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La salud mental en la industria de la moda

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La salud mental en la industria de la moda

La salud mental en la industria de la moda

Por Melissa Jáuregui

Los recientes encabezados sobre la gimnasta artística Simone Biles, poniendo su salud mental primero que las competencias y actividades en las olimpiadas que se llevan a cabo en Tokyo este año, han dado mucho de qué hablar. La presión tan fuerte que reciben los atletas en una profesión tan dura y difícil me hace cuestionarme sobre las barreras y obstáculos que la sociedad y en realidad entre nosotrxs mismxs nos ponemos. Las famosas frases “Just Do It” o “Imposible Nothing”, no solo son inspiradoras y motivadoras, de alguna manera nos ponen en una meta a veces imposible de superar. No importa en que situación te encuentres, en que estado mental estés, qué posibilidades tienes o cuánto tiempo tengas disponible, debes hacerlo todo para conseguir un asiento en la mesa de los adultos. 

Últimamente he visto este tema tomar forma en la industria de la moda, cada vez más colegas, amigos, conocidxs y creativxs, -incluyéndome a mí- se toman un break de las redes sociales, de la presión de crear y compartir contenido, para poner primero la salud mental. Se ha hablado en varias ocasiones de la salud mental, pero nunca realmente nos hemos tomado el tiempo para analizar esta problemática en la industria de la moda. No se toca lo suficiente y no profundizamos en ella, ya que la moda siempre tiene que poner “cara bonita”, siempre tiene que ser inspiradora, motivadora e increíble, pero olvidamos que lo que hay detrás de los canales de moda, cuentas, plataformas y marcas de moda, son personas. Personas que lidian con la presión de mostrar esta parte hermosa y perfecta de la industria, pero como todo, la moda no está exenta a este padecimiento y definitivamente no es perfecta.

¿La productividad es tóxica? ¿Hasta qué punto es suficiente? ¿Hasta qué hora es considerable dejar de trabajar? O dejar de estar conectadx, dejar de pensar en el trabajo, en las redes sociales, en los seguidores, y la lista sigue.

La competitividad es extrema en este sector, constantemente nos comparamos con los demás, dudamos de nuestras habilidades y talentos, y queremos compensarlo trabajando en exceso. Te preguntas si estás haciendo lo suficiente, si podrías hacer más, si podrías dar ese extra, si podrías trabajar unas horas más, si se puede sacrificar tu horario de descanso, para que al final nada sea suficiente. ¿Te ha pasado? ¿Te sientes identificadx? Lamentablemente estoy segura de que la mayoría lo estará.

La competitividad y presión extrema afecta nuestra salud mental y nos lleva al burn out. -Para poder partir de esta, primero explicaré que es la salud mental-. Este es el estado de equilibrio que existe en nuestro entorno, se conforma de el bienestar emocional, psicológico y social, el cual influye como pensamos, sentimos, actuamos y reaccionamos cuando nos enfrentamos con la vida y en momentos de estrés y/o ansiedad.

 Definitivamente no estoy calificada para dar clases de salud mental y todo lo que con lleva, pero sí sé que es muy importante y puedo hablar desde mi experiencia. Mi vida ha cambiado desde que voy a terapia, me siento mejor conmigo misma y con mi trabajo. Tampoco mentiré, es muy difícil poner límites en cuestión al trabajo y es algo que sigo aprendiendo todos los días. De igual manera, no solamente tengo el antecedente por experiencia propia, pero tengo la fortuna de conocer a personas increíbles que forman parte de esta industria, colegas y amigos que se sienten o se han sentido muy similar.

De hecho, en varios estudios se ha comprobado que la salud mental está relacionada con la creatividad, y aquí es donde se puede explicar el síndrome del bloqueo creativo. El profesor Vikram Patel, director del Centro Británico para la Salud Mental Global, declaró que «los circuitos cerebrales que son la fuente de la creatividad son los mismos que los de la enfermedad mental, por lo que ser creativo puede aumentar el riesgo de enfermedad mental». «Hay mucha más presión sobre la gente para ser creativos todo el tiempo, ser productivos y avanzar y hacer cada vez más colecciones… sin el tiempo para realmente reflexionar y pensar», dijo la doctora Carolyn Mair, directora de psicología del London College of Fashion y presidenta de la British Psychological Society de Londres.

 Por otro lado, durante la Edad Media se consolidó la idea de que la genialidad se asociaba a la patología mental. Se describía que esa melancolía permitía al espíritu sensible manifestarse por medio de expresiones artísticas. Mientras que Aristóteles proponía que filósofos, poetas y artistas creativos suelen tener este carácter “melancólico”.

 Entonces como industria, ¿estamos destinados a lidiar con la depresión, ansiedad y presión de siempre estar creando? Y algo que no logró descifrar; ¿los creativos tienden a padecer ansiedad o las personas con ansiedad son más creativos?

 Recientemente en una plática que tuve con nuestra directora de Noise Mag Kassandra Torres, dialogábamos sobre la importancia de quitarle el estigma a la salud mental. Es importante principalmente cuidarte a ti, antes de pensar en los demás. Tendemos a ponernos en segundo lugar cuando nosotrxs tenemos que ser siempre el primer lugar. Si es cierto que se siente una grande responsabilidad el tener una plataforma, una marca, negocio y estar presente todo el tiempo, sin embargo, para que estos espacios florezcan, también debe haber tiempo de descanso. De hecho, entre más trabajamos y más conectadxs estamos, más posibilidades hay que lleguemos al burn out. El descanso es clave para la creatividad.

 Si la narrativa de que la moda está destinada a sufrir enfermedades mentales es verdad, ¿cuánto estás dispuestx a sacrificar por el éxito construido?

 No es como que estoy descubriendo el hilo negro, pero es importante hablar de estos temas que generan prejuicios y que, sobre todo, es necesario saber que a todxs nos pasa. La cultura de la productividad es tóxica y afecta a todas las industrias, pero algo que tenemos que entender es que no por ser creativxs tenemos que estar creando todo el tiempo. La productividad no nos define.

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