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El lado oscuro de la ropa de paca

El lado oscuro de la ropa de paca

El lado oscuro de la ropa de paca

El lado oscuro de la ropa de paca

El lado oscuro de la ropa de paca

Por Francelia Bahena

Aurora es una comerciante “chivera”, dedicada a vender mercancía que trae desde la frontera de Texas: despensa, artículos de belleza, enseres personales, ropa, adornos para el hogar, medicinas, pequeños muebles, juguetes. Viaja en autobús varias veces al mes de Monterrey a la frontera para traer sus productos y ofrecer novedades a sus clientes en el mercado en que se instala cada semana. Un día, un hombre de alrededor de 40 años ingresó a su local pretendiendo comprar algo y desde entonces comenzó a frecuentar el lugar y a adquirir artículos diversos. Aurora, una mujer acostumbrada a ser cordial con su clientela, se encontró conversando con él. Con el tiempo, el individuo llegó a encargarle mercancía y, al igual que otros clientes, la recogía en casa de Aurora. Cuando hubo más confianza entre ellos, el hombre le hizo un ofrecimiento para que hiciera más grande su negocio y tuviera más espacio, más mercancías, mejores ventas e ingresos y accediera a un nivel de vida más alto. Lo que tenía que hacer era viajar en una camioneta que él le regalaría y dejarla durante varias horas estacionada en un sitio específico en la frontera de Texas, a donde llegaría alguien por el vehículo para descargar la droga oculta y después lo regresaría al mismo lugar. Una vez que Aurora hiciera las compras, volvería a Monterrey con la camioneta. La recompensa sería el propio automóvil y 5000 dólares por cada viaje. Ante la negativa de Aurora, el hombre la presionó durante varios meses: la llamaba a su teléfono celular, a su casa y la visitaba en el local en momentos en que estaba sola. Aurora nunca comentó el hecho con nadie en el mercado, sólo conversó sobre este hombre cuando otras comerciantes destacaron que traía mucho dinero en la cartera y que era muy buen cliente.

Desde hace algunos años, específicamente desde que comenzó el movimiento #WhoMadeMyClothes liderado por Fashion Revolution en el 2013, han sido muchísimos los esfuerzos de comunicación que se han hecho por acercar herramientas y dar opciones que ayuden a los consumidores a abrazar a la moda desde una perspectiva más responsable.

Desde conferencias, convenciones y acuerdos generados de manera política buscando un impacto colectivo internacional, hasta la creación de espacios conscientes como revistas (Noise Mag como primer ejemplo jijiji), blogs y asociaciones locales que pretenden ayudar de forma individual pero también partiendo desde la comunidad.

Gracias a estos esfuerzos, se ha logrado visibilizar a las partes más oscuras de la industria de la moda y entender que son problemas que no sólo ocurren en Bangladesh: maquiladoras que no cumplen con los requerimientos básicos de seguridad y/o salud, empleados mal pagados, recursos mal utilizados, mal manejo de residuos, greenwashing… la lista es larga pero las ganas de cambiar la industria también lo han sido.

Desafortunadamente muchas veces, ya sea por exceso de ésta información o por recurrir a fuentes que carecen de una investigación profunda previa (necesaria para plantear este tipo de soluciones) es fácil que caigamos en falacias de cambio que te hacen sentir que estás haciendo lo correcto o que estás logrando una solución definitiva a todos los problemas de sobreconsumo en la moda.

@aleramosjaime Falacia de la ventana rota. #Bastiat #economia #aprendeentiktok ♬ The Banjo Beat, Pt. 1 – Ricky Desktop

Específicamente, en los últimos años se ha difundido en algunos espacios información sobre el consumo de ropa de pacas como alternativa definitiva y prioritaria al consumo de fast fashion y hoy vengo a abrirte los ojos. Con este artículo pretendo que entiendas el contexto y las condiciones injustas que existen en el país bajo las cuáles ha crecido el negocio de la ropa de paca y a partir de eso puedas tener un consumo más informado y dejar de romantizar a la paca… porque es algo que ha empezado a ocurrir. Déjame explicarte.

El problema de la ilegalidad

En el norte de nuestro país, la fayuca (palabra para referirse a la entrada ilegal de mercancía al país y que generalmente representa los “desechos” del norte global) es una de las formas de negocio que más generan flujo de dinero “la economía de ciudades como Laredo y McAllen está más vinculada a México que a Estados Unidos en diferentes escalas a partir de las dinámicas de exportación” Estas dinámicas surgen de la compra-venta de artículos generalmente provenientes de manufactureras asiáticas hacia el mercado mexicano. A pesar de ser ilegal este negocio ha existido, casi de la misma forma en que lo vivimos ahora, durante mínimo 50 años.

El antropólogo Efrén Sandoval, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Programa Noreste en Monterrey Nuevo Leon, realizó un estudio de campo en donde explica la dinámica económica de este negocio:

“En la frontera estadounidense, intermediarios de origen judío, chino, coreano, mexicano e indio venden las mercancías a comerciantes mexicanos que pueden ser: a) comerciantes tiangueros o tipo “chivera” que venden al consumidor final en mercados populares o en sus propios domicilios; b) fleteros o pasadores, especializados en el transporte transfronterizo de mercancías, pero que suelen comercializar mercancías, no sólo cobrar por los servicios de transporte. Para cualquiera de los dos cruzar la frontera con sus mercancías implica una relación o interacción con uno o varios agentes del Estado mexicano empleados aduanales– encargados, en principio, de controlar el ingreso de mercancías de importación.”

¿Cómo logra entrar esa mercancía al país? A través de pequeños acuerdos monetarios que recibe cada persona por la que tiene que pasar la fayuca para llegar al mercado mexicano. Básicamente a través de sobornos.

Pero esperen, esta nota no es un discurso en contra de las cosas ilegales en el país, pues hay cosas que son ilegales en el país y no por eso están mal, el más claro ejemplo es que hay algunos estados en donde el aborto aún no es legal.

El problema es la forma en que el Estado ha permitido que sea ilegal, transformando las organizaciones sindicales de tianguistas (en donde generalmente se vende la paca) que originalmente nacieron para defender los derechos laborales, en organizaciones que funcionan a base de sobornos y terminan por generar vínculos de confianza entre los vendedores primarios, los transportadores de la mercancía y los tianguistas o vendedores secundarios de la cháchara (otro nombre para decirle a la fayuca) pero a través del poder y el miedo, en vez de la solución conjunta de derechos que realmente les garanticen protección y mejores condiciones de vida.

En pocas palabras, la entrada ilegal de pacas al país a pesar del increíble ingreso económico que representa, hace vulnerables a los comerciantes a ser víctimas de otras formas (que verdaderamente sí son peligrosas) alrededor de las prácticas ilegales, como el narcotráfico, que durante el 2010, según Sandoval, provocó una de las peores crisis de poder en el norte del país y hasta ahora se siguen viviendo los estragos, como la historia de Aurora.

Ropa para pobres

“Seguimos teniendo dos bandos en eso de producir, poseer y consumir.” Afirma el investigador posdoctoral de la Universidad de Leiden, Roberto Valcárcel Rojas en su texto Vestir al otro en el caribe. Ropas para indios y pobres, refiriéndose a los procesos en que las personas latinoamericanas seguimos adquiriendo ropa proveniente de países Europeos o del norte global pero que generalmente fue fabricada en maquiladoras asiáticas y que terminan cruzando océanos a países económicamente menos fuertes, después de ser usada (o no) por personas que representan la idea del “progreso”.

Exactamente de la misma forma en que se evangelizó con la ropa a los habitantes originarios en América cuando fue ‘descubierta’. “Como dijo Enrique Dussel, el descubrimiento fue encubrimiento pues el Otro, el vencido, fue ocultado y transformado. Literalmente, la ropa que cubrió estos cuerpos sometidos y oprimidos ayudó en tan lamentable tarea.”

Este tipo de discursos académicos plantean un escenario que desde mi perspectiva es desalentador, pues básicamente explican la lógica de poder económico, político y social que significa el negocio de las pacas: El mercado orilló a distintos comerciantes a voltear a ver las “sobras” de cierta parte de la población mundial para venderla (en la mayoría de los casos por necesidad) a otras personas que aspiran comprar esa ropa ya sea por que representa un ahorro fundamental en su economía o porque representa una idea específica de desarrollo eurocentrista.

Por supuesto que esta perspectiva tiene muchas más aristas y en muchos de los casos la compra de ropa de paca se ha resignificado, sobre todo desde la perspectiva individual de acciones entorno a la sustentabilidad, donde no hay nada más sustentable que lo que ya existe y por ende es preferible comprar en un tianguis algo usado o que de todas maneras ya estaba fabricado.

Pero nuevamente y para que quede bien claro, esta no es una nota que te recomienda (y mucho menos si es algo que has hecho durante toda tu vida como un acto de resistencia) dejar de comprar en ropa de paca. Simplemente es necesario que analices lo que está involucrado en este negocio para que sigas cuidando tus compras, no porque sea de segunda mano merece la pena comprar constantemente y no porque sea de segunda mano significa que es la solución, a final de cuentas el consejo universal siempre es y seguirá siendo: cuestiona lo que consumes y pregúntate si verdaderamente lo necesitas.

He aquí el riesgo de romantizar a la paca desde una perspectiva ignorante, pero también recuerda antes que nada que las condiciones individuales siempre afectarán la forma en que se relacionan con el mundo y por ende, la forma en que consumes, con lo que quiero decir que tampoco satanices a la banda que utiliza a la paca como fast fashion (aunque esté mal), la moda responsable no es un proceso de evangelización, es un proceso de orientación.

Fuentes de información

El desplazamiento de lo posible: experiencia popular y gentrificación en el Centro Histórico de Ciudad de México. Disponible en: https://revistas.flacsoandes.edu.ec/iconos/article/view/2120/1487

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México ¿gentrificación o repoblación? Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-84182016000200007

Vestir al otro en el caribe. Ropas para indios y pobres. Disponible en: http://repositoriobiblioteca.intec.edu.do/bitstream/handle/123456789/2414/10.22206cys.2017.v42i3.pp85-93.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Economía de la fayuca y del narcotráfico en el noreste de México. Extorsiones, contubernios y solidaridades en las economías transfronterizas. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1607-050X2012000100004

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