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Sobre cómo la pandemia y un match en Bumble cambiaron mi perspectiva de las apps de citas

Por Dana Rangel

Antes de que empieces a leer este artículo tengo que confesarte algo, yo nunca fui de las personas que creía en las apps de citas. Con esto no me refiero a que no creyera que fueran verdad las mil y un historias de amigas, y amigas de amigas que habían conocido a su pareja actual, al amor de su vida o simplemente a alguien increíble por este medio, más bien me refiero a que nunca creí que fuera algo que me pudiera a funcionar a .

Siempre fui fiel creyente del romanticismo, de la coincidencia de conocer a una persona de manera orgánica, creyente de cómo el universo se llega a alinear para que dos personas lleguen a conocerse, de la magia que puede llegar a tener un pedazo de papel en el que alguien te escribe su autor favorito, del cual platicaron emocionados minutos antes de que llegaran sus amigos y tú te tuvieras que ir del café donde se conocieron un domingo por accidente. Siempre fui fiel creyente de la importancia de esto hasta que una pandemia y un match en Bumble cambiaron mi perspectiva de las apps de citas y sobre todo de mí misma.

Todo este escenario salido de una chick-flick fue algo que me pasó en la vida real, cada que lo compartía con mis amigos y conocidos era como un milagro del siglo XXI, para mí todo lo contrario, el milagro siempre estuvo en coincidir en un mundo digital y poder llevar esta conexión a algo más.

Antes de que el Covid-19 llegara a nuestras vidas lo que más disfrutaba de mis días eran las cosas pequeñas, pasar tiempo con mis mejores amigas, manejar a mi trabajo mientras llamaba a algún familiar o salir a tomar un café por mi cuenta y preguntarle al barista como iba su día. Después de entrar en cuarentena todo esto cambió, la rutina de todos dio un giro de 180º. Para mi esto significó distanciarme físicamente de mi familia lo que también dio entrada a un distanciamiento emocional, haciéndome sentir que vivía sola por primera vez, que aunque no era el caso, el no poder tener a mis seres queridos cerca me hacía sentir aislada, haciendo que mi relación conmigo misma cambiara, convirtiendo al tiempo conmigo misma, aquel que tanto valoraba, en mi peor miedo.

Como lo mencione al principio de este artículo, yo consideraba que las apps de citas no podían funcionar para alguien como yo. Cuando digo esto me refiero a alguien que no entra en el estándar de belleza que es glorificado en el lugar en el que vivo. Un estándar que se nos inculca de manera consciente o inconsciente y que nos lleva a pensar que nunca somos lo suficiente.

El estar sola intensificó este miedo y más que nada esta realidad. La realidad de que el amor propio que existía en mí no era del todo cierto, que mi autoestima en la vida real no hacía match con mi persona en línea. Mi lógica, opinión y últimadamente juicio sobre mí misma, era pensar que si me conoces en persona podrías dejar de lado mi cuerpo y todos los “defectos” que yo veo, podrías ver más allá de eso y conocer la persona que realmente soy. Mi pensamiento era que yo no podía crear una conexión en línea ya que 6 fotos, una descripción y ciertas preguntas no eran suficientes para querer conocerme.

Estoy feliz de reportar que este no fue el caso, que un solo match, (después de algunos cuantos) cambió mi forma de pensar. Al final del día -probablemente por el aburrimiento de estar en cuarentena-, mi curiosidad fue mayor que mi miedo y me llevó a experimentar de nuevo con esta plataforma. 

Un solo match, me permitió darme cuenta que a pesar de la distancia física, los malabares que hacemos en home office y las distintas zonas horarias que esta pandemia se encargó de recordar, también nos recordó lo afortunados que somos de poder formar nuevos vínculos y sobretodo de reforzar los que ya tenemos. Me recordó el valor de un simple mensaje de buenos días, un ¿cómo estas? O un ¿ya comiste hoy?

Me demostró que a pesar de todos mis prejuicios, la curiosidad, la vulnerabilidad y el algoritmo de una dating app pueden llegar a crear una conexión igual de increíble que el conocer a alguien en persona. Una conexión que puede desmentir las mentiras que tú sola te dijiste.

Demostrar que las personas son capaces de verte completamente como eres, aunque sea a través de una pantalla, siempre y cuando estés abierta a esa posibilidad, a la posibilidad de amarte y conocerte y darle al mundo la oportunidad de que también lo haga.

Y sobre todo me demostró que la magia y las coincidencias existen no solo en el mundo real sino también en todos los rincones del espacio digital.

Tú también date la oportunidad de que Bumble cambie tu perspectiva de las apps de citas descargando la app dando click en este enlace. También conoce algunas de las historias que usuarixs de Bumble han compartido sobre sus matches #Matchingones en su cuenta de Instagram.

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