NOISE MAG

Buscar

journal

Hablemos de: Los cambios

Por Cynthia González

Cuando estaba en la licenciatura (en mis primeros semestres para ser precisa), lleve una clase con un maestro que además de orientarnos, constantemente nos hacía reflexionar sobre cómo queríamos que fuera nuestro trabajo en un futuro. Durante estas clases, eran frecuentes los comentarios por medio del docente acerca de lo difícil que era ser un profesional de la salud mental en México; con mucho interés nos compartía sus experiencias y anécdotas respecto a su formación e incluso, en lo personal podría mencionar que sus recomendaciones e invitaciones a la reflexión contribuyeron a mi interés por el área clínica.

Sin embargo, recuerdo que, en alguna ocasión el maestro impartió una clase completamente dedica sobre lo importante que era cambiar, desde lo físico hasta lo mental. Al inicio parecía que el tema era solo una plática motivadora que invitaba a dejar todo atrás y buscar constantemente cambiar. Incluso, ejemplificaba el tema con la práctica clínica, hacía énfasis en que el cambio era lo que se buscaba en un tratamiento psicológico, que lo simplificaba en la siguiente frase: “dejar el pasado atrás y buscar soluciones para el futuro”. Ese día, sus palabras lejos de darme tranquilidad de manera personal y profesional, generaban más dudas acerca del trabajo y de la función de un psicólogo en la sociedad. ¿Será que todo tiene que cambiar para sentirse mejor?, ¿Qué hay con lo que uno es y le gusta ser?

El cliché de “El cambio es lo único constante” además de ser una frase inspiradora de moda, resulta ser todo un conflicto para la persona que la recibe.

Les sorprendería pensar en el increíble número de personas que llegan a consulta preguntándose si deberían cambiar o no su forma de ser o ver las cosas radicalmente y de esta manera percibir un cambio en su vida. Usualmente las dudas parecen ser fundadas en interrogantes y reflexiones a partir de múltiples mensajes de los medios de comunicación que alientan a dejar todo atrás, perseguir sus sueños, construir lo que desean, viajar lejos de todo, para ver el ansiado cambio.

Al paso de los años y la experiencia misma, sigo construyendo lo que implica trabajar en una profesión que acompaña a una persona a su autodescubrimiento. Y es que cuando se habla de un proceso psicológico, se suele asociar con cambios a nivel personal que repercuten en los otros, y a su vez, aparecen los estigmas que se tiene respecto a la función del psicólogo.

Es importante mencionar que el terapeuta acompaña al paciente a que llegue a aquello que tanto se pregunta. Y aunque esto suele no ser muy alentador para algunos, no puedo pensar en otra mejor manera de reconocerse que la de conocer la historia propia.

El cambio suele ser difícil para algunos, es toda una fórmula extraña en donde nuestro cuerpo, mente, alma y entorno se enfrentan al desconocimiento y que, por ende, al ser algo desconocido puede generar diferente sentir en unos y en otros.

Pero, al ser un proceso complicado, no implica que sea mejor o peor para uno mismo. Como el conocido Freud decía, habrá que recordar, repetir y reelaborar, lo cual no quiere decir que buscaremos errores y los practicaremos a modo de tarea para perseguirlos y de esta manera, aprender.

Al contrario, habremos de hablar de ellos, volver a nosotros mismos y a nuestra historia, para reflexionar acerca de las cosas vividas, ¿Por qué ahora?, ¿Cómo esto influye en lo que soy yo y en lo que busco ser? Pueden ser el inicio de una extensa línea de cuestionamientos que caminan acompañados de un terapeuta, que señalará todos estos eventos que parecen ser invisibles por ahora, pero, pueden contener tanta información acerca de uno mismo, e ir uniendo para ahora sí, decidir con que quedarse.

Y si, es verdad, a veces las decisiones no pueden esperar y van tan rápido que nos percatamos poco de lo que tenemos, pero recordar lo que se mantiene, ser consciente de como esto moviliza nuestra vida y nuestro entorno, abre el panorama a la esencia de nuestro ser. Las cosas si cambian, pero no. A pesar de ser una fuerza vital universal, todo tiene su ritmo y su tiempo, y uno puede comprenderse sabiendo lo que trae consigo mismo.

Imagen relacionada

Lic. Cynthia Gonzalez

Instagram: @psi.cynthiagzz

Psi.cynthiagonzalez@gmail.com

You may also like: