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El Arte del Intercambio de Ropa: Renueva tu clóset, alarga la vida de tus prendas y crea comunidad

El Arte del Intercambio de Ropa: Renueva tu clóset, alarga la vida de tus prendas y crea comunidad

El Arte del Intercambio de Ropa: Renueva tu clóset, alarga la vida de tus prendas y crea comunidad

El Arte del Intercambio de Ropa: Renueva tu clóset, alarga la vida de tus prendas y crea comunidad

El Arte del Intercambio de Ropa: Renueva tu clóset, alarga la vida de tus prendas y crea comunidad

Por Laura MarquezCada cierto tiempo, un grupo de amigas y yo organizamos un swapping o intercambio de ropa. En esencia, una reunión en la que cada quien lleva ropa en buen estado que ya no quiera o ya no use para intercambiar por prendas que hayan llevado las demás. Todo lo que se quede al final, que ya nadie quiera llevarse, usualmente lo donamos a organizaciones sociales o bazares de segunda mano. Obviamente, no pueden faltarnos el tiempo de calidad y la buena conversación mientras vemos la ropa, nos la medimos y pedimos consejos de styling.

Hace días, mientras organizaba mi clóset y separaba ropa que ya no uso, me quedé pensando en esta dinámica. ¿Cuál será la historia del swapping? ¿Qué nos lleva a participar? ¿Qué implicaciones tiene? Para responder a la primera pregunta, comencé a investigar más sobre el contexto del momento en que vivimos. El factor económico es muy importante: después de la crisis financiera del 2008, hubo cambios significativos en los hábitos del consumidor y en las tendencias del mercado. Por un lado, los consumidores comenzaron a preocuparse por alargar la vida útil de los productos, compartirlos con otras personas y adoptar el hábito de reciclar y reusar. Por otro lado, múltiples industrias, incluyendo la de la moda, se han esforzado por reducir su impacto negativo en el medio ambiente modificando sus operaciones, materiales o incluso comunicaciones para hacerlas más sustentables.

El papel del consumidor de moda es clave aquí. En los últimos años, prácticas como la renta, la reventa y el intercambio de ropa se han vuelto más populares. Incluso, se han convertido en experiencias completas o eventos recreativos. Aunque históricamente el intercambio siempre se ha realizado dentro de la familia, (¿a quién nunca le pasaron ropa de una hermana o una prima mayor?), el swapping moderno es un fenómeno cultural relativamente reciente y muy interesante. Según recientes investigaciones, tiene que ver con un cambio cultural en los valores, las normas y las creencias de las generaciones más jóvenes. A los adultos de entre 18 y 35 años, millennials y Gen Z sobre todo, nos interesa cada vez más reemplazar el consumo tradicional de ropa por alternativas sostenibles que causen menos desgaste ambiental y que además nos permitan sentirnos como parte de una comunidad.

De hecho, estudios demuestran que muchas de las personas que participamos en un swapping lo asociamos con diversión, entretenimiento, aventura y relajación. Aparte, es una actividad que nos permite crear lazos sociales y amistades con personas que comparten creencias y formas de pensar parecidas a las nuestras. En mi caso, el swapping con mis amigas va más allá de la acción de sacar ropa e intercambiarla, porque ahora es una ocasión especial que nos permite reconectar como amigas. Además, es una forma de romper con nuestras rutinas de la vida diaria. Otras investigaciones indican que las personas participamos en el swapping porque nos interesa que quienes reciban nuestra ropa la aprecien, la cuiden y, sobre todo, la disfruten. No solo es una forma de crear comunidad, sino también de crear una conexión personal con la ropa y rescatar la práctica tradicional del intercambio, que se había perdido ante el consumo tan acelerado y automático de productos nuevos.

Después de toda esta investigación y reflexión, concluí que el swapping es más que una transacción; es un reflejo de cómo han evolucionado nuestras creencias. Para mí, esta actividad no es solamente una forma de renovar mi clóset o cumplir con la tarea de limpiarlo, sino una oportunidad de fortalecer mis amistades y compartir experiencias y creatividad. También nos invita a repensar nuestra relación con la moda y nuestros hábitos de consumo, y a priorizar la comunidad y la sostenibilidad sobre la acumulación y el desperdicio. Al final del día, creo que el swapping es una celebración de la moda consciente y un recordatorio de que lo realmente valioso de la ropa está en las conexiones que nos permite formar con otras personas.

Sigue de cerca el trabajo de Laura en @lauramarquez00

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