NOISE MAG

reflexión

Generación 2020, graduados en videollamada

Por Caro Carvajal

Día no. 2839743845 desde que el distanciamiento social comenzó, suena: “Someone to spend time with” de Los Retros y no dejo de pensar en el surreal contraste entre el mundo real y el virtual. 

Bueno, en realidad los temas de conexión y desconexión que trae consigo la comunicación digital, podrían describirse como fluctuantes. Grandes beneficios con cierto sabor a crisis existenciales y amenazas a la salud mental. La constante apuesta por probar que muchas cosas en nuestra sociedad podrían resolverse de manera concreta y sin salir de casa, fue uno de los planteamientos al iniciar esto y no sé si se ha terminado por validar. 

Sin embargo, el mundo se las ha arreglado para adaptarse y seguir a flote en medio de la crisis sanitaria; las escuelas no fueron la excepción y los vídeos graciosos de las videollamadas por Zoom fueron toda una ola. Los memes de las graduaciones en Animal Crossing y con robots no se hicieron esperar. Aunque pensarlo pueda ser divertido, fue la realidad de algunos este fin de semestre: Graduarse en una ventana de Zoom

Yo fui una de ellas y no les mentiré, fue un proceso inquietante tener que adaptarse a la productividad obligatoria del home office, a la par que esquivas al bajón que trae consigo la idea de no ver a los tuyos por un tiempo indefinido. Tener que ir cerrando entregas de la tesis junto a todo lo anterior fue agotador, mentalmente agotador. La primera semana de la cuarentena mis amigas y yo, teníamos como meta hacer un prototipo escala 1:1 de una serie de telares en macramé gigantes, como se imaginaran: fue un fail. La situación nos rebasó y con un 40% del primer telar terminado, nos tocó encerrarnos en nuestras respectivas cuevas y a petición de la Dirección de Carrera: reformular nuestra propuesta por algo más interesante que macramé en macro. Semana Santa suponía ser el plazo para replantear la propuesta que trabajamos todo un semestre, increíblemente se logró. El feedback posterior fue bastante alentador y todo siguió fluyendo casi como si de una broma se tratara. 

Tuvimos el placer de conocer a la nueva directora vía Microsoft Teams y tomar asesorías con expertos en programación vía Google Meetings. Las mañanas en Teams, transcurrían muy rápido o muy lento, algunas veces con somnolencia. Después, la cuarentena se alargó aún más y la esperanza de volver a salir a jugar UNO en un after con amigos, se volvía cada vez más lejana.

El grupo de tesis, por imposible que parezca, mejoró su comunicación cuando la cuarentena comenzó y las revisiones de entregas diarias ayudaron bastante. No hubo bajas en nuestro equipo, ni violencia física como en los mitos de las tesis anteriores. Todo marchó tan fluido al final, que insisto en que parece irreal. 

La fecha del examen profesional se llegó el pasado lunes 11 de mayo y jamás pensé que llegaría así; calmo y sin demasiado alarde. Los nervios de hablarle a la pared detrás de la computadora como mi examen final de la carrera no faltaron a la cita de aquel lunes y bueno, con mi fiel acordeón en Drive me dispuse a hablar y después mis compañeros; todo salió como debía salir, aunque las voces quebradas y con el sentimiento a todo lo que da, también estuvieron ahí. Una hora y media después, los sinodales no tuvieron pregunta alguna y eso no podía ser más extrañamente perfecto. Deliberaron, mientras el grupo esperaba en otra videollamada en Teams y finalmente nos hablaron para unirnos de nuevo. La toma de protesta fue como presenciar una emotiva narración de un partido de fútbol, sin fútbol pero con headsets y audífonos. Las lágrimas cayeron y los papás luchando por hacerse presentes con el audio en Zoom también asistieron. 

Fue raro, al comenzar el último año de la carrera de Moda no sabía que me graduaría con una pieza de arte-instalación como propuesta. Yo quería hacer vestuario para un grupo musical, pero como diría un amigo: “Es lo que hay”.

Anexo una parte de nuestra cheesy conclusión de tesis:

“..Definitivamente, queda este anhelo de verlo realizado y en convivencia con nuestra comunidad escolar, puesto que nos dimos cuenta de la gran labor que hacen las universidades y cómo determinan un antes y un después en la vida de cada uno de sus egresados, nos entristece un poco que nuestros últimos días como estudiantes se hayan perdido de esos recorridos por los pasillos contemplar los buenos momentos y los días por venir,  de ver por última vez los proyectos de nuestros amigos expuestos, o los coloridos vitrales, su alrededor, los imponentes cerros de fondo  y saber que los traslados de madrugada para llegar a la clase de las 7:00 ya no serán más.

Pero también, entendemos que el resultado de esta tesis es una buena forma de despedirnos a distancia, por ahora.”

Instagram: @Caritovoodoo

You may also like: