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Violencia ginecológica, reflejo de un sistema patriarcal

Violencia ginecológica, reflejo de un sistema patriarcal

Violencia ginecológica, reflejo de un sistema patriarcal

Violencia ginecológica, reflejo de un sistema patriarcal

Violencia ginecológica, reflejo de un sistema patriarcal

Por Gabriela Nava

Es más difícil encontrar a un buen ginecólogo que al amor de tu vida. Ya saben, el médico perfecto que te escucha con paciencia, toma en cuenta todas tus preocupaciones , te explica los procedimientos y está dispuesto a responder cualquier duda, dándote un tratamiento que se adapte a tu estilo de vida. 

Hoy les voy a contar la historia de 3 mujeres, cada una experimentó una situación muy diferente, pero  fueron víctimas de lo mismo. El error que cometieron fue simplemente nacer en un mundo violento, machista y deshumanizado. Porque en realidad ellas no hicieron nada mal. 

Fernanda

La historia de Fer comienza con una duda.  El motivo de su búsqueda era saber que le estaba ocurriendo a su cuerpo, desde siempre ha experimentado sangrados densos en su menstruación y dolores muy intensos durante su periodo. 

Si eres mujer sabrás que no es extraño que los médicos salten directamente a pensar que es síndrome de ovario poliquístico. Para corroborar esta hipótesis la ginecóloga le pidió que se realizará un ultrasonido ovárico. Una de las particularidades de este estudio es que tienes que tomar mucha agua y tener la vejiga llena al grado de casi hacerte pipí, además de hacer el estudio en cierto día de tu periodo. 

“La cita era súper temprano, creo que a las 8:00 de la mañana. Yo tenía unos dolores horribles y la vejiga llena.  Llego a los laboratorios,  le digo a la señorita que vengo a hacerme un ulltrasonido de ovarios y me dice —ah si, toma asiento que ahorita llega el que maneja el ultrasonido, viene un poquito retrasado, pero ahorita llega—” 

Minuto a minuto el tiempo pasaba, de diez a quince a veinte. “yo estaba que me doblaba de las ganas de hacer pipí, ya no podía aguantar más”. Transcurrió la hora de espera, por fin el encargado del estudio llegó muy apresurado. 

–Ya pásale, pásale–

–¡Rápido, siéntate, acuéstate, destápate y te voy a echar el gel– 

Fer no podía creer con la insensibilidad que la estaban tratando, se sentía mal, adolorida con ganas de hacer del baño.

“La verdad es que yo ya estaba llorando, las lágrimas se me estaban saliendo y me decía a mi misma <<aguantate porque este wey te va a mandar a la fregada>> me aguante como pude hasta que vio que ya no podía más”

— ¡ay andale pues!, vete a hacer pipí pero va a ser tu culpa si el estudio se jode–

Fer se levantó, se dirigió hacia el baño, hizo pipí lo que la calmó un poco. Regresó a la sala donde terminaron de realizar el estudio, pero la conducta del hombre no cambió. 

Daniela

Todas hemos vivido la incomodidad de una infección o irritación vaginal. Es molesto y doloroso, además de que ir al ginecólogo para tratarla sale en una fortuna.

Daniela estaba experimentando mucho dolor debido a una irritación que tenía. Ella ya se había revisado pero no contaba con la solvencia para acudir con un especialista, por lo que decidió acercarse con un médico de una Farmacia Similares que se encontraba cerca de donde ella vivía. 

Los doctores de farmacia son de mucha ayuda para las personas que no podemos costear médicos privados y que no tenemos algún tipo de seguro social. La mayoría de las veces siempre está el mismo médico atendiendo por lo que Daniela ya lo conocía.  Era un joven con el que se llevaba bien, pero la relación siempre se encontraba dentro de los límites doctor-paciente. 

“Le conté todo al doctor, de que había tenido relaciones muy seguido con cierta frecuencia, después comenzó a hacerme las preguntas de rutina. Él me preguntó si yo tenía problema con que me revisara, me dio la bata y me comenzó a palpar”

Daniela no esperaba que algo saliera mal, después de todo era un médico que ya conocía, por lo mismo había dado autorización a que la revisara. 

“Pero cuando me palpo me metió los dedos y toco mi punto g. Mi lesión era una irritación externa, por lo que me saqué mucho de onda, me quedé como ¿qué pedo?¿esto es normal?. Después de hacer eso con mucha tranquilidad me dijo que ya había terminado y que estaba todo bien.”

El médico prosiguió explicando lo que debía de hacer para eliminar la irritación. Daniela pensaba que ya todo había terminado, contando los minutos para llegar a su casa y borrar de su mente esa horrible experiencia. 

“Después fue raro, se puso en plan coqueto y me dijo que cuando yo quisiera verlo en su consultorio, ya fuera consulta o no, me dejaba su teléfono personal y lo escribió sobre la receta. Esto jamás me había pasado. Al final cuando me despedí de él me quiso abrazar y me dijo que si podíamos darnos un beso (…) estaba en shock, rápidamente me fui a mi casa pero si me quede con esa idea de que si se tomó esas libertades conmigo se lo podía hacer a alguien más. Ya nunca regrese a esa farmacia y con ese doctor”

Entre los pensamientos que siguieron no podía alejarse de la idea ¿y si esto se lo hace a alguien más?, ¿acaso yo lo empuje?, ¿se pudo haber malinterpretado la autorización que dí para algo más?. Pero Daniela nunca tuvo la culpa.

Ana

El virus del papiloma humano o mejor conocido por sus siglas como VPH, es una de las infecciones de transmisión sexual más estigmatizadas y llenas de prejuicios que hay. Durante mucho tiempo se habló de esta its como una causa segura de cáncer cérvico uterino, sembrando en las mentes de las mujeres un miedo irracional. 

Aunque existen distintas formas de tratar el VPH muchos médicos recomiendan una intervención quirúrgica donde recortan parte del cuello uterino para quitar la lesión. Este procedimiento no es barato. 

“He ido al ginecólogo en el último año más de 10 veces por un diagnóstico deVPH, la primera doctora a la que fui fue la que me diagnosticó y me recomendó una intervención quirúrgica (…)  yo dije que no por el costo, la verdad no tenía esa cantidad de dinero y segundo porque me daba mucho miedo, me conflictuó mucho que no me diera otra opción, que lo único que me podía curar era este procedimiento” 

Pero Ana no se quedó con las manos cruzadas, hablando con amigos y familiares dio con un médico que era reconocido en su ciudad por tratar VPH, eso sí también famoso por ser poco empático e insensible con sus pacientes. 

“Yo iba ya con esa mentalidad. Siempre tuvo un lenguaje muy prepotente y cero empático hacía mi, a preguntas de rutina como ¿cuándo empezaste tu vida sexual? y ¿cuántas parejas sexuales has tenido? sus respuestas fueron: —estabas súper chiquita.¡muy mal la verdad! — y ¡¡son muchísimas a ver si no tienes algo más!! — Yo estaba impactada con sus comentarios porque me sentía súper vulnerable.” 

De muchas ocasiones en las que el doctor hizo comentarios imprudentes, fuera de lugar, groseros y para nada necesarios. Ana nos recalca dos en particular. 

“En una ocasión en una cita de las muchas que tuve con él, me realizó una colposcopia y ví ahí mi cuello uterino en la camarita. Sin más me dice  —¡qué feo cuello uterino tienes, muy feo!— (…) Siguiente cita, yo evidentemente subí de peso porque cuando me diagnosticaron estábamos en medio de una pandemia y pues es normal, me fatshemeo bien cabron”

Ana terminó su tratamiento con ese doctor, pero aun así es consciente de la violencia que ejercieron sobre ella esos médicos. porque las mujeres siempre somos las que tenemos que aguantar más. 

“Siempre supe que todo lo que hicieron estos doctores estaba mal, pero también estaba consciente de que me ayudaron, actualmente dejé a estos dos ginecólogos, solo los ví como profesionales que me ayudaron a mi diagnóstico y tratamiento del VPH, aunque yo sé que no fue violencia física, se que no es correcto que un doctor te hable así, y menos cuando estás en un punto muy vulnerable en dónde te sientes sucia, mal y culpable. Tratar así a un paciente, eso también es violencia”

Como menciona Ana lo que tienen en común estos 3 testimonios es que fueron víctimas de violencia ginecológica. Para profundizar sobre este tema platiqué con la Dra. Yoalli Palma, quien en sus redes sociales siempre está compartiendo información sobre ginecología y obstétrica desde una perspectiva feminista. 

Le pregunté a la Dra. Yoalli sobre la responsabilidad que tiene el personal de salud sobre este tipo de violencia, ¿Qué es y de dónde emana? 

“Creo que la violencia emana de un sistema patriarcal, donde las víctimas siempre somos las mujeres y en este sistema forma parte la educación en medicina, donde, se nos enseña a ver a las pacientes como si fueran menos, como si no supieran. Como si nosotros los médicos tuviéramos la razón absoluta y ellas fueran completas ajenas a su cuerpo (…) ¿Qué significa violencia ginecobstétrica? Que una mujer perciba como violento cualquier trato que sea relacionado con su salud, dentro de la ginecología y la obstétrica” 

El romper la burbuja de pensamiento donde todos fuimos educados, es un proceso amplio de deconstrucción que a muchos médicos les queda por hacer, para regresar a ese trato humanizado y digno que todos los pacientes deben de recibir. 

¿Cómo es que fue su proceso de deconstrucción con respecto a este tema, entendiendo que los médicos y el personal de salud se ven como figuras de autoridad para realizar este tipo de actos?

“Fue en la subespecialidad donde pude entender que el dolor más grande de una familia  es cuando su hijo viene con alguna complicación. Tuve maestros que eran muy sensibles y que me enseñaron que el paciente era el que estaba en un estado vulnerable. Cuando se da un diagnóstico adverso a una familia hace que se generen todo tipo de emociones; de enojo, de tristeza, de coraje, de arrepentimiento y que nosotros (los médicos) estábamos en un estado de ventaja. (…)  no solo se trataba de leer libros, sino también de educarnos para sobrellevar este tipo de adversidades y desarrollar inteligencia emocional para poder enfrentarnos a estos casos.

Mi experiencia personal así como el ponerme en el lugar de otras personas me ayudó mucho a entender. El escuchar  a las pacientes en la consulta me permitió darme cuenta de la sensibilidad que requería la medicina , porque no solo se trata de ver sus síntomas, sino de saber y reconocer su relación con los doctores y su enfermedad. Cuáles son los mitos y estigmas que tienen respecto a su salud para con base en eso construir una bonita relación y que la revisión no sea desagradable.”

Como mujeres la mayoría hemos experimentado algún tipo de violencia, sin embargo es difícil identificarlo de primera mano cuando nos encontramos de frente a una figura de autoridad como lo es un médico. ¿Cómo podemos identificar este tipo de violencias? 

“Cuando ves que la comunicación no es asertiva, no es clara y no es empática. Un ejemplo es cuando te realizan algún procedimiento sin indicación, si tu no estas entendiendo porque te está haciendo algo y no te quieren explicar, entonces sí es violencia. Debemos de ser capaces de dar autorización sobre lo que se hará (…) porque al final las consecuencias las va sufrir nuestro cuerpo y tenemos que estar seguras.” 

Si el doctor o miembro del personal de salud… 

  • Hace comentarios sobre tu cuerpo (inapropiados o de índole sexual). 
  • Habla de forma despectiva sobre tu apariencia física.
  • No es cauto al revisarte.
  • Realiza procedimientos sin haberte explicado previamente lo que hará. 
  • Te ofende 
  • Te hace sentir menos 
  • Abusa sexualmente de ti

… son violencia ginecológica

Al finalizar le pregunté a la Dra. Yoalli si existe alguna forma de procedimiento legal en el que las mujeres que presentan este tipo de violencias puedan denunciar.

“Todas las clínicas y hospitales deben de tener un buzón de quejas, donde las pacientes puedan hacer valer su voz de lo que hayan acontecido que estuvo mal. En caso de que la situación escale a más siempre está el CONAMED donde se resuelven este tipo de situaciones.(…) Pero es importante tener una buena comunicación con el médico, ya que en ocasiones los malos resultados también se deben a la falta de seguimiento. Hay que ser responsables de nuestra salud, seguir indicaciones médicas y si no las quieres seguir comentarlo con tu doctor para que conozcas cuales pueden ser los riesgos de no llevar a cabo tu tratamiento”

Gabriela Nava

Instagram: @gobynh

 

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