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Man up!: Masculinidad tóxica

Por Cinthya Roura

¿Qué es lo primero que viene a la mente de una persona promedio cuando piensa en un hombre? Seguramente imagina a alguien fuerte, independiente, dominante, autónomo, poderoso, proveedor, racional, protector, rudo, competitivo y sin debilidades o sentimientos. ¿Te suena familiar?

Así como el racismo, sexismo y la homofobia, la masculinidad tóxica es un constructo social. Si analizamos la historia de la humanidad,  cada una de estas “ideologías” ha sido reforzada o en su caso refutada por la sociedad dependiendo de la época en la que ésta se encontraba. Lo que muchas veces no nos damos cuenta es que gran parte de lo que comprende nuestro imaginario colectivo es producto de los medios que consumimos en nuestra vida diaria. Es así como a lo largo de los años los medios han funcionado como un gran catalizador en la aceptación o negación de los comportamientos presentados en la programación en cada uno de ellos.

De esta manera al ver series o películas en donde el personaje principal masculino es un ser hipersexual, violento y carente en el aspecto emocional automáticamente generalizamos y asociamos este tipo de comportamientos con el sexo masculino para finalmente normalizarlo. Todo esto resultando en el desarrollo de una masculinidad tóxica.

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Recordemos la campaña “Te hace falta ver más box” de Tecate. En sus distintos spots publicitarios mostraba a hombres en situaciones que iban desde cantar en la regadera, ver una comedia romántica hasta simplemente tener frío en un día de invierno. Las escenas eran interrumpidas por Sylvester Stallone, quien castigaba la acción en proceso diciéndoles a los protagonistas “te hace falta ver más box”. Podemos inferir que la frase implicaba que los hombres en cuestión estaban cayendo en comportamientos “femeninos” y que el “ver más box” los haría más hombres. Así como esta campaña publicitaria hay muchísimas más que perpetúan este estereotipo del “macho” y por consiguiente reprimen cualquier otro rasgo de la personalidad que no vaya asociado al mismo.

¿Qué pasa entonces cuando los hombres no cumplen estas expectativas sociales? o peor aún, ¿qué pasa cuando sí las cumplen? En cualquiera de los dos casos estamos enfrentándonos a hombres que no saben cómo expresar sus sentimientos de una manera saludable, hombres que han vivido reprimiendo emociones por miedo a ser vistos como “menos hombres”. Esta falta de comunicación y/o expresión podría ser considerada como factor determinante en estadísticas como aquella que menciona que los hombres cuentan con una tasa de suicidio al menos tres veces más alta que la de las mujeres.

La masculinidad tóxica es un tema que nos afecta a ambos sexos, es responsabilidad de todos el prestar atención a nuestras actitudes y a la manera en la que nos relacionamos porque, muy probablemente y sin darnos cuenta, perpetuamos estereotipos. Al final del día todos somos personas distintas, con derecho a tener una identidad propia y libre de cualquier constructo social.

Instagram: @Cinthya.roura

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