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reflexión

La importancia de descentralizar la moda mexicana

Por Kassandra Torres

Nací y crecí en la frontera. Reynosa, Tamaulipas para ser exactos, una ciudad industrial donde las maquiladoras son la fuente de trabajo principal en la región y donde el petróleo es el combustible de una economía entera, por ello, en el momento que decidí que mi destino sería estudiar moda y dedicarme a ella, un sinfín de interrogantes surgieron a mi alrededor. Primero por parte de mis padres, después la familia y al final los cuestionamientos por parte de mi círculo entero se hicieron presentes y me hicieron pensar por primera vez: ¿moda? ¿en el norte?.

Y aunque el panorama era claro y tenía bastante bien entendido que mi ciudad era un terreno árido para el crecimiento de una economía de moda, mi mente optimista me hizo creer que el mudarme al estado vecino, Nuevo León, sería el cambio que necesitaría para cumplir con mis planes profesionales dentro de la industria de la moda, sin embargo, años después la realidad me caería como balde de agua fría cuando me di cuenta que el panorama regiomontano no estaba tan alejado del panorama industrial de mi estado natal. Al final del día Monterrey sigue siendo una ciudad industrial como mi querida frontera, únicamente con edificios y un poco más de pretensiones, pero al final del día sigue siendo el norte, ese terreno árido, industrial y ganadero que no tiene espacio para una industria en desarrollo como lo es la moda… o al menos eso pensaba.

Después de años de martirizarme y creer que no había espacio en la industria de la moda para una provinciana como yo, decidí investigar realmente qué estaba sucediendo, con ello entendí que durante décadas la moda en México había sido focalizada en el centro del país, en donde se habían establecido los cimientos más fuertes y las marcas y proyectos más importantes, con ello excluyendo todo el potencial creativo que existe en el resto de los estados del país. Sin embargo, esto para mí era una sorpresa, ¿por qué en el centro sí y en en Nuevo León, Chiapas o Sinaloa no?.

Aunque sabemos que la mayoría de los estados mexicanos están basados en economías que van desde la maquiladora, hasta la pesca y ganadería, es una realidad que durante las últimas décadas hemos reflexionado sobre la importancia que tienen las industrias creativas y culturales como área potenciadora del desarrollo económico de regiones o países en específico, con ello hemos visto a lo largo de los años un gran crecimiento de oferta educativa enfocada a las artes o la moda en distintas regiones de nuestro país más allá de la capital. Es decir, hablando específicamente del noreste, podemos decir que tenemos las escuelas, tenemos al talento, tenemos el potencial creativo, pero entonces… ¿qué está sucediendo?

La realidad es que aunque nuestra región cuenta con cada uno de estos elementos que parecieran la receta secreta para impulsar una economía, durante los últimos años nos hemos dedicado a precisamente romantizar lo que estaba sucediendo lejos de nosotros, en el centro, pensando en maneras de salir y abrirnos paso en una industria ya establecida en la capital cuando más bien, todo este tiempo debimos de estar pensando en crear nuestra propia industria en la región. Tenemos las escuelas, tenemos el talento, sin embargo nos ha faltado la convicción de tomar provecho de este tan mencionado terreno árido que ha permanecido de tal manera porque nadie se ha dedicado a trabajar esta tierra. Así es, una de las causas más grandes detrás de la centralización de la moda en México, es que durante décadas el noreste del país ha sido cuna de cientos de talentos creativos que ante un panorama desalentador deciden abandonar su región en búsqueda de nuevas oportunidades en una industria previamente establecida, lo que nos ha posicionado como un exportador de talentos, pero no una economía de moda en nuestro país. Esto se replica con cada región y estado de México.

Y bueno, ¿Por qué descentralizar una industria que ha funcionado bien durante décadas?

Aunque la premisa de impulsar a la moda mexicana parece una tarea sencilla que muchas veces se resume en hashtags con la leyenda “Compra mexicano”, la realidad es que generar un cambio real en la industria de la moda mexicana no es un proceso lineal que se soluciona promoviendo el consumo local, más allá de eso existen estrategias como la descentralización de la moda, que realmente pretende generar un cambio positivo en la industria nacional, generando nuevos sectores económicos y fuentes de trabajo no solo en el centro, pero en cada estado del país.

En resumen, la descentralización de la moda mexicana, además de generar nuevas ofertas de trabajo, contribuye al bienestar general de ciudades, afianza la cultura del país, promueve la mejora del tejido social y detona a otras industrias a la vez, lo que conlleva a un desarrollo integrador que es capaz de acelerar economías en específico, región por región, estado por estado.

Es por ello que estoy convencida en que la clave para el crecimiento de la industria de la moda nacional radica en la descentralización de la misma, motivo por el cual es de gran importancia cambiar la narrativa en torno a nuestras regiones, ver oportunidades donde muchos ven un terreno infértil y más bien buscar generar un cambio. Y aunque la realidad es que esto no es una tarea sencilla, creo fielmente en que cada vez somos más los proyectos que decidimos permanecer en nuestras regiones, con todas las oportunidades y dificultades que esto conlleva, pero con la firme creencia de que somos solo los primeros de cientos de pilares más que nos ayudarán a generar una industria sólida, en el norte, sur, y cada estado de nuestra república mexicana.

Instagram: @Kasstorress

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