El inicio de año es mi favorita de todas las festividades. El año nuevo para mí es todo un ritual, es un momento de introspección, de concentrarme en mí y poner en papel las metas que quiero lograr. Cada año es una oportunidad de comenzar de 0, es el sentimiento de saber que existen nuevas oportunidades para convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Por otro lado, hace unos días me encontraba leyendo un artículo que me dejó pensando en mi hábito de guardar la ropa más bonita y adorada que tengo para jamás usarla. ¿Sabes de lo que hablo? Estoy segura qué no soy la única a la cual le sucede este fenómeno raro. Consiste en la acción de, entre mejor guardado y perfectamente doblado o colgado en mi clóset, mejor el sentimiento de felicidad. Como si aquellas prendas no merecieran ver la luz del sol sobre mi cuerpo por lo lindo que son. ¡No se fueran arrugar, o peor, ensuciar!
Para las vacaciones de invierno, (mi familia y yo) decidimos pasarla en la hermosa y pintoresca ciudad San Miguel de Allende (si no has ido, ¡tienes que visitarla!). Ciudad llena de arte y cultura mexicana, donde en cualquier esquina hay un lindo café o una boutique promoviendo el talento mexicano, además del enorme mercado de artesanías, el cual te envuelve tan bien, que puedes pasar horas y horas admirando y apreciando todo lo que los locales te ofrecen.
Mis días de descanso se convirtieron en días llenos de inspiración, emoción, conocimiento y arte. En una de las tantas tiendas que visité, me enamoré de un sombrero negro, delicado y perfectamente hecho por manos mexicanas. Al principio no sabía si era un artículo el cual fuera con mi personalidad, si me quedaba bien, o si incluso se me veía bien. Me lo probé y miré al espejo y fue como un momento de luz, “wooooooow” dije en mi mente, todo encajó perfectamente, de pronto, todo tuvo sentido. El sombrero nunca ha formado parte de mi vestimenta hasta ese día. Con él me sentí invencible, me di cuenta que proyecta lo que realmente soy, me sentí empoderada, feliz y energética. ¡No puedo creer que pasaron todos estos años!
Después de este gran acontecimiento, regresé a mi casa para despolvar mis prendas favoritas, guardadas en mi clóset para toda la eternidad, o bien, eso pensaba. Decidí estrenar algunas piezas que tenían años, de verdad, de estar ahí sin usar, para descubrir que me hacen sentir muy bien. Como la mejor versión de mi misma, con seguridad y confianza. Como si todo este tiempo estuviera esperando ese gran momento para por fin dejar aquel mal hábito de guardar mis cosas favoritas para que nadie lo vea.
¿Cómo por qué no quisiera mostrarle al mundo mi mejor versión hoy?, ¿por qué usar lo primero que veo en vez de usar mis prendas en las que me siento, segura, plena y más importante, yo misma?
Toda esta gran experiencia me la estaba perdiendo por acumular ropa en mi clóset esperando alguna ocasión especial, siendo que realmente estar vivo ya es un hecho suficientemente mágico para usarlas, ¿No crees?.
Este comienzo de año fue perfecto para entender que no importa lo que está colgado en mi clóset, si no es utilizado, a final de cuentas nosotros somos quien le da vida a las prendas y aumenta su valor mediante la magia vivida en ellas.
Así que este año explota lo mejor de ti, con lo que grite tu personalidad, con esa prenda en la que te sientas invencible, como Superman en su traje de súper héroe.
¡Feliz año nuevo!
Instagram: @melissajauregui