Para empezar a platicar sobre este tema primero debemos aclarar qué es el veganismo. Pues esta palabra es bastante polémica debido a que tiende a confundirse con el vegetarianismo, que un tipo de dieta o régimen alimenticio en donde no ingieres alimentos de origen animal; mientras que el veganismo es un estilo de vida y una mentalidad mucho más fuerte y con sustento filosófico y ético que aboga por los animales y rechaza su explotación de cualquier forma y para cualquier industria.
Dicho esto, cualquier materia prima que no venga de los animales es considerada vegana para la industria de la moda. Pero el hecho de que sea vegano, no quiere decir que sea sustentable, el más claro ejemplo son las famosas chamarras de vinipiel.
En el documental disponible en Netflix Cowspiracy, arrojan datos alarmantes que plantean que por mucho que quieras salvar al mundo del cambio climático y la contaminación ambiental, si no dejas de consumir animales (incluyendo la piel con la que se hace la ropa), va a ser muy difícil reducir lo gases de efecto invernadero. Este documental inicia a partir del estudio titulado La larga sombra del ganado: problemas ambientales y opciones, en donde se afirma que la ganadería es responsable del 18% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Bajo esta información se llegó a la conclusión de que el ganado daña más al clima que todos los tipos de transporte juntos.
Sin embargo, esa afirmación es falsa y “fue desmentida por Henning Steinfeld, el autor principal del informe. El error residía en que los analistas de la FAO llevaron a cabo una evaluación integral del ciclo de vida para estudiar el impacto climático de la crianza del ganado, pero a la hora de analizar el transporte emplearon un método diferente… Además, aun si la agricultura estadounidense prescindiera de los animales, se reducirían en un grado muy pequeño las emisiones de gases, y también sería más difícil alcanzar los objetivos nutricionales básicos.” Según datos del periodista FRANK M. MITLOEHNER para El País.
En México, esta industria es una actividad importantísima para la economía del país, integrada por cerca de 10 mil establecimientos productores y debido a que la industria del cuero es de las mas exitosas en nuestro país, los avances tecnológicos han desarrollado muchas alternativas para poder mejorar los procesos del cuero en México y mirar hacia una industria más sustentable y más responsable en sus procesos de producción.
Por ejemplo, hace un rato le hice una entrevista para Ethical Fashion Space a Karen Flores y Diego Díaz de Guzmán, socios fundadores de la marca mexicana traust.co, dedicada a la producción de carteras y bolsas hechas de cuero producido en Guanajuato y la Ciudad de México. Ellos me platicaron sobre el proceso del curtido vegetal, lo cuál quiere decir que preparan el cuero animal para que su teñido y los acabados correspondientes se hagan por medio de sustancias de origen vegetal, permitiendo un aspecto más natural, cuidando el medio ambiente y previniendo su posible reciclaje de una forma mucho más amable sin necesidad de usar tanta energía en el proceso.
Por otro lado, pensemos en materiales veganos como el vinipiel, también conocido como cuero sintético o cuero artificial o polipiel. Es un material compuesto, como su nombre lo dice, por vinil, más específicamente por un forro de látex con textura de piel, es decir, su materia prima es el plástico… o sea, el petróleo. Según la industria tapicera mexicana (industria en donde éste material suele ser muy utilizado) el periodo de vida de este material es de aproximadamente 10 años en “condiciones normales” (vs. hasta más de 100 años de una prenda de cuero animal).
Además, el vinipiel, de forma industrial, suele colorearse con pinturas de base solvente cuyos residuos son considerados como peligrosos por poder llegar a emitir metales pesados tales como el plomo, cadmio y/o mercurio.
Aunque hay formas ecológicas de deshacernos de esos residuos y las empresas mexicanas socialmente responsables, muy probablemente tienen compromisos con el medio ambiente para que estos residuos se desechen de forma correcta, la realidad es que, afortunadamente la tecnología ha avanzado tanto que podríamos optar por elegir otro tipo de materiales veganos que sí sean sustentables para el medio ambiente.
Pero así como en la industria ganadera no todo es blanco o negro, y lo que importa es entender todas las opciones que podemos llegar a tener. Lo mismo pasa en temas de moda vegana: aunque materiales como el vinipiel, en vez de ayudar al medio ambiente, lo perjudican. También existen alternativas que realmente sí son más sustentables y que vale muchísimo la pena conocer y de ellas ya hemos hablado más específicamente en la anterior nota titulada Hablemos de telas sustentables.
En México, las dos principales fibras veganas que ya se empiezan a utilizar comercialmente son Piñatex y Desserto. Sin embargo si se toman como alternativas definitivas y sólo nos limitamos a usar fibras vegetales, sin preocuparnos por la desmineralización de los suelos que una agricultura de consumo demandaría si se ve a estas opciones como única salida podríamos llegar a hacer infértiles las tierras. Específicamente con la tecnología de Desserto, por ejemplo, donde sí se utiliza como tan al nopal para la creación del material, que no es el mismo caso de Piñatex, donde literalmente sí están usando la “basura” de la piña para la construcción de esta fibra.
Aunque la realidad es que las tecnologías son tan recientes que este tipo de consecuencias aún no se han estudiado ni desglosado, por lo tanto es difícil saber el alcance que podría tener.
Es por todas estas razones que saltar a conclusiones pensando que si es vegano va a ser sustentable y si es proviene de los animales no lo es, es una afirmación muy vaga. A final de cuentas, nunca, nunca, nunca olviden que lo importante es saber qué es lo que estamos comprando y de dónde viene exactamente para poder evaluar nosotros mismos el impacto de nuestra compra y tomar una decisión de compra más inteligente. Eso o no comprar y aprovechar lo que ya tenemos, mejor.
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