NOISE MAG

moda

Abuso sexual en la moda: Una realidad poco hablada

Por Lú Almaguer

Destellos, lentejuelas y champaña; luces, cámaras y estrellato; lujo, fiestas y desenfreno. Seamos sinceras, de pequeñas, pensar en el mundo del modelaje nos invitaba a imaginar nuestras fantasías más cool y elegantes jamás imaginadas. Donde una viste de diseñador de pies a cabeza, donde una tiene todo lo que quiere por el simple hecho de pararse frente a una cámara y lucir guapa. Y lo creíamos, porque la industria de la moda nos lo ha vendido de esa manera, nos ha hablado de un mundo en el que podríamos viajar a los lugares con más moda del mundo, que tendríamos todo por ser las chicas que mejor visten.  Sin embargo, tenemos que admitir que madurar nos ha hecho entender muchas cosas. La primera, es que ser modelo no es simplemente tomarse una buena foto o saber caminar sobre una pasarela, es mucho más que eso. La segunda, y la más importante, es que el mundo de la moda puede llegar a ser tan escabroso como nuestra vida real.

Pongámoslo así, si la vida es una montaña rusa, casos como el de Alexander Wang nos hacen recordar que cuando se trata del mundo de la moda, las cosas también pueden ir en picada. Y no, AW no es el primer personaje de esta industria en enfrentarse a acusaciones de abuso sexual, y la verdad, tampoco será el último. 

Situémonos, corría el tercer día del 2021 y las noticias soltaban una bomba. Owen Mooney, a través de unos vídeos de TikTok relataba su historia, el modelo platicaba como en el 2017 había atendido a una fiesta en Manhattan y había sentido que le agarraban la pierna y la entrepierna y tras preguntar quién se había propasado con él, la respuesta que obtuvo fue “un diseñador muy famoso”. Nick Ward fue el siguiente, quien relató que  en una fiesta en Brooklyn (también en 2017) en la que le sucedió lo mismo, solo que sus amigos fueron los que le informaron de que el espontáneo había sido Wang. Y de ahí las acusaciones saltaron tan rápido como la pólvora. 

Es más, gracias a Diet Prada y ShitModelManagement, el asunto siguió sumando comentarios de otras personas, reiterando que las acciones de Wang no habían sido cosa de una sola vez. Una persona contaba que un amigo trans había compartido una limusina camino a una fiesta y que Wang le colocó «MDMA» -o «Éxtasis»- en su botella de agua. Después, otros recordaron experiencias similares con Wang, donde el MDMA resaltaba como engrasador de abusos. Y por si fuera poco, han sido muchas las modelos trans que han asegurado que dentro de la industria es sabido que a AW le gusta mostrar los genitales de las modelos en fiestas para divertirse.

Ahora, mientras los casos se apilaban y apilaban, lo único que yo podía pensar fue en aquella op-ed de Emily Ratajkowski y en cómo se vulnerabilizaba ante el mundo y contaba abiertamente ese infierno que pasó al inicio de su carrera. Sería que estos casos tendrían la misma repercusión, me preguntaba. Y aunque en mi mente decía que sí, la verdad es que ver a pocas celebridades decirle a todos estos chicos y chicas YO TE CREO, las voces fueron escasas y esporádicas. Es más, me hicieron recordar aquella frase que EmRata redactaba en su carta en The Cut de cuando intentaba hablar con un abogado para demandar a su agresor: “(tus acusaciones) son muy vulgares e infantiles como para que Jonathan responda a ellas” ¿Vulgares? ¿Infantiles? ¿Desde cuándo standing up por ti y para ti se convierte en algo ordinario? ¿Por qué sería infantil defenderte? ¿Por qué no creerle a la gente? 

Puedes leer la carta de Emily Ratajkowski para The Cut aquí​

De verdad, ¿por qué parece tan difícil creer que una persona dice la verdad de una situación tan delicada? Pero sobre todo, ¿en serio la gente prefiere ponerse de lado de un posible acosador que de un posible mentiroso? Ahora, acordémonos que, cuando de mujeres en USA se trata, el 2% de las acusaciones son falsas, por lo que nuestra lógica dice que cuando se trata de hombres la cosa podría ser muy parecida. Pero lamentablemente, muchos abogados especializados en este tipo de casos dentro de la industria han señalado que es habitual que muchos modelos decidan finalmente no emprender acciones legales por miedo a ser ridiculizados o por ser acusados de oportunistas. Por lo que la resolución sigue siendo la misma: no importa quién sea la víctima, el YO SÍ TE CREO va sin pensarlo.

Instagram: @Marilu_ac

You may also like: