Sería difícil imaginar a una persona que no tenga por lo menos un pantalón, de la forma y material que sea, un casual Levi’s, un culotte, un pantalón sastre hecho a la medida, un ya ahora pasado de moda Capri, un cargo, o los famosos cigarette pants llegando hasta las tendencias como los pantalones de látex, sin embargo no siempre fue así, y aunque ahora no podríamos vivir en un mundo sin pantalones, nuestras abuelas y bisabuelas si lo hicieron.
Mi abuela nació en el año 1933 donde las mujeres aún no votaban ni usaban pantalones, donde no podían estudiar medicina o en general cualquier carrera de hombres, la regla era “Secretaria o ama de casa” y esto era todo a lo que una mujer podía aspirar, y para mi el uso de pantalón iba directamente relacionado, no era necesario una prenda “todo terreno” si las mujeres solo podían escoger entre dos; la casa y una oficina donde solo se les consideraba aptas para contestar llamadas.
Mi abuela cuando iba al mercado o a hacer mandados, estaba ya harta de que le levantaran la falda en la calle, la mirada perversa del chofer del autobús cuando al subirse se asomaba lo que había debajo, así que decidió el mayor acto de rebeldía: mi abuela en agosto de 1947 por primera vez se puso unos jeans marca Levi’s que compro a un señor que traía cosas del “gabacho”. Para hacer el acto aún más inapropiado eran pantalones de hombre, esto porque aún el mercado no fabricaba pantalones de mujer.
Salió un día con sus pantalones de mezclilla puestos, y fue el día donde ella me cuenta que a pesar de todas las miradas que la juzgaba y la veían con cara de “esta rompiendo nuestros valores” jamás se había sentido más libre.
Gabrielle “Coco” Chanel quien le dio fin al corset que nos ahogaba y dio a luz al pantalón que nos liberó, instala el concepto de una “nueva mujer”, una mujer fuerte, en pantalones y sacos, con el cabello corto, fumando, una mujer que viste de negro cuando esto no era bien visto, una mujer libre.
Chanel posaba en pantalones, en camisas a rayas y prendas al estilo navy, inspirando a miles de mujeres a respirar, a romper los corsets y los estereotipos femeninos, a tener la oportunidad de estar cómodas y no sentir que se saldrá el corazón por la garganta cada vez que se ponían un vestido entallado, se revolucionó la figura femenina, adoptando una forma natural, dejando de lado los pechos levantados y la cintura de avispa que a la larga causaba deformaciones, para así incorporar siluetas neutrales, incluso siluetas masculinas.
Otro diseñador que es parte de esta revolución es Yves Saint Laurent, quien como una oda a la mujer la pone en un esmoquin y resalta la energía fuerte y dominante que las mujeres tenemos, en 1966 Yves diseña el primer esmoquin femenino, creando una fusión entre las líneas limpias de la silueta masculina, pero dándole la esencia de feminidad con formas suaves.
Los pantalones son parte clave de como la mujer por fin se incorpora al campo laboral durante la Primera Guerra Mundial, y toman aún más protagonismo durante los 80’s con el “Power Suit” que es un simbolismo hacia el poder que una vestimenta ejecutiva, la cual empieza a verse en las calles de las ciudades más importantes con mujeres abarrotando oficinas de las firmas de abogados, empresas de arquitectura, relaciones públicas y editoriales, las cuales anteriormente eran dominadas por el sexo masculino.
Estas mujeres en pantalón desafían los roles de género al tener puestos profesionales y dejar la idea de la maternidad forzada.
Durante los 90 vemos aún más esta liberación, incluso en personajes de la televisión como Samantha Jones y Miranda Hobbes de Sex and the City, a quienes vemos vistiendo trajes aludiendo a sus empleos poderosos y su deseo de ser mujeres independientes.
En la actualidad el pantalón representa una parte indispensable que ya tenemos tan normalizada que no nos detenemos a pensar en todo lo que está prenda que portamos todos los días representa.
Así que cada vez que uses un pantalón, hagamos homenaje a todas las mujeres rebeldes, a los espíritus libres, a la caída de los estereotipos, a la liberación femenina y al poder que tenemos en nuestras manos.
Entonces dime, ¿Qué pantalón vas a ponerte hoy?
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