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Hera Studio: Moda Ética y Funcional para el Clima de Latinoamérica

Hera Studio: Moda Ética y Funcional para el Clima de Latinoamérica

Hera Studio: Moda Ética y Funcional para el Clima de Latinoamérica

Hera Studio: Moda Ética y Funcional para el Clima de Latinoamérica

Hera Studio: Moda Ética y Funcional para el Clima de Latinoamérica

Por Gabriela NavaEl problema número uno de las fashion girlies que vivimos en climas áridos o húmedos es el calor. ¿Cómo me voy a vestir cool si quiero estar encuerada todo el día? Tan solo este año atravesamos una de las mayores olas de calor en el país, donde muchos de los estados llegaron a sus máximos históricos. Seamos honestos: después de los 30º, el simple hecho de vestirse se convierte en un suplicio. En Latinoamérica, algunas ciudades experimentan en la temporada de primavera-verano climas de 45º.

Latinoamérica está en llamas mientras nos seguimos rigiendo por las temporadas y tendencias del norte global. ¿Cómo se están adaptando las marcas de moda a estos nuevos climas?

Yo sé que la moda va más allá de su función básica, pero a veces siento que, entre tanta personalidad y diseño, hemos olvidado que lo primordial para vestir es que se pueda usar independientemente del país y el clima en el que vives. ¿Por qué parece que tenemos que escoger entre la opción menos peor: tener que vestir fashion y morir de calor, o vestirse fresca con un look que no va con la personalidad de quien lo usa?

Tal vez parece un problema bobo, pero todo cobra más sentido cuando piensas en las ciudades que no tienen agua, en las personas que, por algún problema de salud, no pueden autorregular correctamente su temperatura corporal, en lxs que trabajan todo el día en exterior sin la posibilidad de cubrirse del sol. Pensar en ropa para nuestros climas es pensar en las necesidades, dificultades y la realidad de los que viven bajo estas condiciones climatológicas. No somos Europa; nuestra primavera y verano no son iguales y nuestra ropa no debería seguir sus estándares de diseño y funcionalidad.

Ubicadas en Quito, Ecuador, Hera Studio es una marca de ropa con diseños audaces, coloridos y con muchísimo concepto, que le regresan el sabor a la vida. La diseñadora y fundadora, Isabel Pérez, entiende las necesidades no solo de sus compradores, sino también de todo el ecosistema que hace que esta marca funcione.

“Yo quería una marca que me diera lo que yo sentía no podía encontrar fácilmente en el mercado. Ropa hecha en Ecuador, con sostenibilidad como parte de sus valores y también que fueran prendas diferentes, coloridas, utilizando diferentes textiles y es algo que no podía encontrar y enfoque a crear”

Ropa colorida y sin género pensada para las personas creativas que radican en climas cálidos. Además, ha creado una empresa responsable, que paga lo justo y utiliza técnicas amigables con el medio ambiente, evitando la producción en masa y rescatando textiles para darles una segunda vida. Literalmente, Hera Studio es un sueño hecho realidad en la moda latina.

Para profundizar más al respecto, conversé con Isabel.

¿Dirías que Hera Studio es Slow Fashion?

“Yo diría que sí. No hacemos nada masivo, con el crecimiento que hemos tenido hemos tenido que producir más, no tenemos demasiadas piezas en stock y no tenemos stock muerto. Siempre tratamos de cualquier tela que va quedando o reutilizarla, ir produciendo bajo pedido o en pequeñas cantidades. También trabajamos con personas de acá de Ecuador que se dedican a diferentes tipos de prendas. Tenemos una persona que se dedica a la sastrería, otra que solo se dedica a los vestidos y obviamente respetamos sus tiempos. Ellos tienen su propio espacio, su propio taller, sus propios horarios y somos súper conscientes de producir colecciones que respeten a los trabajadores y que se les dé el pago justo por cada prenda.”

Hera Studio Utiliza fibras naturales que a veces pueden ser difíciles de conseguir con las cualidades adecuadas ¿Cómo hacen para resolver este problema a la hora de elegir los proveedores?

“Aquí en Ecuador los proveedores son más limitados. Casi todo el lino y el algodón que encontramos se produce solo en color blanco o crudo. Eso nos pone ciertos obstáculos con nuestros diseños tan coloridos pero también esas restricciones siento hacen que seas más creativo y que te ingenias más en cómo utilizar las fibras, en cómo cambiar la textura de la fibra o el color. Lo que hacemos bastante acá es utilizar, lino crudo o lino blanco y empezamos a trabajar con laboratorios para que tiñan la tela al color que queremos. Entonces eso nos ha dado la posibilidad de crear colores específicos para las colecciones o colores que son no tan comunes en el mercado. Hemos tenido la oportunidad de experimentar con telas rescatadas, bordados, etc.Yo sí creo que entre menos posibilidades tienes, más creativo te haces.”

Ambas vivimos en Latinoamérica y muchos de los países han atravesado una de las olas de calor más grandes que hemos tenido. Me hizo reflexionar mucho sobre cómo la ropa que tenemos no se adapta a nuestros climas ¿Por qué el diseño en Latinoamérica se ha alejado tanto de su realidad que ahora solo diseña colecciones para temporadas que no tenemos en esta parte del mundo?

“Creo que en parte se debe a la globalización, entiendo que hay diseñadores de marcas latinoamericanas que por ejemplo venden a otros países o venden a Estados Unidos o en Europa tienen compradores fijos y están obligados a seguir un calendario súper estricto de cuando tienes que enviar la ropa y que sí tienen que tener un enfoque más de acuerdo al clima que hay en el país que les está comprando las prendas.

Pero sí siento que hay a veces una desconexión, porque al final hay textiles que a pesar de que si obviamente son para climas cálidos, también pueden ser para climas fríos. El lino, el algodón, la lana son fibras muy versátiles que combinándolos en capas pueden proveer ese abrigo. Nos dejamos llevar mucho por las tendencias y no pensamos en el lugar donde estamos, en el país donde vivimos, que al final muchos de nuestros clientes también son de este país, producimos aquí y vendemos también aquí.

Lo que hemos venido trabajando nosotros desde que empezamos la marca es tratar de fusionar estos tipos de estilo. Romper con lo establecido. Hacer piezas más formales con tela de lino, ropa más cotidiana con textiles que se asocian a la playa.”

¿Por qué la industria de la moda abandonó las fibras naturales?

“Porque son muy caras. Para las empresas grandes siempre el objetivo es maximizar las ganancias. Entonces, al encontrar una fibra sintética que es 1/8 del precio de una natural, por supuesto que van a optar por la fibra más más económica que puedan encontrar.”

¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta una marca de moda latinoamericana?

“Llegar a otros mercados: 1) La burocracia, los aranceles, los trámites de gobierno que te hacen problema por todo. No hay un apoyo a la industria de la moda en ese sentido, no hay un apoyo al diseñador que tal vez quiera expandir su marca, no hay un apoyo en ese sentido. Hay muchas trabas en el diseño. 2) Siento que hemos avanzado muchísimo, pero si sigue habiendo está como cultura de que lo que hay en otra parte es mejor. Lo que hay en Estados Unidos es mejor, lo que hay en Europa es mejor. Uno de los retos grandes que tenemos como marca es expandirnos a otros horizontes.

También al ser una marca que hace todos sus procesos de forma local, el producto sube mucho de precio en comparación a si se manufactura en Asia. Y muchas veces el cliente no le da ese valor.”

¿El calor también está terminando contigo?

“Es difícil no sonar fatalista cuando parece que estamos a un paso de que el mundo se va a terminar. En los últimos años el planeta ha experimentado cambios que hacen más que evidente el daño que se ha causado. No podemos tapar el sol con un dedo y combatir a las macro empresas que contaminan y generan todos estos daños. Pero como compradores, como individuos y como amantes de la moda nos toca exigir a las marcas ropa más adecuada para lo que nosotros necesitamos.

No los puedo obligar a comprar moda latina, o comprar moda sustentable, porque quizá no es siquiera una posibilidad por el momento. Pero podemos informarnos acerca de personas como Isabel que están esforzándose todos los días por construir algo íntegro que busca solucionar y fomentar un consumo más responsable.”

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