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El boom de la moda de archivo: ¿Será más que una tendencia?

El boom de la moda de archivo: ¿Será más que una tendencia?

El boom de la moda de archivo: ¿Será más que una tendencia?

El boom de la moda de archivo: ¿Será más que una tendencia?

El boom de la moda de archivo: ¿Será más que una tendencia?

Por Fernanda RodríguezQue Hailey Bieber usando Mugler del 98, que Olivia Rodrigo en un Chanel del 95, que Zendaya en Roberto Cavalli 2011… Para una industria que lleva décadas priorizando lo más nuevo, la moda de archivo parece a primera vista un fenómeno extraño. Años escuchando a los medios alabar cuando una celebridad usaba un vestido recién salido de la pasarela para que hoy se viralice mucho más cuando alguien porta una pieza icónica de los 90.  Que hoy prácticamente todxs elijan ropa vintage para las alfombras rojas y que la reventa haya explotado tanto en los últimos años, debe ser solo una tendencia pasajera de la que nos vamos a olvidar pronto, ¿No?

La moda siempre es un reflejo de los tiempos en los que vivimos. E incluso si en un determinado momento nos vemos atraídos por la nostalgia o el pasado, eso es — irónicamente, también reflejo de los tiempos. Parece que la moda de archivo hoy está justamente de moda, porque estamos viviendo una época en la que las personas están buscando conectar con la historia y la cultura de piezas del pasado.

En lugar de ver hacia delante y buscar el «qué viene» —  la moda de archivo busca ¿qué se creó ya, pero conecta conmigo hoy? Una pieza de ropa, como cualquier elemento de materia física, tiene el poder de transportarte a un momento específico en un sentido simbólico, pues los objetos siempre guardan conexión con su contexto cultural. Por lo que usar una prenda de la que conoces su historia, incluso si tú no estuviste en ella, puede conectarte emocionalmente a ese momento.

Un filósofo alemán que se llamaba Walter Benjamin opinaba que las obras de arte siempre tenían un aura. Explicaba esta característica como su presencia en el espacio y el tiempo en el que existían. Decía que, en una reproducción, por ejemplo, por más que las cualidades técnicas del objeto fueran reproducidas exactamente, este no tendría nunca el aura del objeto original, es decir, la autenticidad de haber estado en contexto cultural en donde este se convirtió en objeto de arte. A ese contexto le llamaba valor de culto y lo describe como la relación de un espectador con una obra, cuando esta es contemplada como irreproducible precisamente gracias a la autenticidad de haber estado en el «aquí y ahora» de un momento que no se puede imitar.

Perdónenme la mini desviación filosófica, pero prometo que voy a llegar a un punto. Verán, cuando en la moda valoramos una prenda de archivo, lo que estamos haciendo es valorar su aura. Como con cualquier objeto de arte, una prenda tiene el poder de guardar ese valor. Y es precisamente ese carácter único e irrepetible que parece estar llamando nuestra atención hoy en día. Efectivamente, en una época en donde cualquier técnica material puede ser reproducible, mejor nos encontramos buscando auras. Conexiones, historias, recuerdos, momentos. Cosas que no puedes encontrar en el centro comercial, vaya.

En lo personal, entender el valor de culto de la ropa me parece una excelente alternativa en un momento en el que lo último que tendríamos que estar buscando es seguir produciendo. Así que por mí, que sigan los stylist sacando sus piezas de archivo. Acá en nuestra trinchera, los que no podemos acceder a Muglers del 99, vamos buscándole el aura a las prendas que están a nuestro alcance. Que valga más una buena historia que una simple novedad (esas cualquiera las hace).

¡Sigue de cerca el trabajo de Fernanda en @ferrodriguezcal!

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