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Cely Huús: reconciliarte con tu cuerpo y pensamientos a través de la ilustración

Cely Huús: reconciliarte con tu cuerpo y pensamientos a través de la ilustración

Cely Huús: reconciliarte con tu cuerpo y pensamientos a través de la ilustración

Cely Huús: reconciliarte con tu cuerpo y pensamientos a través de la ilustración

Cely Huús: reconciliarte con tu cuerpo y pensamientos a través de la ilustración

Por Claudia Aguilar

Las ilustraciones de Celina o Cely, como se hace llamar en Instagram, son una muestra muy colorida de que cada persona, a su ritmo y tiempo, florece. A través de sus viñetas, esta chica originaria de Colima, que renunció a su carrera profesional para dedicarse a dibujar, pone sobre la mesa la importancia de pausar, reflexionar y cambiar de dirección si es necesario con tal de hacer aquello que te haga feliz.

Para ella, la vida es muy corta como para aferrarse a sueños, personas, relaciones y pensamientos que marchitan el alma. Por eso, las gigantes que protagonizan su trabajo le dicen adiós a todo lo que no las deja crecer, como las expectativas corporales, estereotipos y otras presiones sociales que las mujeres solemos cargar.

Platiqué con Cely sobre su chamba y cómo es que el arte puede ser un refugio y, en ocasiones, también una herramienta para sanar.

 

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Cely, cuéntanos un poquito de tu trayectoria.

Estudié diseño gráfico en la universidad de Colima. Antes a mí me gustaba la ilustración, pero no sabía bien cómo era y los únicos referentes que tenía eran hombres. Sus trabajos eran muy elaborados, tenían una técnica complicada y, cuando yo los veía y comparaba con los dibujitos que hacía en mi libreta, decía que estaba muy lejos de hacer algo similar. No tenía con quién identificarme y el sueño de ser ilustradora lo veía cada vez más lejos. Por esto, seguí en el diseño gráfico.

¿En qué momento decidiste dejar de lado tu carrera para dedicarte a la ilustración?

Cuando salí de la carrera, inicié como diseñadora gráfica. Empecé a trabajar en diferentes empresas. A la par, yo seguía dibujando, pero era solo un pasatiempo. Conforme pasó el tiempo e Instagram tuvo su boom yo empecé a subir mis dibujos. Recuerdo que hacía mucha acuarela. 

Seguí enfocada en mi carrera profesional como diseñadora hasta que tuve una crisis de ansiedad en un trabajo. Me di cuenta de que ya no me quería seguir contando el cuento de que quería ser una gran diseñadora web. En realidad, mi corazoncito quería hacer dibujos. Renuncié al trabajo que tenía, intenté trabajar como freelance y comencé a darle más tiempo al dibujo.

En 2018 compré mi primer iPad y pude explorar otras técnicas, además de la acuarela. Fui explorando mi estilo, lo que me gustaba hacer. Mi cuenta fue creciendo poco a poco y pude conectar con más gente. Esto me abrió las puertas. Mi primera colaboración como ilustradora fue con la revista ELLE. Me hablaron y me dijeron que querían una ilustración para un artículo. Yo me sorprendí mucho. Con esta colaboración me enfoqué más en la ilustración y fue durante la pandemia cuando decidí dejar el diseño y dedicarme solamente a la ilustración.

 

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Entonces ¿te inclinaste hacia la ilustración por un tema de liberación y autocuidado?

Sí, total. La ilustración era el lugar al que yo siempre iba a contar las cosas que me pasaban.  Siempre digo que dibujamos lo que somos, lo que sentimos, lo que vivimos.

¿Cómo definirías tu técnica y en qué se basa?

Actualmente, soy 100% digital. Pinto mucho con acrílicos, pero eso se queda más en mis libretas. Son mis bocetos y los uso para pasar más tiempo conmigo. Lo demás sí lo hago en digital. Todo el tiempo estoy experimentado.

En tus ilustraciones podemos ver a mujeres grandes, poderosas, que ocupan todo el espacio o en este caso toda la viñeta. ¿Quiénes son estas chicas?

No me doy cuenta, pero las chicas termino siendo yo. Inconscientemente me dibujo a mí misma, pero desde las diferentes perspectivas de las cuales que me veo. Antes dibujaba a las chicas con cabezas muy grandes, y esto era porque yo así me sentía. Era mi forma de procesar mi trauma con el tamaño de mi cabeza. Ahora la veo y digo: “Ah, es una cabeza normal”. Pero en ese tiempo estaba obsesionada con el tema. A la vez, en esa época, mi cuerpo era algo que yo no abrazaba tanto. Crecí odiándolo mucho, entonces me enfocaba en la cara y hacía un cuerpo chiquito y muy equis. Claro, que también fue de la mano de aprender a dibujar más.

Hace cuatro años empecé a querer mi cuerpo, mis piernas grandes. Hay muchas piernudas como yo y quise dibujarlas. Para mis dibujos de ahorita yo me tomo muchas fotografías, así puedo ver cómo se ve un brazo u otra parte del cuerpo. Soy yo debajo de la ilustración, hay una foto mía ahí que traté de sacar para la pose.

 

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¿Cuáles son los temas que sueles explorar a través ellas?

Voy ilustrando lo que siento. En algunas ocasiones son cosas más específicas, como cuando el feminismo me encontró y yo a él, como hace cuatro años. Me acuerdo de que fue algo que me impactó mucho. Fue algo que quise abordar en mis dibujos: lo que pensaba al respecto y sentía.

La salud mental también es un tema al que recurro mucho, porque creo que como a mí a más personas les tocó lidiar con esta parte en pandemia. A veces, cuando estoy enamorada, también exploro temas del amor. Siempre reflejo las cosas que me pasan o veo.

Otra característica de tu trabajo es que de repente podemos ver solo tonos azules y rosas, o solo amarillo y otros colores más cálidos. Parece que las chicas viven sus propias estaciones.

Un amigo siempre me dice que se da cuenta de cómo estoy de ánimo por la paleta de colores que uso en mis ilustraciones. Hubo una época en la que yo dibujaba todo negro sobre fondo rosa. En otra, usé más verde, amarillo y naranja, porque era en donde estaba más feliz. Ahora tengo una obsesión con dos tonos de azul. Quiero pintar todo con ellos. Creo que como estoy pasando un proceso de ansiedad y de encontrarme a mí misma, quiero todo de azul. El azul para mí es muy melancólico. Supongo que ya que pase todo esto podré regresar a otros colores.

 

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¿Para ti cuál es la importancia de reflejar todos estos pensamientos y sentimientos que tienes, de representarte en estas ilustraciones?

Me hace muy feliz que haya personas que se sientan identificadas con lo que yo estoy sintiendo. A veces pienso que soy la única que pasa por tal o cual cosa, pero cuando subo mis ilustraciones me encuentro con gente que me dice que se siente igual. Me pasó cuando subí algo relacionado con mi abuelito. Resultó que había más personas que tenían la imagen de sus abuelitos muy cercana a ellas.

En general, saber que hay más que se identifican o encuentran un consuelo en lo que hago, se siente muy bonito. Me siento feliz de poder ayudar.

Además de estos apapachos colectivos, ¿qué otros mundos, pensamientos o reflexiones se han abierto o han surgido a partir de tus ilustraciones?

Creo que lo sentimental es mucho, pero también el feminismo ha llegado a más mujeres. También la representación de cuerpos. Siempre me dicen que les encanta ver mis dibujos porque se ven reflejadas en ellos. Se ven representadas, y esto las hace feliz.

¿Qué consejo le darías a más personas que quieren dibujar o sanar a través del dibujo?

El dibujo a mí siempre me ha servido mucho de terapia. A mi hermano le digo mucho que cuando se sienta mal dibuje, lo que sea, aunque no tenga sentido. A veces esto ayuda mucho a drenar lo que sentimos. Parece no tener sentido, pero puede salir algo de esos trazos.

 

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Instagram: @ladamitadelosperros 

 

 

 

 

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