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¿Qué tanta presión sientes de tener una vulva “perfecta”?

Por Pame Clynes

Les pregunté a mis seguidoras en Instagram si sienten presión por tener una vulva “perfecta”. El 53% de las mujeres contestó que sí. El 47% contestó que no. Hablemos del tema.

No existe una vulva “perfecta”. No existe una vulva igual a otra. Todas las vulvas son diferentes, como lo es cualquier parte del cuerpo. Hay tamaños, formas y distintos tonos de piel. Hay lunares, hay manchas, hay granitos, hay cicatrices. Así es la naturalidad del cuerpo. ¿Tenemos inseguridades? Claro que sí. Como colectivo de mujeres aprendimos a odiar nuestro cuerpo si este no se ve como el de un ángel de Victoria’s Secret. Como paréntesis, la marca acaba de anunciar a nuevas mujeres como embajadoras: activistas, deportistas, y modelos plus size.

Nos enseñaron a hacer ejercicio para bajar de peso, para encoger el cuerpo, para reducir tallas, para marcar el músculo. Crecimos con la mentalidad de “tengo que enflacar para que me quede el vestido”. ¿Les suena familiar?

La cultura de las dietas es una industria billonaria que lleva años ganando dinero de estas inseguridades que nos crearon. Porque no nacimos con ellas. A través de programas, retos, detox, fitness, “estilos de vida”… se han desarrollado más desórdenes alimenticios que nunca. Si todavía no siguen a @raquelobaton (nutrióloga incluyente y anti-dieta) en Instagram, las invito a que lo hagan.

¿Sabían que el 95% de las personas que pierden peso con dieta lo recuperan en un lapso de 2 a 5 años? Y, el 65% gana más peso del que había perdido. Las dietas no son sostenibles a largo plazo; está ampliamente documentado. Hablo de esto porque la presión/obsesión por tener que ser mujeres flacas y/o super fit, es igual a la presión que nos venden por tener una vulva “perfecta”. Me atrevo a pedirles su voto de confianza en este momento. Creanme por favor que su vulva es perfecta así como es. No se dejen engañar.

Me pareció muy interesante el resultado del poll que hice en mis Instagram stories. En mi comunidad @peacewithpain forman parte mujeres de todos lados del mundo. El 53% de las mujeres contestó que sí siente presión por tener una vulva perfecta. El 47% contestó que no.

Por un lado me dio mucho gusto recibir tantas respuestas de no. Me dio esperanza el saber que sí estamos avanzando. Palmas para ese 47%, y para las que me mandaron mensajes privados contándome sus historias de cómo antes odiaban sus vulvas, y ahora ya lograron quererlas. ¡Gracias infinitas!

Dani Bado — Viva la Vulva!

¿Cómo "debe de ser” una vulva “perfecta” según nos ha dictado el patriarcado?

Para las y los que se preguntan, vayamos por partes.

1. Una vulva depilada por completo

La moda de depilarse todo el vello púbico, o lo que se conoce como el Brazilian style, empezó a tener fama en los noventa. La idea la empezaron unas brasileñas en un salón de belleza en Nueva York. Clásica historia de migrantes en busca del sueño americano y lo lograron. La primera conversación en televisión sobre este régimen de depilación se habló en Sex and The City, y después se empezó a ver en la pornografía y poco a poco llegó para quedarse en todo el mundo. Ya sea con cera o con láser, habrá quien lo haga con rastrillo, pero es una moda basada en la creencia de que tener vello púbico es grotesco, y enseñarlo a una pareja, peor. Lo que nadie nos dijo es que el vello púbico está ahí por una importantísima razón: para proteger a la vulva; para evitar infecciones.

Si quieres depilarte por completo, es tu decisión y es completamente válida, pero no lo hagas por lo que llegue a pensar tu pareja, o por la presión de que es parte de ser mujer, o porque tener vellos está mal. Beauty is NOT pain. Beauty is confort.

2. Una vulva de color rosa

Tampoco existen todas las vulvas rositas. No olvidemos que la pornografía mainstream enseña vulvas editadas, producidas, photoshopeadas. En la mayoría de las ocasiones obligan también a las mujeres a blanquearse y a depilarse el ano. Al final del día, son hombres los que empezaron y están detrás de esta industria, y quienes establecieron una cierta estética hacia los genitales femeninos. Ya no podemos permitir que sigan dictando y opinando todo sobre nuestro cuerpo.

3. Una vulva que huela a perfume

El tema del olor es el mandamiento más viejo del patriarcado: de que la vulva, la vagina y agreguemos también la menstruación, son sucias y problemáticas. Problemas que se “tienen que” atender. La industria de higiene femenina usa este constructo social para vendernos productos que realmente no funcionan, y en otros casos, productos que son dañinos y tóxicos para nosotras.

La venta de jabones íntimos, desodorantes, wipes, perfumes, duchas… se aprovecha del miedo existente que se aferra al mensaje de que la vulva y la vagina tienen que estar bien limpias y oler a lavanda. Una de las razones por las que decidí crear mi propia marca de cuidado íntimo @peaceintimatecare a base de ingredientes 100% naturales. Un concepto que busca enseñar que la vagina es una diosa que se limpia sola, y la vulva se enjuaga sólo con agua. Sólo debemos hidratarla cuando hay sequedad debido a los cambios hormonales, cambios de clima, efectos secundarios de ciertos tratamientos y medicamentos…

Aunque los productos de higiene íntima se venden en la farmacia, o en el super, quiere decir que son buenos. Recordemos que también se venden cigarros. Es puro marketing el que habla de la frescura y del olor a rosas, y está llegando a ser muy dañino, sobre todo en adolescentes que no tienen acceso a la información correcta. La vulva huele a vulva y está bien. Cuando el olor es muy fuerte, que lo describen como a pescado, es un aviso de que probablemente hay una infección activa, y eso se trata con medicina, no con un desodorante.

4. Una vulva con cirugía plástica

Y por último toco el tema del tamaño y la forma de los labios vaginales. Las cirugías o labiaplastias que se hacen por estética son procedimientos que se hacen para alterar la vulva, para disque rejuvenecerla y embellecerla. Esto es un más de lo mismo de todo lo antes mencionado. Es algo completamente innecesario. Existen más de 200 millones de mujeres y niñas que son sometidas a la mutilación genital. Ellas no tienen opción. ¿Por qué nosotras, que si tenemos la suerte y el privilegio de escoger, iríamos voluntariamente y pagaríamos para que nos corten?

Tuve la suerte de conocer a una gran mujer que su historia me conmueve mucho, pues su mamá (sin mala fe) fue la que ocasionó que ella odiara su vulva por muchos años, al señalar que sus labios vaginales no eran normales porque son largos. Algo que le ocasionó mucha vergüenza con sus parejas cuando empezó su vida sexual. Finalmente logró reconocer que su vulva es completamente normal y que no hay nada de qué avergonzarse. Aprendamos a respetar nuestro cuerpo como es. Aprendamos a respetar la vulva. Respetemos su originalidad.

P.D. Si les gusta Chris Pratt, sepan que él es pro bush. Y no estoy hablando del presidente ;).

GIFS | lucia-picerno

Instagram: @peacewithpain @pameclynes

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