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análisis

Lo mejor que un hombre puede lograr es…

Por Hiram Pinto

The Best A Man Can Get. Esa es la frase con la que termina el vídeo de una de las campañas mediáticas más criticadas en lo que va del año; y es que después de ver el publicitario de Gillette más de lo que podría contar y mostrárselo a diferentes personas que no habían tenido la oportunidad de verlo, una pregunta surgió en mi cabeza en torno al caos que generó un vídeo que aparentemente debía de transmitir un mensaje positivo para la comunidad en general. 

No me costó mucho identificar el por qué este anuncio se convirtió en algo viral por todas las razones equivocadas. Me sorprendió ver cómo en todas las redes en las que se publicó el vídeo, la sección de comentarios parecía saqueada por los ‘trolls’ y cómo con simples mensajes, coloreaban el discurso a su gusto, deformando por completo el ideal de lo que realmente se quería transmitir.

Comentarios como: “No lo entiendo. ¿Acaso este vídeo es su anuncio de bancarrota?”, “No necesito que una marca me diga como comportarme en público.”, “Los hombres seguirán siendo hombres, las mujeres están para servirnos.”, “¿Dónde quedó su orgullo como marca masculina?”, “¿Mi masculinidad es tóxica? Deberían de ver mis bolas.”, “La izquierda quiere que nos odiemos por ser masculinos. Nunca te avergüences de ser un hombre. NUNCA.”, “Regresaré a este vídeo sólo para volver a darle dislike.” son algunos ejemplos que nos enseñan lo molesta que está la sociedad con este anuncio. 

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¿Cuál es el disgusto de todas éstas personas? Al parecer es que no quieren que un gigante de la industria les venda la idea de lo que es la moralidad. Las personas no desean que los instruyan de manera personal. Mucho menos que la publicidad se encargue de construir en este ámbito. Cuando se transmite un mensaje del que se quiere tener un verdadero impacto, lo peor que podemos hacer es socavarlo ligándolo con un logotipo corporativo al final del mismo; eso nos deja con un sabor de boca egoísta, donde las intenciones pudiesen malinterpretarse con superficialidad y oportunismo. 

“Gillette es una empresa que vende rastrillos. No es el lugar al que voy para recibir lecciones sobre principios o moralidad, no me siento cómodo siendo sermoneado por una marca sobre valores y sobre mi propia inteligencia emocional, o los fundamentos de mi comportamiento.” comenta Jesús Aguilar en Youtube, donde no sólo él sino miles de personas reaccionaron rápidamente de una manera que defiende sus ideales de tal instigación innecesaria y sin invitación. Nuestra generación es diferente, nuestra generación creció rodeada de publicidad y anuncios y tenemos ese sentido relativamente bueno cuando sabemos que alguien está empleando una táctica sospechosa sobre nosotros, y en este caso, muchos lo entendieron de esta manera porque cuando una corporación cuya única función es vender rastrillos, comienza a afirmar que es su lugar decirles a los hombres cómo pueden ser moralmente mejores, no es de extrañar que algunos sientan que la marca se ha equivocado rotundamente.

También existe esta otra parte, de hombres y mujeres que ven al comercial como un ataque al género masculino y se sienten estereotipados. “Boys will be boys” es una de las frases que más se repite en el publicitario que engloba a todo un género, pero dentro de dicho género existen personas que no comparten ni una sola característica con los personajes que protagonizan el comercial. Existen hombres que lloran, existen hombres a los cuáles no les gusta pelear, existen hombres que son amables con las mujeres y existen hombres que suelen tomar buenas decisiones. Es importante que nosotros como hombres denunciemos un comportamiento sexista y despectivo cuando lo vemos. Es importante que entendamos que para resolver nuestras diferencias lo único que tenemos que hacer es dialogar. Es importante que expresemos nuestros sentimientos: a través del llanto, la danza, la pintura, el deporte, el ejercicio; dejando a un lado la idea de que sólo podemos hacer esto de manera silenciosa o agresiva.

Personalmente, no veo nada malo en el mensaje del short film de Gillette. El ofrecernos comentarios morales no es novedoso, otras compañías lo han hecho de igual manera, lo que sí me parece peculiar es el sentido de que envía un mensaje moral que se opone a todos los mensajes que tradicionalmente se ofrecen a los anuncios dirigidos para el género masculino. A decir verdad, toda publicidad da forma y refleja ciertas características de la cultura, no creo que sea inapropiado que las corporaciones usen sus mensajes para impulsar la cultura en una dirección que sea más beneficiosa para los hombres y mucho menos dañina para las mujeres, porque aceptémoslo, los anuncios tradicionales que van dirigidos al segmento masculino siempre han estado repletos de mensajes donde nos dicen que los hombres debemos de ser cero emocionales, sexualmente voraces y fuertes, como Hércules, sin embargo aquí nadie está ofendiendo a la masculinidad, ni tampoco se le está tratando de erradicar como muchos apuestan.

La cantidad de esfuerzo que se utiliza para proporcionarle a un hombre una narración contraria a todos estos mensajes es agotadora, y a veces parece que todo es una batalla perdida debido a que la cultura popular bombardea a diario con una influencia realmente negativa, sin embargo está tan normalizada que, el ver un anuncio como el de Gillette nos parece amenazador. Así que en lo personal, estoy feliz de ver este anuncio, creo que refleja y refuerza el importante cambio que está sucediendo, el cambio que necesita suceder en el mundo.

Instagram: @Thebabymilk

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