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Historia de la Moda: La democratización del pantalón

Por Caro Carvajal

¿Cómo eliges tu atuendo antes de salir? ¿Practicidad? ¿Estética? ¿Lo primero que encuentras en el caos del clóset?

Muchos años de mi vida huí de las faldas porque me gustaba “estar lista para correr”, algo así como andar todo terreno en un par de jeans, mientras en bici, patineta, a pie o en camión, surfeaba la selva de concreto en la que viviera.

En el artículo pasado reflexionamos acerca de la “Gran Renuncia” del hombre a la moda donde concluimos que el movimiento de esta no-derrota, venía cargado de la búsqueda de practicidad, pasar “desapercibido” y el entender que la mejor cualidad era ser él mismo. Lo sé, parece sacado de un romcom dominguero… pero ojalá fuera tan simple. 

En pleno 2021, para algunos el significado simbólico de la ropa puede más que cualquier otra cosa que envase tu cuerpo. 

La moda es política y no es cosa nueva. Un ejemplo es el pantalón femenino, una prenda con anécdotas inyectadas de provocación, el anhelo de marcar un statement, de lograr la igualdad indumentaria entre ambos sexos; prenda “regulada” e incluso prohibida en ciertos países, pero vayámonos por partes.

Exclusividad para el hombre

“La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al Señor tu Dios” dice la Biblia.

Visto como una revolución de carácter sexual y acusado de corromper la moral, el pantalón femenino no la tuvo fácil. Prohibido para las mujeres por una ordenanza napoleónica, curiosamente derogada solo hace pocos años en Francia, resultó en que alrededor de 1851, una pieza textil diseñada para proteger las piernas y darles mejor movilidad, se convirtiera en un símbolo de la lucha femenina por la igualdad de sexos.

Los bloomers y el ciclismo

Aproximadamente en 1870, los modelos de bicicletas implementaron que ambas llantas tuvieran el mismo tamaño, se agregaron pedales y una cadena que transmitía la energía de una llanta a otra. Es así como las bicis de esta época comenzaron a venderse aunque a un alto precio. 

Las mujeres de clases altas que podían permitirse uno de estos modelos, comenzaron a atreverse a montar este medio que les permitía desplazarse rápida y libremente, dejando atrás el encierro del hogar por un rato. Añadiendo así: “Andar en bicicleta”, a la lista de cosas mal vistas en una mujer. Pues era la suma de llamar la atención y andar rápido. 

Si una mujer andaba en bicicleta, automáticamente su moral se ponía en duda y rompía con lo establecido en el comportamiento femenino. No es de sorprenderse que las primeras ciclistas sufrieron acoso callejero, compuesto por insultos y agresiones. Adicional a esto, tuvieron que lidiar con la muy poco práctica vestimenta como los corsés y la pesadísima ropa interior de esos años. 

Todo esto daría paso a los bloomers, unos pantalones anchos con inspiración turca, creación de Amelia Bloomer. Prenda que tampoco pudo evitar el rechazo social, a pesar de su practicidad al pedalear. 

Las Guerras

Los años en que el mundo estuvo en guerra, las mujeres se vieron forzadas a utilizar la ropa de sus esposos y salir a trabajar en puestos que originalmente eran asignados a los hombres y que requerían de indumentaria cómoda y segura.

Las Teddy girls

Los años postguerra y contracultura, dieron lugar a las Teddy girls, chicas de clase trabajadora con un estilo propio: sacos, camisas con cuello, zapatos planos, mascadas y pantalones doblados hasta la pantorrilla.

Denominadas como la contraparte femenina de los Teddy boys y aunque con salarios más bajos que ellos, lograban ingeniarselas en tiendas de segunda o confeccionando sus prendas y armar estos outfits que, sin saberlo, le mostraban al mundo su determinación y que ellas tomaban sus propias decisiones.

Who Were The Teddy Girls And How They Inspired Our Current Fashion -  Fashion - How About

Jeans de diseñador

A finales de los 60, el pantalón se convirtió en la primera prenda mixta y ganó popularidad con los movimientos juveniles contraculturales. Se abrazan todos por igual: de mezclilla, acampanados y de todas formas y colores.

Posteriormente fue adoptado por la alta costura y el prét-a-porter, en colecciones de André Courrèges y en su variante más formal, en 1966 con el lanzamiento de le smokin de Yves Saint Laurent, quien creía que “La libertad y la igualdad no se compran con un calzón, son un estado de ánimo“.

Le Smoking: el traje que liberó a la mujer

¿Uniforme neutro?

Otro movimiento más reciente, se dio en las escuelas y la búsqueda de que la ropa ya no sea objeto de clasificación de género. 

En Junio de 2019, en la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, junto con el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma, presentó el programa de uniforme neutro,con el cual, niños y niñas de preescolar, primaria y secundaria de escuelas públicas y privadas de la Ciudad de México podrán elegir usar falda o pantalón como parte del uniforme escolar sin importar su género.

Ojalá cada día sea un paso hacia un mundo más amable para con las decisiones humanas sobre cómo quiere vestir su cuerpo.

Instagram: @voodoo.aep

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