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La parábola de los zapatos de unicornio y el amor

Por Kassandra Torres

Estoy muy emocionada y nerviosa, porque a petición de varias personas que me han acompañado en esta travesía de escribir para una “audiencia”, decidí revivir este artículo de casi 4 años de antigüedad que cobró vida en mi antiguo blog personal por ahí del año 2016. Es un artículo muy personal y que se sale un poco de la línea de mi contenido, sin embargo, también es un texto que logró conectar con distintas personas y hoy se los quiero regalar para celebrar el amor, y no sólo el amor romántico, también el amor propio y la bella travesía que es encontrarlo e integrarlo en nuestras vidas. 

¡Espero lo disfruten y tengan no sólo un día, sino una vida llena de amor!

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El miércoles pasado tuve la fortuna de cumplir 4 años de relación con mi novio, fecha que siempre ha sido muy importante para ambos y procuramos celebrarlo con una cita diferente y regalos porque: ¿Quién no ama los regalos? Y aunque esto siempre ha sido algo secundario a la importancia real de este día, este año me dejó totalmente sin palabras, recibí uno de los mejores regalos que alguien me ha dado: unos zapatos de unicornio, sí, unos tacones plateados con unos ridículos y gigantescos unicornios en la parte frontal y también un cuaderno, de esos que te incitan a escribir cuanta tontería aterrice en tu cabeza.

Al principio no entendí por qué me había sacado una sonrisa tan grande, no era viaje a Bora Bora o unos Balenciaga, era muchísimo más que eso y me provocaba una felicidad real… de esa que te provocan los abrazos sinceros o un buen presentimiento, de inmediato, mi mente comenzó a conectar hechos como si se tratara de descifrar un acertijo y después de unos minutos entendí el valor real de este mítico regalo en mi vida, ahora todo tenía sentido y la historia comienza aquí:

Hace unos años, cuando bailaba al son de Party in the USA y compraba toda mi ropa en Hot Topic, tuve mi primer “decepción amorosa”, entre comillas porque como todo puberto que se respete no tenía ni idea de lo que hablaba, pero bueno… Para no entrar en detalles, esta relación se desenvolvía como cualquier relación absurda de adolescentes, el detalle estaba aquí: Yo siempre he sido una persona muy cursi, rosa, soñadora y fantasiosa, desde siempre -la imágen de Noise debería de darles una idea, lol-, amo el arte, la moda y escribir historias, me fascina la mitología y por ello me encantan los unicornios y seres míticos, la magia y cuanta cosa cursi se les ocurra, el problema era que a mi noviecito de la pubertad no. El se consideraba una persona “realista” y odiaba todo eso de mí, me decía que era una tontería que me gustaran esas cosas, que era infantil y que el estudiar diseño de moda era para personas huecas porque la moda no es una industria seria, que tenía que poner los pies en la tierra y estudiar una carrera real. Cada que tenía oportunidad me recordaba lo infantil e ingenua que yo era, comparándome con otras morras “normales” que se vestían y hacían cosas “normales” y yo soportaba todo porque: #PrimerCrush. Lo triste aquí, es que a mi mente débil de adolescente realmente le afectaba, en ocasiones llegue a pensar que yo era el problema, que él tenía razón y que en orden para gustarle, tendría que cambiar. Hasta que gracias a la vida me puso el cuerno y me di cuenta de lo equivocada que estaba. -LOL otra vez-

¿A qué voy con todo esto?

En el momento que recibí mi regalo todo esto vino a mi mente y esa etapa de mi vida que me había afectado por tantos años cobró muchísimo sentido. Entendí que cuando te aceptas y amas a ti mismo comienzas a atraer a gente increíble a tu vida y repeles a quienes son negativos y perjudiciales como el noviecito tóxico de la adolescencia, que el amor no te limita y no te cambia, más bien te reta y te impulsa, en todos los sentidos.

Después de terminar un ciclo tan feo como el que viví en mi adolescencia, me tome un buen tiempo a solas, me empecé a conocer realmente, aprendí a aceptarme y a entender quién era y hacia donde iba en mi vida, después de eso, inicié mi travesía en la moda, a hacer lo que me gusta y cosas mágicas comenzaron a suceder.

Llegó a mi vida una persona en el momento en el que menos lo esperaba, amando todas esas cosas que otras personas odiaban de mí. Llegó una persona que encuentra fascinante todo lo que hago en mi carrera, aunque él sea una persona de números, alguien que me regala libros y cuadernos para echar a volar mi imaginación, alguien que me acompaña a museos aunque él prefiere estar en un estadio, alguien que me da alas para ir cuan lejos yo lo desee y no me retiene, alguien que ama todo lo que puedo llegar a crear, alguien que le encanta leerme, alguien que me invita a soñar, alguien que me regala zapatos con unicornios por más ridículo que esto llegue a sonar.

Para mí es súper chistoso y bonito cómo unos “simples” zapatos pueden llegar a tener un significado tan real en tu vida… como un regalo en una caja proveniente de Londres te puede trasladar a momentos de tu vida y cobrar sentido por sí mismos en un instante.

Lecciones de vida de los zapatos de unicornio para el mundo:

  • Las personas de mentes cerradas siempre te dirán que estás locx y tratarán de hundirte.
  • Las personas negativas te roban tu energía y te harán dudar.
  • Las personas mágicas te darán alas y te apoyaran.
  • Las personas mágicas solo llegarán hasta que te deshagas de las personas negativas.
  • Y efectivamente como lo vimos en “The perks of being a wallflower”: Recibimos el amor que creemos merecer. 

Mil gracias a la vida por enseñarme de las formas más extrañas que el amor y respeto hacia mi persona es más importante que cualquier otro, por mostrarme las cosas mágicas que llegan a pasar cuando menos lo esperas y por darme un compañero de vida que todos los días me da alas para ser y hacer lo que yo sueñe, alguien que me ama más de lo que pudiese esperar y nunca me hunde, solo me levanta. 

Instagram: @Kasstorress

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