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Diseñar moda con Inteligencia Artificial: ¿Hype o revolución? ¿Es el fin de los diseñadores?

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Diseñar moda con Inteligencia Artificial: ¿Hype o revolución? ¿Es el fin de los diseñadores?

Diseñar moda con Inteligencia Artificial: ¿Hype o revolución? ¿Es el fin de los diseñadores?

Por Fernanda Rodríguez

Con la reciente explosión masiva de tecnologías de inteligencia artificial capaces de producir textos, imágenes y hasta música que simulan la creación humana, comenzó la conversación sobre las implicaciones de estas herramientas en las áreas creativas del arte y el diseño. Con simpatizantes y detractores, el discurso no ha hecho más que reforzarse conforme pasan los meses, pues innumerables disciplinas se siguen agregando a la lista de afectadas. La moda por ejemplo, ya está llena de especulaciones y experimentos; que si los tenis de Tiffany x Nike generados por IA están más interesantes que los reales o que si así se vería una colección Mugler de corsés de encaje masculinos. Preocupados artistas, músicos, escritores y diseñadores se están preguntando si estamos ante una revolución en las industrias creativas, si hay que poner atención, o si mejor ya vamos aprendiendo informática. Llevémonosla con calma porque parece que estamos frente a lo que será el tema de discusión más importante del 2023.

Antes de analizar los SÍs y los NOs, voy a tratar de contextualizarlos poquito, así que ahí les va. El término «Inteligencia Artificial (IA)» se usa para nombrar a una serie de tecnologías que tienen como objetivo entender cómo pensamos los humanos y recrearlo con máquinas. La IA se puede implementar en la industria que se te ocurra, desde la medicina hasta la cocina, y se puede obtener con diferentes sistemas. Una de las maneras de alcanzarla es a través del aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, los responsables de que TikTok sepa qué videos mostrarte, que Facebook sepa quién es la persona de una foto, y que un auto pueda manejarse solo. El aprendizaje profundo es en realidad una forma de aprendizaje automático, así que vamos a empezar por ahí. El aprendizaje automático es cuando una máquina tiene la capacidad de analizar datos, aprender de ellos y luego aplicar lo aprendido para tomar una decisión. Todos los algoritmos de las redes sociales, por ejemplo. Esto funciona gracias a complejos métodos matemáticos y cumple una función mecánica, pues las máquinas realizan su trabajo con los datos que reciben y aunque mejoran progresivamente, tienen que ser ajustados constantemente por humanos. 

La cosa se pone más complicada con el aprendizaje profundo, una evolución del automático que utiliza redes neuronales programables para poder tomar decisiones sin la ayuda de las personas. Su funcionamiento se llama red neuronal justo porque se inspira en la de nuestro cerebro. Aquí se programa para identificar patrones en datos provistos y entonces generar valores completamente nuevos. Depende de la industria que te interese, esto puede tener muchísimas implicaciones. Si te interesa estudiar a detalle aquellas en la moda, el libro «Artificial Intelligence for Fashion» de Leanne Luce hace un excelente trabajo hablándonos de los chats automáticos en el servicio al cliente, lxs estilistas virtuales, las búsquedas avanzadas, la predicción de tendencias, la realidad aumentada, la manufactura con robots y demás aplicaciones técnicas que ya llevan un rato existiendo. Lo nuevo, son las aplicaciones en el campo creativo, que hasta hace poco se había mantenido completamente manejado por humanos, pero que ahora parece poder ser diferente. 

A finales del 2022 OpenAI, un laboratorio dirigido por, entre otros, el famosísimo y either you love him or hate him Elon Musk, introdujo ChatGPT. Una aplicación que emplea aprendizaje profundo para producir textos bastante complejos que simulan la redacción humana. En cuestión de minutos puede facilitar el código CSS para crear una página web o generar ideas para cualquier necesidad. Puedes pedirle que te escriba una carta para algo super específico, que desarrolle el guión de una película, que haga tu tarea, una poesía sobre Beyoncé, literal, lo que se te ocurra. Y si eso no te parece ya lo suficientemente Black Mirror, deja te platico de DALL-E, también de OpenAI, es un programa que produce imágenes a partir de descripciones textuales de lo que le indiques. De nuevo, en segundos. ¿Una pintura impresionista de dos changos comiendo takis fuego en la playa? Hecho. ¿Una foto de Shakira con el cabello verde saltando la cuerda en el espacio? Lo tienes. No hay límite. Si están los datos de lo que describes en internet, el programa se encarga del resto. 

 

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Las aplicaciones de todo esto ya llegaron mucho más lejos. Hay gente haciendo a Ariana Grande y a otras artistas cantar canciones que nunca han cantado, reproduciendo sus voces a un grado de suma precisión. Se están produciendo diseños y obras de autores que llevan décadas muertos. ¿Ya te empezaste a imaginar la serie de implicaciones que esto significa? Te presento algunas… ¿Y los derechos de autor? Cuando una obra es generada por IA, ¿vamos a considerar al que metió el texto como el autor de la obra o solo como el autor del texto?, ¿consideramos a la IA como un material más en la producción de arte, o como la productora del mismo?, ¿qué hay de la fuentes de donde tomó los datos?, ¿se les atribuye la obra también? Si la obra generada es en realidad el resultado de combinar varios datos ya existentes, ¿es un trabajo colaborativo?, ¿dónde entra el plagio?, ¿no son en realidad todas las ideas, incluso las generadas por humanos, el resultado también de miles de interacciones a lo largo de la vida del autor? Estamos viendo las fronteras del concepto de derecho de autor desvanecerse. ¿Vamos a terminar abandonando la propiedad intelectual completamente? Qué sé yo.

Ya te hice más preguntas de las que te puedo responder y ni siquiera te he platicado de la moda. Porque el software DALL-E ya también se asoció con CALA, la plataforma de diseño de ropa, haciendo posible que ya cualquiera pueda generar diseños de un realismo altísimo a partir de descripciones de texto o de imágenes de referencia. Solo busca #AIFashion en Instagram y vas a entender por qué los diseñadores de moda, pero también los músicos, escritores, arquitectos y artistas, están todos tan preocupados. Y ese es justo el tema que quiero discutir, porque en realidad, yo no creo que lo que estemos viendo sea el reemplazo de la creatividad humana. 

Combinar datos y referencias, por más bonito que se vea, no me parece que sea ni creatividad ni inteligencia. Siento que a veces nos dejamos impresionar por el hecho de que lo diseñó una máquina y entonces solo confundimos términos.  Decía Albert Einstein que el verdadero signo de la inteligencia no era el conocimiento sino la imaginación. Y yo agregaría que también saber interpretar esa imaginación a la realidad. Porque diseñar en la virtualidad será fácil, pero no es lo mismo a construir una prenda en la vida real. Solo hace falta ver comparativos entre productos existentes y digitales para entender que quizás, la inteligencia artificial es más un artificio a la orden de la inteligencia humana

Así como desde hace mucho sabemos que varios directores creativos no bocetan sus propios diseños, sino que solo dan referencias a sus equipos creativos; de la misma manera tendríamos que entender esta nueva herramienta. Uno pensaría que ya tendríamos que haber aprendido a diferenciar entre el pánico colectivo de que «ahora sí ya es el fin de la industria» después de haber pasado por tanto. 

Cof cof, modelos digitales, cof cof, ropa virtual

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