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¿Mi manera de vestir define mi inteligencia?

Por Melissa Jauregui

Hace unos días estaba leyendo un artículo donde se invitaba al lector a comenzar a uniformar su vestimenta diaria. “Ahorras tiempo, dinero y preocupaciones. Vestir siempre lo mismo es más inteligente de lo que parece”.

Primero que nada, ¿te imaginas a todos vistiendo lo mismo todos los días? Qué increíblemente aburrido. Por otro lado, dicha frase resonó conmigo y me hizo preguntarme si la inteligencia en realidad está ligada con la manera de vestirnos. ¿Qué dice mi ropa sobre mi inteligencia?

Los casos más conocidos sobre personas exitosas o percibidas como inteligentes generalmente están relacionados con su vestimenta diaria. Tales como Steve jobs, Mark Zuckerberg, Albert Einstein, Barack Obama y diseñadores como Michael Kors, Carolina Herrera, Alexander Wang entre otros, son claros ejemplos del uniforme diario.

Entonces, ¿Por qué las personas exitosas visten lo mismo todo el tiempo? En resumen para no tener que pensar en qué se van a poner todos los días. Esto también se le conoce como fatiga de la decisión. Esto es una condición real donde la productividad de una persona se ve afectada por tomar demasiadas decisiones irrelevantes, por lo que grandes figuras deciden optar por esta preferencia para ahorrar energía y tiempo en cosas que valen la pena.

Y subrayo “valen la pena” porque no estoy muy de acuerdo con esto último. El vestirnos claro que suena banal y trivial en comparación a el ex Presidente de Estados Unidos y a los genios de grandes compañías pero para los mortales como nosotros, y específicamente los mortales tratando de trabajar en una industria sumamente criticada y señalada por frívola y superficial, ¿en dónde nos deja?

Mi primer acercamiento sobre la gran pregunta del porqué vestir igual todos los días, de hecho fue desde hace mucho tiempo. Mi Papá; artista y creativo, y en ese entonces dueño de una de las mejores agencias de publicidad del momento, vestía todos los días pantalón y camisa negra. Días de trabajo y días de “descanso”. En ese entonces no me cuestionaba tanto el detrás del porqué de está decisión, simplemente me burlaba de su falta de “emoción” en sus prendas.

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Conforme fui creciendo, decidí desarrollarme dentro de la industria de la moda, y entendí la gran frase de “la moda es superficial”. Existe el estereotipo de que la moda está peleada con la inteligencia, ya que la industria se considera una rama creativa y lo creativo se relaciona con lo femenino, concepto que durante décadas se ha asimilado como lo débil y muchas veces superficial, así considerando a la moda un asunto poco trascendental y sin importancia en nuestras vidas, o a lo largo de ellas.

Y  creo que por eso existe la idea preconcebida, de que si nos vestimos de tal manera, seremos juzgados como bobos o ridículos, y de ahí, el porqué no nos tomarían en serio.

 “Un outfit no va cambiar el mundo, probablemente ni va cambiar tu día”. Seguramente quién dijo esto, no tiene ni idea de la psicología detrás del vestir. Está comprobado como lo he dicho varias veces que el vestirse tiene un enorme impacto en tu estado de ánimo, entre otros beneficios. De hecho hay muy poca conversación sobre la sociología de la vestimenta y lo que en realidad nos lleva a tomar decisiones como el qué vestir día a día.

De alguna manera, se nos dice entre líneas que hay cosas mucho más importantes como el decidir que vestir, y las grandes mentes no le dan importancia al cómo lucen o la imagen que puedan dar, ya que lo que tienen para aportar al mundo es mucho mayor y sí es verdad. Pero por otro lado, los que trabajamos en moda ¿esto nos convierte automáticamente en superficiales por sí darle importancia? Para muchos de nosotros es una manera de expresarnos, no solo estamos hablando de ropa, sino de cultura, arte e historia.

 


Y aún más lamentable, se ha comprobado en varias ocasiones que las mujeres somos más criticadas por nuestras elecciones de ropa a diferencia de los hombres. Es decir que, a la mayoría de nosotras, nos han hecho sentir tontas o bobas por lo que nos gusta vestir. Nuestro valor dentro de la sociedad se ha rebajado a solo eso, a que se nos etiquete únicamente por nuestra imagen y vestimenta que por el intelecto que se posee o incluso por razones laborales. Ya que al momento que alguien decide vestirse “bonita” o “con estilo” es automáticamente sinónimo de superficial. ¿Si ves la incoherencia?

Entonces, ¿realmente está asociado la vestimenta con la inteligencia o solo es una idea preconcebida? Derribando un estereotipo a la vez, en su mayoría los hombres no necesitan tener cierta imagen para demostrar que son inteligentes, de lo contrario, a nosotras las mujeres se nos evalúa sólo por la imagen y eso sí es superficial. Si decido vestir de rosa, lentejuelas o faldas, esto no interviene con mi inteligencia, mi capacidad y talento.

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