usar brassiere puede significar algo tan sencillo como comodidad y a la vez algo tan grande como permitirte ser dueña de tu propio cuerpo. Personalmente creo que es ridículo llenar de pecado a una parte tan natural como son los senos o pezones. Es difícil, a las mujeres se nos cataloga y juzga mucho por la manera en que mostramos nuestro cuerpo; la realidad es que como país vivimos en una sociedad que sigue teniendo una cultura cerrada y un tanto machista. Se enjuicia a la mujer por empoderarse de su físico, mientras que en la sociedad se ve normal el sexualizar y catalogar incorrectamente un órgano. Parecería algo tan sencillo salir a la calle sin ser acosadas, evitando miradas lujuriosas o hasta de disgusto, comentarios inapropiados, y muchas otras cosas que son una realidad inevitable de lo que se vive día a día.
Nunca pensé que una decisión tan pequeña me haría ver un mayor panorama sobre las repercusiones que las mujeres aún vivimos en el mundo. No es sencillo cambiar una manera de pensar que ha sido establecida por siglos, pero es importante recordarlo y estar conscientes de ello.
Por último los dejo con esto, todos formamos nuestro propio camino y en él encontraremos batallas y gloria. El camino hacia dejar de usar bra es inexistente y cada quién decide qué tanta importancia se le da a una decisión por más sencilla que parezca.
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