Jamás me había identificado tanto con una escena en alguna serie hasta que la genia de Phoebe Waller Bridge escribió lo siguiente para el primer episodio de Fleabag en donde ella y su hermana asisten a una conferencia sobre empoderamiento de las mujeres:
Así como Fleabag y Claire estoy casi 100% segura que yo también cambiaría 5 años de mi vida por el “cuerpo perfecto” ¿Se imaginan? No tener que preocuparse por hacer ejercicio diario, no pensar dos veces cuando te decides entre comer pizza o ensalada, no tener que experimentar una crisis nerviosa cada vez que te pruebas ropa. EL SUEÑO. Todo esto considerando que soy feminista y estoy en ese proceso en que cada vez me acepto más por quién soy y la manera en que me veo. Aún así, ¿no estaría increíble?
Aunque siendo realistas, sí de verdad tuviésemos esa posibilidad, probablemente las letras chicas del contrato nos dirían el tipo de cuerpo que obtendríamos de acuerdo a los estándares de una corporación, no el nuestro. Entonces en realidad tendríamos el cuerpo perfecto de alguien más, no el que nosotras queremos. ¿y acaso sabemos exactamente el cuerpo que queremos?
Es más que evidente que todo lo que nos rodea nos dice que la manera en que nos vemos no es suficientemente buena. Crecimos con la idea de que tenemos que ser perfectas: tener un cuerpo esbelto pero no tan esbelto que se nos noten los huesos, tener curvas pero no tantas que tomemos tanto espacio, usar maquillaje pero no al grado que sea evidente.
Aquí dos frases que me abrieron los ojos completamente del libro The Beauty Myth de Naomi Wolf:
“Una cultura obsesionada con la delgadez femenina no está obsesionada con la belleza de las mujeres, está obsesionada con la obediencia de éstas. La dieta es el sedante político más potente en la historia de las mujeres: una población tranquilamente loca es una población dócil.”
“El sexo es rehén de la belleza y sus términos de rescate están grabados en las mentes de las niñas muy pronto y profundamente, con los más bellos instrumentos que los anunciantes o pornógrafos saben utilizar: la literatura, la poesía, la pintura y el cine.”
Díganme que están igual de sorprendidas que yo la primera vez que las leí. Si lo analizamos bien, hace demasiado sentido. Los estándares de belleza siempre están evolucionando, de manera que si llegas a “alcanzarlo”, muy probablemente en unos cuantos años ya no puedas decir lo mismo. Es una constante lucha por llegar a un ideal que está fabricado por un sistema que históricamente ha priorizado el bienestar integral masculino sobre el femenino.
Antes todo esto lo veíamos en las revistas impresas: Glamour y Cosmopolitan fueron algunas de aquellas que crecieron a la fama por justamente publicar guías para bajar de peso, aparentar menos edad y/o 10 maneras de cómo finalmente obtener el hombre de tus sueños.
La diferencia es que hoy en día no tenemos que ir a la tienda más cercana a comprar nuestra revista para sentir que no encajamos en el estándar de belleza. Con tan solo desbloquear nuestro teléfono y entrar a Instagram es más que suficiente. Los filtros en las stories, edición en las fotos y en general la realidad filtrada que vemos en cada una de las publicaciones, hacen que nuestra experiencia en la plataforma esté lejos de ser realista.
Como lo dijo The New Yorker: estamos viviendo en la era de la ‘Instagram face’ Refinery29 también hizo un mini documental al respecto titulado: “The Truth Behind Instagram-Famous Plastic Surgeons” (https://bit.ly/2NLZNj7). Mientras que antes la cirugía estética estaba pensada para mujeres de arriba de 40 años, ahora vemos que estas mismas empresas empiezan a enfocar su mirada también en las mujeres en sus veintes. La diferencia ahora es que estas mujeres están no solamente comparándose diariamente con otras mujeres en redes sociales, sino también con la versión de ellas mismas “mejorada” por un filtro de instagram que hace que los ojos y labios se vean más grandes, la nariz y barbilla más afilada y el color de piel más claro (racist much?). Las fotos con estos filtros aplicados son lo que los recortes de fotos de celebridades eran para los cirujanos plásticos de los 90s. Ahora la comparativa no es necesariamente con una celebridad, sino con una misma.
Y si creías que Instagram era la única plataforma que nos crea inseguridades en la era postmoderna, te cuento que TikTok no se queda lejos. De acuerdo a un usuario del app bajo el nombre de @benthamite, la red social utiliza como determinante en la decisión sobre qué contenido popularizar qué tan atractiva es la persona que aparece en el video. Todo esto lo argumenta con base en papers publicados sobre el uso de algoritmos para medir la belleza de las personas. No me voy a meter en detalles técnicos porque no soy experta y el día de hoy muy probablemente no decidiste leer esto para hablar de tecnología, pero básicamente lo que hacen estos algoritmos es comparar nuestras caras con el “estándar” o “ideal” de acuerdo a nuestra etnia. Entonces entre más te acerques a ese estándar mejor te va a calificar. Este tipo de algoritmos inclusive pueden identificar si tienes textura en tu piel o alguna “imperfección.” Este usuario inclusive creó una página llamada TikTokBeautiful para que las personas puedan subir sus fotos y ser evaluadas por un algoritmo que dice ser muy parecido al utilizado realmente por el app.
Y obviamente en medio de mi narcisismo compulsivo que me hace tomarme selfies casi diarias durante la ‘golden hour’, no pude dejar a un lado la curiosidad de conocer mi calificación de acuerdo al algoritmo. Después de buscar entre todas esas selfies, fotos pretendiendo que no me doy cuenta que me las están tomando y otras cuantas tomadas corriendo para que los 10 segundos del temporizador me fuesen suficientes para posar…subí no una, dos, o tres fotos… si no cinco diferentes. Las calificaciones iban desde 3 hasta 3.29 de 5.
¿Qué increíble no? Lo que vivimos las mujeres cada que vamos a un bar o antro, al menos en Monterrey, en donde te dejan entrar basándose solamente en tu apariencia porque eres el producto que en realidad promueven al interior se vive en una aplicación. Esta corporación muestra su mejor “producto” “contenido” “grupo de usuarios” o como le quieras decir, para captar y mantener la atención de más personas.
Como podemos ver, la belleza es una de las ideologías de las que no nos hemos podido liberar. Y es que en un país en donde los feminicidios son noticia diaria o el congreso busca poner barreras para aprobar la paridad total, es evidente que derrocar a todas estas corporaciones que se alimentan de nuestras inseguridades no encabeza la lista de prioridades.
Es un camino largo, y ya empezamos a ver cambios en los medios con campañas bajo el concepto de “belleza real” o “cuerpos reales.” Lo importante aquí es saber que no importa que tan pequeñas o grandes seamos o nuestro color de piel, cabello u ojos: todos nuestros cuerpos son reales y son bellos. Nuestros cuerpos son los que nos permiten experimentar la vida, conectar con otras personas, crear recuerdos y sentir lo que nos rodea. Entonces, en lugar de vivir peleadas con nuestro reflejo en el espejo, empecemos a aceptarnos tal y como somos, iniciemos una revolución.
Instagram: @cinthya.roura