Con el regreso de los Jonas Brothers, Miley Cyrus reviviendo a Hanna Montana y los mil estrenos de las películas de Disney, me hicieron pensar que la gran parte de mi pubertad quise vestirme como niña norteamericana. Falda sobre leggins, blusa de Abercrombie & Fitch y sus respectivas sandalias de pata de gallo. El combo perfecto para sentirme parte del club de las populares.
Mis inspiraciones siempre eran las pop stars de Disney o Nickelodeon; Selena Gomez, Victoria Justice, Demi Lovato, Alyson Stoner, Vanessa Hudgens, y más. Sus looks eran de lo más inesperados, faldas sobre jeans con una blusa de encaje y encima una ‘torerita’ y botas uggs. Pero, dentro de toda esa mezcla y variedad de accesorios un elemento que siempre se hacía presente era, la bandera de Estados Unidos.
Recuerdo que cuando iba a McAllen – siempre regia, nunca inregia- quería comprar todas las playeras de Limited Too o Gap que tuvieran la bandera, ya fuera en lentejuelas, como estampado en un bikini o que simplemente dijera “All American” acompañado de un símbolo nacional. Usar eso a mis 10-12 años, me hacía sentir cool. ¿Por qué? Porque había algo en mi que no dejaba que me identificara como niña mexicana, situación que ahora veo y me da tristeza.
Solo añoraba ser como esos personajes que pintaban en las series Disney. Donde los problemas no son del todo graves y que siempre, sin importar qué, tenían una solución y un final extremadamente feliz. Por lo que quizá, a mi muy corta edad, pensaba que si me vestía e incluso actuaba como Hannah Montana o Gabriela Montes, mi vida iba a ser una réplica de la de ellas.
No me van a negar que esta introspección te hizo pensar en tus mejores combinaciones de la época y programas que no te perdías por nada del mundo. Compárteme en los comentarios cuál era tu look infalible. Te leo.
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