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Cadena de suministro en la industria de la moda: Del Covid-19 a una dirección más sostenible

Por Alison Vielma Lozano

A medida que el coronavirus da un vuelco a la economía mundial, la industria de la moda ha comenzado a apreciar la importancia de una cadena de suministro resistente, flexible y confiable.

Cuando comenzó la epidemia de coronavirus en China, algunas marcas de moda comenzaron a tener problemas al descubrir cuán dependiente era su producción de la fabricación china. Esto ha impactado drásticamente a la industria de la moda, de modo que por el lado de la demanda, las ventas de ropa han caído drásticamente. Y por el lado de la oferta, ha habido una conciencia dramática sobre las vulnerabilidades de las cadenas de suministro que dependen globalmente. 

Las marcas ahora tienen la oportunidad de un momento para reflexionar, y reconocer que muchas cadenas de suministro actuales son frágiles, precarias y ni siquiera “sostenibles”.   

Pero, ¿cómo llegamos aquí?...

Si miramos la evolución de la industria de la moda, vemos que hasta cierto punto la globalización le permitió convertirse en lo que es hoy. Con la revolución del transporte marítimo y varios acuerdos comerciales libres, las empresas de ropa se vieron incentivadas a llevar la producción al extranjero. Allí, podrían aprovechar la mano de obra barata y externalizar costos no deseados. 

Si bien esto brinda oportunidades de empleo en las economías en desarrollo, de la misma manera, da paso a violaciones éticas y ambientales.

¿Qué viene en el futuro?

En el entorno global incierto de hoy, las marcas buscan minimizar las cadenas de suministro largas y complejas que son demasiado dependientes. Pueden encontrar “onshoring” y “nearshoring” como solución. Se refiere a la reubicación de proveedores y fabricantes más cerca de casa o del propio país de origen.

Esta reubicación brinda a la sostenibilidad, un nuevo y mejor escenario en donde las cadenas de suministro pueden ser ubicadas en países de origen que tienen leyes laborales y regulaciones ambientales más estrictas. Con cadenas más cercanas, se reduce la huella de carbono de las prendas, ya que las piezas terminadas se envían a distancias más cortas desde el fabricante hasta el frente de la tienda.

En resumen, una cadena de suministro que se puede rastrear es una cadena de suministro que puede mejorar. La pandemia está impulsando las preferencias de los consumidores hacia empresas que actúan de manera responsable y comprenden la sostenibilidad con profundidad y sinceridad. Los consumidores también están empezando a preocuparse por el origen de su ropa.

Existe la posibilidad de un efecto sinérgico entre la demanda de los consumidores y la reubicación de la cadena de suministro de las marcas, y esto podría ser solo el impulso para que la moda sostenible se convierta en la norma.

Instagram: @alisonvielma

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