En el entorno global incierto de hoy, las marcas buscan minimizar las cadenas de suministro largas y complejas que son demasiado dependientes. Pueden encontrar “onshoring” y “nearshoring” como solución. Se refiere a la reubicación de proveedores y fabricantes más cerca de casa o del propio país de origen.
Esta reubicación brinda a la sostenibilidad, un nuevo y mejor escenario en donde las cadenas de suministro pueden ser ubicadas en países de origen que tienen leyes laborales y regulaciones ambientales más estrictas. Con cadenas más cercanas, se reduce la huella de carbono de las prendas, ya que las piezas terminadas se envían a distancias más cortas desde el fabricante hasta el frente de la tienda.
En resumen, una cadena de suministro que se puede rastrear es una cadena de suministro que puede mejorar. La pandemia está impulsando las preferencias de los consumidores hacia empresas que actúan de manera responsable y comprenden la sostenibilidad con profundidad y sinceridad. Los consumidores también están empezando a preocuparse por el origen de su ropa.
Existe la posibilidad de un efecto sinérgico entre la demanda de los consumidores y la reubicación de la cadena de suministro de las marcas, y esto podría ser solo el impulso para que la moda sostenible se convierta en la norma.