Si alguna vez has visto la famosa serie Sex and The City seguro recuerdas el episodio en el que Charlotte prueba, por primera vez, un juguete sexual. Para los que no lo conocen, el relato es el siguiente: Miranda comenta sobre el almuerzo que ella estaba segura de que ya no se necesitaban a los hombres para nada, ni siquiera para recibir placer sexual. Esto lleva a que Charlotte reclame que los hombres nunca podrán ser sustituidos por un juguete. Sin embargo, cuando Miranda le enseña dicha herramienta, Charlotte se da cuenta que es rosa por lo cual es “para mujeres” y que no es nada intimidante como ella originalmente pensaba. Long story short, lo comienza a usar y menciona que no había tenido un orgasmo con hombres como lo tenía con su juguete; esto le generaba un poco de miedo de que no podría disfrutar del sexo nunca más con una pareja, por lo cual decide dejar de usarlo. Llega un punto (muy exagerado en mi opinión) en el que inclusive cancela planes con sus amigas por estar en casa con su vibrador y les miente al decirles que tiene una llamada o una cena importante. A esto sus amigas reaccionan de manera que van a su departamento y hacen una intervención para que deje de usar su juguete ya que ella se había vuelto adicta. Este episodio que salió en 1998 fue el parteaguas para una discusión enorme sobre cómo los juguetes sexuales eran capaces de sustituir, o inclusive superar, el placer que un hombre le podía dar a una mujer. Todo esto hablando específicamente en casos de seres heterosexuales cis-género.
Para darles un poco de contexto, los vibradores nacen para “ayudar” a los doctores que masturbaban a las mujeres para aliviarlas de la famosa histeria. Debido a que dichos doctores usaban sus dedos para estas terapias, se inventó una máquina que fuera más rápida y que ayudara a que el doctor no se cansara después de atender a tanta mujer en el día. Es así como nuestro mejor amigo el vibrador entra a nuestras vidas. Sin embargo, debido a que la sexualidad de la mujer siempre se ha mantenido en un susurro dentro de una conversación, los juguetes sexuales eran prácticamente innombrables. Hemos crecido con la idea de que, para recibir placer, la mujer necesita penetración por parte del hombre. Pero aquí les va un secreto: el orgasmo no se genera a través del coito. Estuvo medio chafo mi secreto porque es algo que mucha gente conoce, pero no muchos lo aceptan. A este síndrome de pensar que toda la relación sexual gira en torno de la penetración se le llama “coitocentrismo”. En caso de que no supieran esto, el orgasmo en la mujer se genera a través de la estimulación del clítoris; esto no quiere decir que nunca se alcanzará si se tiene penetración vaginal, ya que puede ser una combinación de los dos lo que cause el clímax. Todo esto lo menciono ya que quiero darles a entender el por qué los vibradores no son algo del todo común en los cajones de nuestros burós.
La represión de la sexualidad de la mujer ha ocasionado que la masturbación se considere algo específicamente del hombre. El autoconocimiento es algo que no tenemos muy en mente, es más fácil pensar que conocerás lo que quieres una vez que estés con alguien. Pero se los pongo así, ¿cómo va a saber tu pareja qué hacer si tú misma, con tu cuerpo, no sabes qué ni dónde moverle? La comunicación es clave, pero no hay nada que decir si no se experimenta antes. La masturbación es nuestro mejor aliado si deseamos tener una vida sexual placentera y sana. Este mensaje, curiosamente, lo aprendí de un capítulo de Big Mouth en el cual una adolescente conoce a su vulva por primera vez (anexo referencia aquí https://www.youtube.com/watch?v=rFU1hoyAYlk&has_verified=1). En el caso de los vibradores, estos juguetes sirven para conseguir el orgasmo que tanto se desea sin tanto problema. Así como Charlotte en Sex and The City, muchas mujeres piensan en un dildo horriblemente feo y grande, color neón asqueroso (una disculpa por la imagen tan gráfica que les acabo de pintar) que van a conseguir en Venus, la sex shop con luz blanca y pisos sucios; pero no todos son así. Digo, quién soy yo para juzgar qué juguete te gusta más, pero si son como yo, los vibradores más bonitos colores pastel son los que te atraerán más. Existen marcas conformadas por un equipo de mujeres increíbles, que saben perfectamente las necesidades que tenemos, que diseñan unos vibradores que podrían pasar desapercibidos como decoración en tu casa. Hechos con colores lindos, texturas suaves y formas ajenas a las de los genitales masculinos, estos juguetes se vuelven algo que no anhelas esconder, si no presumir. Se vuelven un poco más amistosos, menos terroríficos, y ayudan a que pruebes la experiencia, una que honestamente, termina siempre con un final feliz.
Ahora, existen ciertos temas que se deben considerar a la hora de usar un vibrador. Uno de los mitos más comunes, por ejemplo, es que una vez que comienzas a usarlo, generas una dependencia hacia él tanto así que ya no logras llegar al clímax con una persona. La realidad es que no es tan drástico como suena, pero debido a las altas vibraciones de los juguetes, el cuerpo sí se acostumbra a recibir este tipo de activación para poder alcanzar el orgasmo. La dependencia del vibrador existe si se usa prácticamente a diario y no se combina con otra manera de estimulación. Lo que la teoría dice es que todo en exceso es malo, y sí, eso incluye el placer sexual. Lo que se puede hacer en este caso es que el uso sea gradual y combinable, inclusive con una pareja. Al final de cuentas su nombre lo dice todo, estas cosas son para jugar, para poder divertirse un rato, a solas o con alguien, y poder experimentar distintas sensaciones.
Pero a pesar de los mitos de las malas lenguas sobre el uso de vibradores, la ciencia dicta que el uso de ellos, o los juguetes sexuales en sí, ayudan a que el libido incremente potencialmente. Imagínenlo así: entre más placer tienes, más sabrás qué tipo de placer quieres. Y si eso no las lleva a comprar de inmediato a su nuevo aliado, no sé qué más lo hará.
En mi experiencia personal, me he percatado que, entre más platico del tema, más curiosidad se abre en la gente. No teman a preguntar sobre las diferentes maneras que se puede obtener placer; recuerden que es algo natural, bello y necesario. Poco a poco se irán dando cuenta que mediante exista más uso de juguetes, o bien masturbación, su autoestima incrementa junto con su libido y el valor que eso nos deja es mucho más importante que el qué dirán. Rompamos tabúes una vibración, o muchas, a la vez.
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