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El esquema sumangali en la moda: otra forma de esclavitud moderna

El esquema sumangali en la moda: otra forma de esclavitud moderna

El esquema sumangali en la moda: otra forma de esclavitud moderna

El esquema sumangali en la moda: otra forma de esclavitud moderna

El esquema sumangali en la moda: otra forma de esclavitud moderna

Por Francelia Bahena

Las dinámicas socialmente injustas dentro de la moda siempre van a ser uno de los pilares más importantes por erradicar cuando se plantean soluciones a la industria desde la sostenibilidad. Además mediáticamente son en general una de las noticias que más cuestionan la calidad de vida que ofrecemos como planeta hacia nuestros habitantes y por lo tanto si algo se llega a saber (generalmente relacionado con la esclavitud moderna) es escandaloso y nos deja a todxs como sociedad, con las manos sucias.

Por eso cuando en Mayo del 2012 se publicó el reportaje escrito Entendiendo las características del Esquema Sumangali en la industria textil y del vestido de Tamil Nadu y sus conexiones con la cadena de producción (Understanding the Characteristics of the Sumangali Scheme in Tamil Nadu Textile & Garment Industry and Supply Chain Linkages) realizado por Fair Labor Association (FLA), fue un tema de especial relevancia para las organizaciones sindicales de la industria textil en La India y además, por las características del caso, era una situación con profundas oportunidades de mejora desde un ángulo legal, laboral y social, para sentar un precedente en la industria textil.

Mucho contexto, vamos al punto ¿Qué es el esquema Sumangali?

Sumangali es una palabra india que significa “mujer casada” o “mujer felizmente casada” y como concepto se utiliza desde los años 90 en La India, específicamente en la región maquilara de Tamil Nadu. Según el reporte de la FLA, el esquema Sumangali es una tipo de explotación laboral en donde se reclutan niñas de entre 14 y 18 años para trabajar durante tres años en la industria maquilera de la moda. Durante este periodo de tiempo, el empleador (o explotador) está a cargo de las niñas, proporcionándoles comida, un lugar para dormir y la capacitación en el trabajo en el que se desarrollarán, que generalmente tiene que ver con el proceso de hilado de las materias primas.

Este esquema es replicado en las familias de ingresos económicos bajos, considerados dentro del rango de pobreza, debido a que básicamente los empleados prometen hacerse cargo de las niñas y “ayudan” a sacar adelante a sus hijas, regresándolas con un oficio aprendido. Y en primera instancia suena bien, pero eso no es del todo cierto.

Mujer felizmente casada, o brutalmente explotada?

Al final de estos tres años de labores se les entrega una paga total que oscila entre los $9,000 y $20,000 pesos mexicanos, según el reporte original en el 2012, y que corresponde a un concepto viejísimo y terrible llamado “dote”, es decir, una cantidad de dinero que se ocupará para que las mujeres tengan “algo que ofrecer” y poder casarse, una de las aspiraciones máximas a la que las mujeres pueden acceder en La India.

¿Por qué es un problema?

El más obvio de los problemas con este esquema es la evidente falta de regulación y las razones por las cuáles se permite el trabajo infantil de esta naturaleza en La India. El sistema, lejos de darles una oportunidad para salir adelante a las niñas, lo que hace es estancarlas en un mismo círculo de pobreza y falta de oportunidades al salir prácticamente vendidas al mejor marido, sin tener la posibilidad de apelar a esta decisión.

Además, durante su estancia en las fábricas no reciben ningún otro tipo de educación que les proporcione herramientas para salir adelante por ellas mismas. Este esquema lo que único que permite es mano de obra barata que explota niñas y normaliza la esclavitud moderna para que cuando esas niñas se conviertan en mujeres, no esperen mucho más de un trabajo futuro.

Pero la cosa no se queda ahí, el término “Sumangali” ha sido un gran problema para poder combatir esta práctica en la región de Tamil Nadu, pues al ser una palabra que no tiene connotaciones dentro del marco legal y no es reconocida por la policía de la zona como una problema laboral, no hay mucho por defender en materia de derechos laborales; entonces se tendría que defender desde una visión de daño a los derechos humanos y más específicamente de daño a los derechos de los niños ¿no? Pues uno imaginaría que sí, pero justo por ser un término complicado, se pasan la bolita entre una asociación y otra para no tomar acciones fuertes en el asunto.

Esto no lo digo yo, lo dice el reporte Evaluación de Sumangali, publicado en 2019, y financiado por El Ministerio Alemán de Cooperación Económica (BMZ) y la Fundación C&A. Este reporte busca erradicar la condiciones extremas de explotación laboral en la industria Textil del Suroeste de La India.

Y es que la precariedad laboral es un concepto social que hace que las personas vivan oprimidas bajo un sistema que no les permite desarrollar habilidades para construir vidas más dignas. De hecho, no solamente evita la mejora de sus condiciones sociales, de salud y económicas, también hace que de hecho, empeoren, pasando de la sobreexplotación laboral, a la amenaza de marginación.

México, al ser un país maquilero por excelencia, ha desarrollado diferentes reflexiones publicadas en gacetas sindicales donde analizan este tipo de dinámicas de explotación laboral, en ellas, la discusión sobre las prácticas socialmente responsables en las maquilas de nuestro país, se toma muy en serio y, por lo menos en la teoría, muy orgullosamente podemos decir que México lleva la delantera en el análisis de casos globales para garantizar los derechos laborales.

Aunque el esquema Sumangali es cada vez menos promovido dentro de la industria de la moda y los esfuerzos de diferentes organizaciones a favor de los derechos laborales han intervenido para desarrollar nuevos esquemas de oportunidades laborales y desarrollo infantil, hoy la esclavitud moderna sigue siendo un problema muy fuerte en todo el mundo, del cual inevitablemente todos somos partícipes, pues es un problema desarrollado por la globalización.

Mientras no existan mecanismos que sostengan el desarrollo de las infancias vulneradas, estos problemas seguirán pasando. Hoy, la esclavitud moderna disfrazada de oportunidades laborales continúan en el ojo del huracán de los retos a superar como sociedad.

Yo no insisto en platicar sobre estos temas nada más para atormentar lectores, sino para recordarnos porqué la moda responsable debe y necesita ser posible.

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