Reflexiones sobre la Eco-Ansiedad y la Industria de la Moda
Por Paulina Jiménez
Con el mundo tal cual está ahora es inevitable sentirse abrumadx. Hay un listado que se siente infinito sobre tooodos los problemas ecológicos (y sociales) que existen en nuestro planeta y que parece que se acrecientan al entrar en el Mes de la Tierra.
La eco-ansiedad es muy real. Es fácil sentirse desalentadx conforme más te involucras y aprendes sobre el impacto ambiental y social de la moda. Sentir que las acciones, tanto personales como externas, no son suficientes ni atacan el problema a la velocidad que deberían. Aunque estas sensaciones son completamente normales, debemos cuidar de nuestra salud física y mental. Para ello, hay que saber:
¿Qué es la eco-ansiedad?
Tal cual lo describe la palabra, es la sensación de ansiedad ante el futuro del medio ambiente. Se trata de una profunda y frecuente inquietud ante la incertidumbre de los problemas causados por el cambio climático.
Puede sentirse como sentimientos abrumadores que inundan tu mente, como sentir culpa por las acciones que sí o no has tomado en cuanto a temas de cuidado del medio ambiente y puede llevarte también a sentimientos o sensaciones de burnout, cansancio, pánico, estrés y más cosas que sólo elevan tu ansiedad.
El tema con esta ansiedad ambiental es que la culpa que sentimos por “no hacer lo suficiente” también nos lleva a paralizarnos. Algunas personas, al sentir esa carga de conciencia terminan mejor por evitar el tema por completo, porque sienten que cada vez que sale el tema, o alguien más lo menciona, les hace sentir que son malas personas.
Es una broma cruel del universo que sintamos ansiedad por no hacer lo suficiente y luego sintamos ansiedad por estar ansiosos y paralizados. Inserte meme de cuando te estresas por estar estresado.
El ciclo sin fin
Aunque muchas veces la lógica no sirve cuando existe la ansiedad en una persona, de todas formas me siento con la obligación de decirlo: No es tu culpa.
No es tu culpa que sientas que no puedes hacer lo suficiente y tampoco es tu culpa que otras personas tengan otras facilidades que tú no tienes para tomar ciertas acciones y tampoco es tu culpa que tooodo esto te de ansiedad. Y es que hay muchos factores que hacen de la moda sostenible un tema complejo, incluso aunque sólo se hablen de acciones individuales.
Mi propio overthinking eco-ansioso me llevó a diseccionar el tema por capas. (Ya sabes, para encontrar la lógica en la ansiedad):
Todo comienza cuando empiezas a aprender las partes más básicas: Comprar demasiado, materiales que contaminan, empresas que rayan en ser el villano de cualquier película y nosotros, los mortales, somos estos poderosos agentes de cambio que con su individualidad y amor van a cambiar el mundo.
Muy bonito e idealista todo.
El tema es que, conforme más aprendes, así como Greta Thunberg, te das cuenta de que la raíz de todos los problemas de este mundo viene del Capitalismo Hetero-Patriarcal (nombre que, por cierto, los medios se han encargado de ridiculizar). A este punto, no te mentiré, la mayoría pasamos por una parte de radicalización.
Comienzas a juzgar a los demás por no saber, por no leer, por no informarse. Te conviertes un poco – o mucho – en esta personita pesada que generaliza y que supone que todo mundo tiene la capacidad de tomar las mismas acciones que tú. Que todo mundo puede y debe volverse el ecologista perfecto que es zero-waste y compostador. Que todos tenemos las únicas opciones adecuadas para vestir: Marcas sustentables y/o ropa de segunda mano.
Porque, ¿todos tenemos la misma economía para consumir las mejores marcas sostenibles, no? ¿todos encontramos nuestras tallas siempre, no? ¿todos vivimos en lugares con acceso a las tiendas y marcas correctas, no? ¿todos estamos en las mismas condiciones… no?
Y es ahí donde realmente te cae la bomba. El discurso de “unidos y comprando las cosas correctas todos cambiamos al mundo” tiene muchos huecos. Porque sí, la comunidad, como ente, tiene la capacidad de modificar las cosas… así es como se logran los cambios. Pero también hay que tomar en cuenta otros factores que se alejan de la individualidad. No sólo el tener las condiciones o información adecuadas, si no también existen otras cosas que no están realmente al alcance de la mayoría.
Como por ejemplo, las leyes, las regulaciones y certificaciones privadas, la red enmarañada de producción de ropa y otros productos que está tan incrustada en los funcionamientos de las grandes empresas que se sienten impedidos de generar algún tipo de cambio significativo por cuestiones de costos…
Y esa es. Esa es la sensación de impotencia que termina convirtiéndose en ansiedad ambiental.
¿Qué hacemos al respecto?
Como te mencionaba al principio. La eco-ansiedad es normal y no es tu culpa. Tristemente, es parte de lo que nos toca vivir en la realidad actual, pero eso no significa que todo el tiempo debamos dejar que esa ansiedad gane. Al final, como yo lo veo, no es sólo una meta al final del camino, si no una carrera de resistencia.
Habrá momentos donde puedas sentir más o menos ansiedad, y en esos lapsos date la oportunidad de cuidar de ti, de tu salud mental y de concentrarte en las cosas que sí puedes hacer.
Mis mejores consejos para la ansiedad ambiental:
- Concéntrate sólo en lo que sí está en tus manos y en tus posibilidades y procura no compararte.
- Encuentra comunidades o personas de las que puedas aprender más, ya sea que te den sus tips para remendar la ropa o sus consejos para afrontar esos momentos de crisis. Hablar con quienes sienten cosas similares a ti puede ser muy liberador.
- Sigue aprendiendo y leyendo. La verdad nos hará libres y pienso que, en este punto, soy creyente de que aprender más, aunque puede causar ansiedad, también tiene su lado positivo.
