¿Los premios Óscar de la moda? Lo que tienes que saber de los CFDA Awards 2022
Por Fernanda Rodríguez
Si el Met Gala es el Super Bowl, los CFDAs son definitivamente los Óscar. La semana pasada se celebró su edición número 60, y más allá de admirar los emblemáticos looks vintage que nos regalaron algunas de las asistentes — si, les hablo a ustedes Kylie Jenner en Mugler y Addison Rae en Gareth Poe — me parece que hay que hablar de cómo la premiación de este año contó con el mayor número de ganadores primerizos en la historia. Designando así un valioso espacio al nuevo talento y a la diversidad, mostrando un cambio que ya era necesario.
Eleanor Lambert
El Council of Fashion Designers of America existe desde 1962, y la reconocida ceremonia, desde 1980. Originalmente fue fundada por la editora Eleanor Lambert para ayudar a poner a los diseñadores estadounidenses en el mapa internacional, pero hace años que ese fin está más que cumplido. Con personalidades como Tom Ford de presidente actual y Michael Kors y Tommy Hilfiger de miembros, es claro que Estados Unidos lleva mucho tiempo con un lugar firmemente establecido en el panorama de la moda. Pero en el diseño, después de la estabilidad, llega invariablemente una necesidad de transformación, y nuestro país vecino parece haber entendido finalmente aquella urgencia.
De acuerdo a la periodista Vanessa Friedman, la mitad de los galardones de esta edición fueron para diseñadores de color, lo que es un cambio drástico si pensamos que apenas en 2019 solo había cuatro nominados de color y ninguno recibió el premio. Y evidentemente no fue por falta de talento, porque en la lista estaban Virgil Abloh y Telfar Clemens. De hecho, Virgil estuvo nominado varias veces durante su vida y nunca ganó. Este año, se le otorgó un laurel especial que recibió su esposa.
Tanto Law Roach como Patti Wilson hablaron de esta maravillosa transformación por la diversidad durante sus discursos. Law obtuvo el primer premio de la historia a Stylist del año gracias a su celebrado trabajo con artistas como Zendaya y Ariana Grande. Patti obtuvo el Media Award y, vestida en un magnífico atuendo de Schiaparelli, habló de lo notorio que era el cambio en comparación a la época en la que ella era la única persona de color en casi todos los espacios de la industria. Asimismo, se le otorgó la distinción de Positive Social Influence al grupo de Slaysians, conformado por los diseñadores Phillip Lim, Prabal Gurung, Laura Kim, Tina Leung y Ezra William; que han luchado por combatir el racismo hacia la comunidad asiática, diversificando y redefiniendo el enfoque multicultural de la moda.
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Por otro lado, Emily Adams, la ganadora del premio a Menswear Designer, fue la única diseñadora de la noche que ya había ganado un CFDA anteriormente. Sin embargo, la creadora de Bode es todo menos tradicional. Con un concepto de moda circular, la marca de Emily está fundada bajo la premisa de usar telas vintage ya existentes y transformarlas en prendas que conserven la historia y la memoria de las mismas. Sin duda un enfoque distinto al modelo convencional y problemático de muchas marcas del pasado.
Todos los demás ganadores fueron primerizos. Catherine Holstein, por ejemplo, se llevó el premio a Womenswear Designer por sobre diseñadores reconocidos precedentemente como Christopher Rogers, Gabriela Hearst y LaQuan Smith. Pero no solo eso, sino que también captamos la distinción de perfiles que se salen del molde tradicional reconocido anteriormente. Raul Lopez como Accessory Designer, por ejemplo. Siendo hijo de migrantes dominicanos y sin haber recibido educación tradicional en la moda, Raul aprendió a coser con su mamá y su abuela, además de escabulléndose en las bibliotecas de Parsons y de FIT. “Este es mi diploma” dijo al recibir su premio. O bien Elena Velez, ganadora de Emerging Designer. Elena creció en una pequeña ciudad de Wisconsin, observando el ambiente industrial y utilitario en donde trabajaba su mamá. Hoy, su propuesta es una síntesis no tradicional entre la herrería y la alta moda.
En definitiva, si con algo debemos quedarnos de esta edición es — más que con una promesa — con una esperanza. Contemplamos un primer paso positivo y hacia adelante, lejos del elitismo y encaminado hacia una ruta diferente, más diversa, más amplia, más fresca. Un vislumbre a lo pragmática que puede ser la industria de la moda si está dispuesta a convertirse en una comunidad cambiante e incluyente, con las puertas más abiertas que nunca.
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