Japón es todo un mundo dentro de nuestro propio universo. No recuerdo haber tenido un amor tan grande por una cultura hasta que conocí el mundo japonés y ni se diga cuando comencé mis años de adolescencia escuchando música visual kei y tratando de leer revistas de moda de este país. (Toda una fantasía.) La publicidad sobresaturada al igual que la vestimenta de los adolescentes nipones llenaban mis ojos de una ilusión y una frustración muy grande por no haber nacido allá y sin duda son a esos años los que les debo mi gran amor por la moda.
Puede parecer algo extremo cuando tienes un primer acercamiento con los outfits tan extravagantes de los japoneses o cuando haces una pequeña búsqueda en Google con la palabra “Harajuku”, sin embargo, cuando ves más a fondo o simplemente si eres alguien que aprecia la moda, puedes comprender que Japón es una comunidad creativa donde han conceptualizado maneras diversas de celebrar lo que tú y yo amamos: la moda; Japón es un mix de arquetipos donde combinan los estilismos de países extranjeros con prendas tradicionales japonesas y nuevas tendencias, diversificando todo lo más posible y haciendo un lugar para cada individuo, transformando su estilo personal en algo único.
Ha pasado ya casi un año desde que escribí acerca de moda japonesa y considerando la rapidez con la que cambian las tendencias creo que es una deuda morosa sólo escribir para darles un update sabiendo de antemano que el próximo año les tendría que escribir otro artículo de más de lo mismo, no obstante, en esta última vuelta al sol leí encabezados terroríficos donde afirmaban que “la moda japonesa está muerta”. Claro que no dejé pasar la oportunidad y examiné línea por línea cada artículo que me topé, desde CNN, hasta Business Of Fashion, pasando por i-D y Vogue, la mayoría de los artículos apuntaban hacia este lugar –no existente– en donde la moda en el país que vió nacer el sushi, estaba muerta.
¿La razón? La moda en Harajuku está cambiando.
Para quienes no estén familiarizados con la palabra Harajuku, –ya que la mencionaremos un par de veces más.– es un barrio de cultura en Tokio, que a través de los años se ha ganando el título de centro de la escena del japanese street style. Aquí se concentran las tendencias, las marcas y las tiendas de moda más importantes y es de donde se extienden hacia otros lugares como las afueras de Tokio y Osaka.
Las noticias falsas en internet y en los medios modernos de comunicación se alimentan de titulares de impacto para obtener más clics y es mucho más fácil y se vende mucho mejor el “Harajuku está muerto” que cualquier otra cosa y la verdad es que sí, muchas de las subculturas que nacieron en este barrio en la década de los años 90’s están desapareciendo, especialmente aquellas que los medios se encargaron de comercializar y aclamar en el extranjero como el estilo japonés “kawaii”, pero eso no quiere decir que la moda en Japón esté muerta. Los niños Decora, Visual Kei, Fairy Kei, Góticos o Lolita son cada vez más raros en la calle, las marcas de moda y boutiques del área que se desarrollaron en torno a estas subculturas están cerrando y no es de extrañarse, sin embargo, Harajuku le da la bienvenida a nuevas generaciones cada mes de Abril, que es cuando la mayoría de los aspirantes a estudiar carreras en torno a la moda, diseño y belleza comienzan su período escolar. Es un ciclo, mientras que una nueva generación aparece, la pasada desaparece de las calles; es muy común que éstas nuevas generaciones ronden unos cuatro años en la escena del street style para después graduarse y mudarse a otras partes de Japón donde posteriormente “llevan una vida más profesional”.
Es por ello que año con año o en períodos muy cortos de tiempo, la personalidad de este barrio cambia dramáticamente. Y es en ese constante cambio donde las tendencias van y vienen a una velocidad en donde nadie espera que las mismas duren, como tampoco podríamos esperar que las subculturas de la moda de los años 90’s, por más icónicas que hayan sido, estén ahí siempre. En Harajuku las nuevas ideas se experimentan tan rápido que no son documentadas adecuadamente y a veces son descartadas antes de siquiera ser nombradas. Pero juzgando por la gente joven que apareció en el barrio el pasado año, podemos ver claramente que la creatividad y la pasión de los estudiantes por la moda está más viva que nunca: podemos ver a grupos emocionados, experimentando con los estilos más extravagantes, adquiriendo las piezas de sus guardarropas en tiendas vintage y combinando la influencia Asiática con la temática occidental. Y es aquí donde entendemos que Harajuku no es una moda o un estilo, sino una zona donde nacen las subculturas más importantes de Japón, un vecindario donde las personas se sientes libres de experimentar la moda sin ser juzgadas o desalentadas y donde nacen esos conceptos que para los demás son sinónimo de nuevas ideas.
Si hay algo más a lo que le podemos atribuir esta plaga de encabezados y teorías de que la moda japonesa está muerta, es a la ola de revistas asiáticas que están finalizando sus publicaciones impresas. FRUiTS, una de las responsables por hacer que Harajuku creciera exponencialmente fuera de Japón, anunció de la nada que su publicación desaparecería después de 20 años de actividad, su fundador, Aoki Shoichi, dijo que “Ya no había más personas interesantes que fotografiar en Harajuku.” declaración que inició con éste génesis. Además, atribuye la afluencia de marcas de fast fashion y la influencia del social media al estado cada vez más genérico de la moda callejera de la capital.
Y es que, cuando se anunció que FRUiTS tendría un final, muchas de las personas que tenían puesta la vista sobre la moda japonesa se decepcionaron. FRUiTS era una fuente importante de inspiración para las generaciones nuevas de diseñadores y para aquellos que se identificaban con las fotografías coloridas expuestas en la revista desde 1996; era una publicación que no nada más documentaba a las personas en Harajuku, sino que se convirtió en una parte muy amada de la cultura dentro y fuera de la escena: los creativos asiáticos portaban sus mejores prendas con la esperanza de ser encontrados y fotografiados por Aoki y estrellas como Kyary Pamyu Pamyu, Coco Pink Princess o Hirari fueron captadas para la revista justo antes de labrar su camino hacia la fama. (Kyary Pamyu Pamyu es una artista pop internacional y Coco Pink Princess es un ícono de estilo que tiene miles de seguidores en Instagram.)
“En Tokio hay mucha gente que viene de diferentes regiones, con diferentes historias y diferentes gustos. Es genial que la moda no sea una cosa de edades sin embargo no creo que sea sólo en Japón donde la gente se expresa a través de la moda porque no podemos caminar desnudos por la calle. Pero supongo que en Japón hay un poco más de sentimiento de pertenecer a un grupo, y de compartir su sentido del estilo con amigos y seguidores. Esto es especialmente cierto en el caso de los jóvenes.” Aún y con la caída de FRUiTS, Aoki Shoichi no se da por vencido. Todavía fotografía la mayoría del tiempo la moda callejera alrededor de Japón y planea seguir trabajando en proyectos relacionados con la moda, “Sigo tomando fotos. Así que estoy pensando que tal vez voy a publicar un libro o una revista en algún momento en un futuro cercano.”
Aoki tiene la razón en decir que el streetwear japonés ha cambiado mucho en los últimos 20 años, pero si no cambiara, entonces realmente estaría muerto y mientras siga atrayendo y nutriendo a los jóvenes creativos, Harajuku seguirá estando muy pero muy vivo.
Instagram: @Thebabymilk