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reflexión

Crónicas de una cuarentena anunciada

Por Cinthya Roura

Si de algo me he dado cuenta durante estas semanas es que, aparentemente, a todos les encanta el pan de plátano. No exagero cuando les digo que diariamente he visto al menos a dos personas compartiendo, en sus historias de Instagram, fotos de sus dulces creaciones culinarias. Inclusive, a veces las mismas personas incurren en esta práctica varias veces durante la misma semana. ¿Están bien? ¿No se cansan del sabor del plátano? Y UFFF ni me recuerden la obsesión por hacer el pay de mango (de cierta persona) que hizo que se acabaran los ingredientes en todos los supermercados de mi lindo y hermoso pueblo de Monterrey. Parece ser que hornear se ha vuelto una manera popular de manejar la cuarentena. Y por lo que se ve en sus historias, aparentemente todos lo hacen ¿bien? ¿O es esto solamente producto de una buena iluminación, ángulo estratégico y un filtro?… ¿o tal vez dos?

Haciendo a un lado todas las maravillas culinarias de las personas que sigo en Instagram, estoy segura que no soy la única que se ha topado con un sin fin de transmisiones en vivo de “celebridades” y/o “influencers.” Diez círculos al inicio de mi pantalla (en promedio) me impiden ver rápidamente lo que están haciendo mis amistades en sus respectivos hogares. Parece ser que los lives son para las celebridades lo que el pan de plátano es para todos los demás.

Eso me deja a mí y probablemente a todas las demás personas que no les gusta el plátano, apetece hornear y/o no son celebridades, flotando en un abismo faltante de, lo que Benedict Anderson llamaría, una comunidad imaginada para esta cuarentena.

En mi intento por compilar todo lo que hecho y al mismo tiempo hacerlos sentir como que no son los únicos que trataron de aprender un idioma nuevo y fallaron en el intento, les comparto algunas de las actividades que he realizado a lo largo de este mes y una semana que tengo en mi hogar:

1-Vi la última temporada de La Casa de Papel.

2-Hice yoga – me propuse realizar una práctica diaria pero en realidad solamente logré el objetivo una o dos veces en la semana. Tres en una semana buena.

3-Fui obligada a levantarme entre 8:00AM y 8:30AM porque Kelly, mi perrita, ladraba para despertarme porque quería salir al baño. Esto solamente para después llorar para que la volviera a meter para acostarse de nuevo en su cama y dormir más. Lo que ella no entiende es que una vez que me despierto, yo no puedo volver a dormirme tan fácil como ella.

4-Volví a ver Gilmore Girls (otra vez). Cada vez que la veo me desilusiona más el personaje de Rory, pero eso no impide que sea de las series a las que más regreso.

Gilmore Girls Pizza GIF - Find & Share on GIPHY

5-Me compré una Moka pot y un espumador de leche y aprendí a hacer lattes en mi casa.  Estoy segura que mi yo del futuro post cuarentena me agradecerá por ahorrar los $50 que me gastaba casi diario en cafés.

6-Volví a iniciar sesión en Duolingo. Hice dos lecciones de francés y una de italiano y procedí a ignorar las notificaciones de la aplicación (que incrementaban en su nivel de agresividad pasiva) los siguientes días.

7-Invité a mi mamá a que hiciera yoga conmigo. Nos reímos la mayor parte de la práctica, cosa que no era el objetivo, pero no pretendo empezar a cuestionar un momento que pareciera salido de una película dirigida por Greta Gerwig.

8-Tuve una crisis existencial sobre mi vida, carrera y mi futuro al menos dos o tres días a la semana. Aparentemente, después de todo, sí hay algo en lo que puedo contar como parte de mi rutina semanal.

9-Tuve videollamadas con mi amigos. Me di cuenta que, aún y cuando todos estamos en cuarentena, es imposible lograr empatar horarios y siempre SIEMPRE uno o dos amigos van a cancelar al último minuto. En ocasiones esa amiga era yo.

10-.Hice más café.

11-Platiqué con personas que solamente conozco por Instagram. Prometimos colaborar en proyectos y/o salir por café cuando todo esto termine.

12-Batallé en dormirme en la noche. Parece ser que mi cabeza no entiende el concepto de dejar de pensar.”

Trying to Sleep In - CUTE CAT GIFS

13-Me quedé en mi pijama todo el día viendo películas con mi familia.

14-Edité y volví a editar fotos, videos, gráficos y podcasts.

15-Hice lluvia de ideas sobre proyectos creativos para mantener mi cabeza ocupada con algo.

16-Vi básicamente todos los videos de Bestdressed en YouTube.

17-Intenté finalmente terminar de leer los cuatro libros que llevo leyendo desde hace varios meses. (Sigo intentando).

La chica del tren de Paula Hawkins on We Heart It

18-Vi religiosamente cada conferencia de prensa del gobierno sobre el COVID-19, pero me di cuenta que no estaba ayudando nada a mi salud mental así que lo dejé de hacer.

19-Hice más café.

20-Creé nuevas playlists de Spotify. Mis favoritas del momento son estas:

On Parle: https://open.spotify.com/playlist/57SrbHtNap22LbVRa3uk25?si=ax1IwTkTQ1q__oRArhSsXQ 

Feel Good: https://open.spotify.com/playlist/26uyoJugsEa7a5Emcnj3T0?si=mhgAnb9cRXOP4OLC69ZmOA

00’s kid: https://open.spotify.com/playlist/3XKTQYjminziQ3tu2qpV5f?si=oSllckcxTIuao2f8wWpkZg

21-Empecé a desarrollar nuevos proyectos que me ayudaran a tranquilizarme al pensar sobre mi futuro.

22-Volví a hacer café.

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23-Descargué tiktok.

Me reservo el derecho de agregar a la lista ‘hice brownies’, porque si todo lo demás falla tal vez sea momento de hornear para manejar efectivamente la crisis.

Instagram: @cinthya.roura

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