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Hace unos días estaba tirada en mi cama viendo Sex and The City por tercera vez, cuando de repente me encontré riéndome con una escena “romántica” entre Big y Carrie. Mientras sentía mariposas en el estómago con la escena ,me detuve dos segundos para recordar lo mucho que los odio. Se preguntarán por qué el odio a dos personajes totalmente ficticios y pues, la respuesta está en lo tóxica que es su relación y lo mucho que ha sido romantizada. Esa risa que salió de mí fue un reflejo casi automático de lo que, normalmente, pensaría es una relación de pareja envidiable. Pero una vez puestas las gafas violetas, te puedes dar cuenta de lo malo que es Big con Carrie. Teniendo yo toda la teoría del por qué Big no es buena pareja ni es un tipo al que debemos estar idealizando, no podía entender por qué me encontraba sonriendo como niña de secundaria durante las escenas de ellos dos juntos. Fue como si me tuviera que dar una cachetada con mi propio feminismo para recordar que es por personajes como estos que las mujeres caemos por hombres que no nos tratan bien.
Como bien se sabe, los medios de televisión, Hollywood, la música, etc. son reflejos de la sociedad; y como también bien se sabe, la sociedad está fundada en ideas patriarcales acompañadas de misoginia. Esta puede ser internalizada o puede estar a flor de piel, pero de igual forma, son ideas con las que crecimos. Con esto voy a mi teoría del por qué las mujeres caemos por el hombre malo; porque desde pequeñas nos dicen que aquél niño que nos jala el pelo y nos escupe en los recreos es el que está enamorado de nosotras. Esa idea, tan errónea por cierto, justifica al niño por sus malas acciones y hace a la niña pensar que es especial por ser molestada. Y así como el humano evoluciona, la idea del niño molesto también lo hace. Como adultas, pensamos que las pequeñas buenas acciones que los hombres equivocados hacen por nosotras, tienen como significado el que les gustamos. Les doy otro ejemplo de esto con el famosísimo personaje “H” de la película 3 Metros Sobre El Cielo. Muchas mujeres se obsesionaron con este personaje cuando la película salió, diciendo que querían a alguien como H y ellas deseaban ser Babi. Pero no logro entender cómo pudimos haber deseado que un tipo desconocido en moto nos gritara “fea” para llamar nuestra atención. O que nuestra primera relación sexual con él fuera en un espacio terriblemente asqueroso, pero porque era con él se vuelve romántico. A mis 26 años, H es la representación de un hombre misógino al cual yo rechazaría en el momento que me gritara “fea” desde su moto; pero a los 13 probablemente sería lo mejor.
Un ejemplo más de un personaje terrible pero del cual Hollywood te obliga a enamorarte es Hardin Scott. La novela de After fue creada como un fanfiction en Wattpad por la escritora Anna Todd; el amor de las niñas adolescentes fue tanto por el personaje de Hardin que se publicaron 4 libros en total y, posteriormente, dos películas. Debo admitir que soy culpable de haber leído los 4 libros como leí los de Twilight (Edward, otro personaje políticamente incorrecto) y terminé enamorada de Hardin. Pero durante toda la novela, este personaje abusó verbal y psicológicamente de su pareja, Tessa, justificando sus acciones con su “oscuro pasado”. Pareciera que todos estos personajes tienen un pase libre a portarse mal con las mujeres por el simple hecho de haber sufrido. Y aún con todas las banderas rojas, caemos por ellos. ¿Qué tanto nos han hecho enamorarnos de personajes así que tendemos a buscarlo en el mundo real en nuestras parejas? Porque, tristemente, la realidad está en que a los hombres se les justifican muchas acciones hirientes por tener un pasado malo, o haber sido dañados de alguna forma. Tal vez es una forma de hacernos creer que estamos ahí para sanarlos y cambiarlos, así como estas mujeres de las películas y series hacen con sus amados.
Espero que eventualmente podamos ver personajes de pareja más sanos y representativos de lo que necesitamos en nuestras vidas. Ver en las películas cómo se les rechaza a esos “bad boys” por ser malos e insensibles con las mujeres para que al final ella termine pensando en que no vale la pena todo el esfuerzo y toda la necesidad de cambiar a un hombre porque, ese no es nuestro rol. El amor y el romance son gran parte de nuestra vida y considero es muy importante que las representaciones que veamos de éste no sitúen a la mujer como una sumisa lista para ser la escogida del hombre que todas quieren.
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