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feminismo

Síndome del impostor en la mujer

Por Alina Tijerina

No recuerdo un momento de mi vida en el que me haya sentido 100% segura de mí misma; claro, he tenido días en los que pienso que podría tomar el mundo con mis propias manos, pero en el momento en el que me topo con algún tipo de competencia, o simplemente alguien con quien compararme, esa seguridad se desvanece.

Como estudiante siempre me consideré bastante inteligente, pero nunca más que mis compañeros hombres que tenían las mismas calificaciones que yo. Había algo que nos diferenciaba: a ellos se les había dicho toda la vida que serían exitosos y a mí, que tendría una gran familia. Cuando a los hombres se les promociona desde chicos que ellos serán los que traigan el dinero a la mesa se les crea una idea en la cabeza de que el éxito es algo asegurado, que los puestos de trabajo que ellos aspiran a tener están abiertos para cuando los quieran tomar. Pero a las mujeres se nos pinta una familia, un hogar que cuidar y por más que esos cuentos de “felices por siempre” no tengan una mala intención detrás de ellos, la realidad es que lo que causan es una inseguridad a la hora de competir por los mismos puestos que nuestros colegas. Descubrí hace poco el término “síndrome del impostor” y me hizo mucho sentido ya que es el sentimiento de dudar de uno mismo constantemente a la hora de la toma de decisiones, incluso es el miedo de que alguien más descubra que en realidad somos un fraude. Esto se puede aplicar en todo, la duda de invertir en un negocio, de aplicar para ese puesto más alto e incluso de dar ideas en una sala llena de personas. Cuando se vive en una sociedad en la que constantemente se nos cuestiona todo lo que decimos, llega un momento en el que la duda se revierte a estar solamente dentro de nuestras cabezas.

IMPOSTER SYNDROME AND HOW TO BANISH IT. Imposter syndrome is such ...

Personalmente he sufrido mucho del síndrome del impostor desde que me gradué de la universidad. Al platicar con amigas me di cuenta que no estaba sola, que es algo común incluso entre las más exitosas de nosotras; pero a la hora de conversar con hombres, el sentimiento no es lo mismo. Aquí es donde entró mi curiosidad: ¿será que el síndrome del impostor es más común en mujeres que en hombres? Para mí sorpresa -no tan sorpresa- la realidad es que dicho sentimiento se ve más en minorías. La causa de este síndrome es debido a que a falta de representación diversa en las empresas o, en sí, puestos de trabajo, las minorías no pueden visualizarse ahí. Creo que es algo bastante entendible ya que lo podemos comparar con temas de estándares de belleza. Cuando estamos acostumbradas a ver mujeres caucásicas, altas y extremadamente flacas es muy complicado visualizarse en la misma portada de la revista si no te ves de esa manera. En el caso de las mujeres el síndrome del impostor está presente porque a través de nuestras vidas hemos sufrido una opresión sistémica por parte del patriarcado que nos ha hecho pensar que lo único para lo que seremos buenas es para ser madres y amas de casa. Tal vez no es algo tan fuerte ni tan presente en el 2020 ya que el feminismo está muy vivo ahorita, pero es una realidad que en nuestro subconsciente está el escoger entre tener una familia o tener un buen trabajo. Y que al final del día, probablemente no nos lancemos a tirarle al gran premio porque nos da miedo que alguien nos reconozca como fraudes.

Este no es un texto para deprimir a nadie, es al contrario, un llamado a que nos demos cuenta que lo que sentimos como inseguridad es algo totalmente normal por lo que la mayoría de las mujeres pasan. Sin embargo es algo que no se debe aceptar y vivir con ello, porque tristemente ese sentimiento de no ser suficiente puede ocasionar que nuestros sueños no se cumplan, o bien, que nos saquen de un trabajo que amamos. Ya es suficientemente difícil para las mujeres superar los obstáculos que el patriarcado nos pone para llegar a donde queremos, como para que una idea de que no somos buenas nos tumbe. Así que por esto les aconsejo que observen sus pensamientos cuando solas se empiezan a hacer menos. Por ejemplo, cuando alguien hace un cumplido y tendemos a agachar la cabeza o negar que no es algo “tan bueno”, eso es una señal clara del síndrome del impostor. Creerse cumplidos es el primer paso para entender que la idea de que no somos buenas está solo en nuestra cabeza. Así como nosotras como feministas queremos derribar todo un sistema patriarcal, comencemos derribando las ideas en nuestro interior que no nos ayudan a florecer. Las mujeres hemos llegado demasiado lejos; la historia y nuestras hermanas nos han demostrado que las ideas que nos venden desde chicas son falsas y que no hay nada que no podamos hacer. Realmente creo que si dejamos de dudar en nosotras mismas, todo el control que el patriarcado ha generado sobre nosotras comenzaría a destruirse y es ahí cuando no se podrá detener todo el cambio que queremos traer al mundo.

Imposter Syndrome is a Mindset — Blag

Instagram: @alinatijerina

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