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"No sé para qué ir al psicólogo "

Por Cynthia González

Acercarse con un psicólogo es complicado. Pedir ayuda, muchísimo más. Sin embargo, tomar la decisión de acercarse a un espacio terapéutico es un acto de compromiso con uno mismo.

Muchas veces, las situaciones que acontecen en nuestro alrededor nos provocan emociones que desconocemos o que nos resulta difícil expresar y que, con el paso del tiempo estos conflictos buscan manifestarse de una manera u otra. A pesar de estas manifestaciones, la decisión de ir al psicólogo es un proceso complejo, proceso por en donde la persona va tomando consciencia de su malestar, experimentando una duda o incomodidad y planteándose la idea de necesitar algún apoyo.

Sin embargo, como diría, Alejandro Salamonovitz “La palabra que quiere nacer, la palabra nunca dicha, tiene un poder transformador del mundo. La palabra nueva amenaza a nuestras partes conservadoras, pero es también la esperanza de que el mundo cambie”. Llegar a tener un proceso terapéutico o tratamiento psicológico, cuesta, tanto a nivel económico como a nivel psíquico. Sin embargo, debemos considerar que es un gran paso el adentrarnos a nosotros mismos y entender que es aquello que nos sucede.

Y es que, si lo pensamos bien, no hay proceso de construcción sin destrucción previa, probablemente en un primer momento nos encontremos con temores, dudas o inquietudes de ¿cómo es que se lleva un tratamiento psicológico? o ¿cuándo comenzaremos a notar resultados?; que son dudas que surgen comúnmente debido a los estereotipos que existen cuando se trata de salud mental.

Ante esto, me gustaría comentarles que sí, llevar un proceso terapéutico es un proceso de trabajo duro y de paciencia, a mí me gusta explicarlo de una forma muy sencilla; Imaginemos que hemos vivido de una manera a lo largo de nuestra vida (que tenemos una historia, un hábito, cosas que desconocemos pero que son tradiciones, etc.)  y un día por la mañana, queremos no ser esa persona y empezar cosas nuevas sin tener una referencia. Difícil, ¿no?.

Bueno, de la misma manera, es algo utópico querer cambiar toda nuestra vida en unos cuantos días, es por ello que comenzar a cuestionarla y a separar aquellas situaciones que nos acontecieron para alcanzar a entenderlas y hacer algo por ellas es uno de los primeros pasos.

Acudir al psicólogo es una de las tantas maneras de cuidarnos y procurarnos, tener un espacio para ti y tus necesidades, en donde el psicólogo acompañara en este descubrimiento para tratar de buscar vías para transformar nuestro mundo interno.

 Es importante mencionar que seguiremos siendo nosotros mismos, solo que con una visión y escucha distinta sobre los diferentes escenarios. Para abrir este panorama y tener un punto de vista neutral y objetivo.

De igual manera, hemos de decir que la psicología no solo es la “medicina para el malestar”, sino también tiene un carácter preventivo. La psicoterapia ayuda a profundizar y tener otra visión de nosotros mismos y en base a eso, reconocernos y reflexionar para decisiones futuras. Es decir, no necesitamos sentirnos desbordados y perdidos para buscar ayuda; algunas veces, si la duda aparece y el deseo es saber el porqué, comenzar a pensar en un espacio propio podría funcionar.

Finalmente, encontrar un lugar y un terapeuta que nos hagan sentir escuchados, cómodos y seguros, es difícil. Pero cuando lo habremos encontrado, conforme avancemos, notaremos que no somos los mismos que iniciaron este proceso y que, aunque quizá sigamos teniendo dificultades, tendremos herramientas que nos llevaran a analizar la situación en general.

Sin duda, el estar acompañado por un profesional que al igual que nosotros busca el bienestar emocional que nos permita avanzar y conseguir lo que se desea marca una diferencia, porque habremos permitido darle espacio a nuestra palabra, nuestros deseos, nuestros temores. Nos habremos permitido conocernos y reconocernos.

Cynthia González

psi.cynthiagonzalez@gmail.com

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