Virginidad… esa amiga de la cual te despides con alegría (en el mejor de los casos), y tal vez una pizca de remordimiento, si eres mujer y te enseñaron a sobrevalorar este concepto.
¿Porqué será que el tema de la virginidad sigue siendo de gran importancia aún en el siglo XXI?
Para empezar se explicaría la virginidad en dos partes. Primero como un concepto físico el cual muchos argumentan se da en la mujer por lo que llamamos himen. En pocas palabras el himen es un tejido o capa que cubre la entrada de la vagina. El grosor o tamaño de apertura de esta capa varía mucho dependiendo de la mujer; hay quienes tienen un himen muy grueso, y por lo cual difícil de penetrar, y otras quienes tienen una capa delgada la cual en ocasiones se rompe de manera sencilla, aún sin haber tenido relaciones sexuales de por medio. Hay veces en donde, después de romper el himen, se presenta un sangrado (por eso la famosa frase de “popped the cherry”) y eso es lo que mucha gente define como la marca de perder la virginidad.
El concepto social de virginidad se establece como una idea psicológica que se impone a la mujer desde su juventud. Se nos enseña que es algo delicado que se debe atesorar y cuidar hasta el día en que se lo “entreguemos” a alguien (preferiblemente en el matrimonio). Se le adhieren muchas expectativas y normas sociales, ideales como el que una mujer virgen es santa y una mujer que ha tenido relaciones sexuales es puta, entre muchos otros ejemplos.
A la fecha la virginidad sigue siendo una idea muy difícil de ignorar. Una cuarta parte de la vida sexual de la mujer se podría decir gira en torno a este concepto. En la pubertad es lo primero que escuchamos cuando se nos enseña sobre la actividad sexual (si es que se nos enseña), y parece mucho más importante asustar con esta idea que dar una educación sensata sobre lo que es el sexo seguro y las muchas maneras de disfrutar de una vida sexual activa.
Esto es lo que pienso; con todo el esfuerzo de mantenerme imparcial dentro del tema, al final del día siempre llegó a la misma conclusión… let people be happy.
Hay quienes valoran su virginidad más allá de lo físico y toman la decisión de esperar hasta encontrar a la persona ideal con la cual quieren descubrir esta etapa de sus vidas, a ellas les digo YOU GO GIRL! Y también hay quienes desean experimentar una vida sexual activa, casual, y/o comprometida a una sola persona, pero tienen miedo a las malas experiencias sexuales, a la pérdida de la virginidad, o al qué dirán los demás; a ellas les abrazo y digo IT’S GONNA BE ALRIGHT.
Muchas mujeres experimentan remordimiento y tristeza durante y después de tener relaciones sexuales, lo cual puede llevar a una anorgasmia solamente por haber crecido con una mala idea sobre el sexo y un miedo a perder la virginidad.
Se que no puedo desaparecer las ideas y normas sociales con las cuales nos desarrollamos desde pequeñas, pero créanme que entiendo su ansia y fastidio por este extraño concepto de la virginidad.
Antes que nada, let it be said, una mujer no debería ser valorada por su historial sexual. Así como no debemos ser juzgadas por nuestra manera de representarnos con nuestra ropa. Wear whatever you want, and fuck whoever you want, es el motto de este artículo.
No deberías sentirte mal por tener deseos sexuales, ¡la mayoría de la población los tiene! Exceptuando a nuestros amigos asexuales. Es normal querer rascar esa parte de ti, wink wink.
Y por último, siempre se los digo, lo único que debería preocuparles del sexo es si es seguro, consensual, y divertido.
And if you’re a virgin, estás confundido, excitado, y no sabes que hacer al respecto… tenemos un artículo muy bueno para ti … link. Pero más allá de eso tienes que saber que la virginidad no es tan importante, a menos que tu quieres que así sea. Todo tiene su tiempo, así que date el tuyo.
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