Lo primero que voy a decir es que tenemos que parar de compararnos con el supuesto “ideal” de que nuestras vulvas tienen que verse de cierta forma. Todas las vulvas son diferentes, tienen diferentes tamaños, formas y colores, y mientras funcionen bien, TODAS son perfectas.
Por si algunas todavía no lo saben, pero se puso de moda que los cirujanos plásticos empezaran a hacer labioplastias en los genitales de las mujeres. Esto quiere decir que las mujeres se someten a una cirugía cosmética donde les cortan los labios vaginales para que se vean más pequeños y “más bonitos”. El que mujeres quieran someterse a este cambio viene de un constructo social, de las creencias sobre el ideal de belleza femenino.
Es importante mencionar que hay personas que no tienen el privilegio de contar con atención médica adecuada, por lo que su única opción es recurrir a los charlatanes, algunos en posiciones de poder, que se saben vender con la gente más vulnerable. Este procedimiento puede resultar en graves complicaciones de salud, y de aquí viene mi protesta de erradicar las labioplastias.
Me gustaría compartirles la historia de una mujer que me escribió desde Cancún. Una mujer con pocos recursos económicos, quien confió en una ginecóloga, y gastó todos sus ahorros para someterse a una labioplastia. La doctora supuestamente es reconocida por hacer estos procedimientos, hasta en chavitas de 17, 18 años. En el caso de esta mujer, la operación salió muy mal, seguido con un pésimo trato por parte de la ginecóloga.
Cuando ella fue con otros médicos para que la revisaran, le dijeron que le habían amputado por completo sus labios vaginales. Esta mujer vive con graves secuelas emocionales y físicas. Vive con severa incomodidad y dolor vulvar. No ha podido retomar su vida sexual. Sin duda, esto ha afectado en su autoestima y en su calidad de vida por completo.
No nacimos con la necesidad de querer cambiar nuestros cuerpos, la sociedad nos inculcó estos pensamientos tóxicos y los fuimos adoptando. Compramos su discurso. Desde lo que vemos en la pornografía, como también los comentarios que recibimos de las mismas parejas, familia, amigas, nos van generando ciertos traumas, y nos llevan a tomar decisiones que pueden perjudicarnos más a la larga. Comento familia porque sí me han llegado historias de comentarios negativos (algunos sin la intención de lastimar) que hacen mamás a sus hijas sobre sus genitales.
Sin duda, la pornografía es la fuente de educación sexual de muchos adolescentes, pues no cuentan con acceso, mejor información, y educación positiva sobre sexo, sexualidad, y salud sexual, tanto en la escuela como en casa. Recuerdo la clase (sí, solo nos dieron una) de educación sexual que me dieron en secundaria, y me da mucha tristeza. Un poco de impotencia también. Lo que hubiera dado por recibir una educación sexual que invite al autoconocimiento, a la aceptación de nuestros cuerpos, al goce, al placer.
Andrew Goldstein, ginecólogo y director de los centros de desórdenes vulvovaginales en Estados Unidos, es uno de los doctores que está en contra de las labioplastias y da un mensaje muy claro digno de compartirse.
“Mujeres: no caigan en esta creencia, en este “ideal” de genitales perfectos. Mi esposa (dermatóloga y especialista en ética médica), y yo escribimos en conjunto un artículo sobre las complicaciones éticas alrededor de la labioplastia cosmética. Este procedimiento no siempre se ofrece ni se realiza con las propias medidas de seguridad. Es común que muchos cirujanos no están capacitados adecuadamente para hacerlo, pues no es muy claro todavía cuál es la mejor forma de realizar el procedimiento, y tampoco conocemos la verdadera taza de complicaciones. En una ocasión traté a una paciente que se sometió a una labioplastia. El procedimiento no lo hicieron bien, lo que le generó severas complicaciones, y el resultado de tomar antidepresivos para combatir con el dolor. Si eres de las que cree que tus genitales son feos y que necesitan ser alterados quirúrgicamente, considera mejor hablar con un terapeuta que te ayude a entender la raíz del problema. Las emociones negativas sobre el cuerpo normalmente se relacionan con experiencias pasadas con la pareja, con la vergüenza, asociados con la sexualidad, o son estas falsas creencias de cómo se “deben de ver” las vulvas. Las invito a que reconozcan primero de dónde viene este sentimiento antes de permitir que un extraño les corte sus genitales.”
Nunca voy a juzgar a una mujer por las decisiones que haga con su cuerpo. Su cuerpo, su decisión. Pero si es importante para mí abrir la conversación entre nosotras y reflexionar de dónde vienen estas decisiones. Si realmente las hacemos por nosotras mismas, o por lo que los demás piensan de nosotras. Vivimos en un mundo donde todavía existe la mutilación genital femenina en varias culturas, en donde estas mujeres y niñas (mas de 200 millones) no tienen ni voz ni voto sobre sus cuerpos. No permitamos llegar a este punto en donde nos corten, mutilen, una parte del cuerpo que no tiene razón alguna para ser cortado.
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