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El adiós de Sarah Burton a McQueen: ¿Dónde empieza uno y termina el otro?

El adiós de Sarah Burton a McQueen: ¿Dónde empieza uno y termina el otro?

El adiós de Sarah Burton a McQueen: ¿Dónde empieza uno y termina el otro?

El adiós de Sarah Burton a McQueen: ¿Dónde empieza uno y termina el otro?

El adiós de Sarah Burton a McQueen: ¿Dónde empieza uno y termina el otro? 

Por Fernanda Rodríguez Sarah y McQueen, Burton y Lee. 14 años fueron los que Sarah Burton pasó trabajando de la mano de Lee Alexander McQueen. 13 los que vivió como Directora Creativa después de la muerte del diseñador. Más de 26 en total. Más de los que tengo yo y muchos más de los que vemos en las direcciones actuales de otras marcas.  

En una época de cambios continuos y estabilidades a medias, la trayectoria de la reconocida diseñadora en la emblemática firma inglesa es para los libros de historia. De entrada, tomar las riendas de una marca homónima no es tarea fácil, pero además hacerlo con una de un enfoque tan especial como el de McQueen parece un reto de otro nivel. Sarah no solo consiguió mantenerse fiel a la identidad artística y disruptiva original de Lee, sino que además, lo hizo mientras también logró crecer el negocio.  

Sarah Burton joined McQueen in 1997: He was this incredible man, so  inspirational; he would challenge you all the… | Sarah burton, Alexander  mcqueen quotes, Mcqueen

Sin ceder en ADN, el McQueen de Burton ha hecho lo que pocos en la actualidad: rentabilizar el ready-to-wear. Del 2014 al 2022 las ventas de la firma crecieron de 220 a 830 millones de euros. Sin necesidad de depender demasiado de categorías como los accesorios o la perfumería y además protegiendo una visión extremadamente compleja – por decir lo menos. McQueen no solo hacía ropa, contaba historias. Construía narrativas a través de piezas de tela, desfiles y sesiones de fotos – y Sarah lo ayudaba. Cuando Lee se fue y Burton quedó al mando, esta no solo supo seguir creando los relatos y aplicar las expresiones creativas en piezas tangibles y comerciales; sino que además consiguió incorporar algo nuevo, algo suyo. Así, en la misma cantidad de años que han pasado desde que se estrenó Titanic, Sarah y McQueen se convirtieron en uno mismo.  

Es sumamente complicado que un diseñador asuma el mando de una casa tan emblemática sin perder la esencia de esta, pero es aún más dificil lograr a la vez introducir una nueva visión. Las colecciones de Sarah respetaban los códigos, hablaban el mismo lenguaje que las de Alexander y, sin embargo, eran distintas. Se comunicaban a través de la voz de Burton. Cuando pensamos en las claves piezas de su carrera, el icónico vestido de novia de Kate Middleton o el strapless negro que diseñó para Lady Gaga el día que esta hizo historia en los Oscars, podemos visualizar la evolución de una unión que empezó hace poco menos de 30 años pero que, de alguna manera, se siente mucho más histórica que eso.  

La dinámica entre Sarah y McQueen fue delicada y poderosa, dramática y sencilla. La última colección que veremos de Burton para la marca será la de Spring 24 en el Fashion Week de París, por lo que quizás es un poco pronto para preguntar, sin embargo, ya desde ahora no puedo evitar pensar en qué vendrá para Sarah – o lo que es lo mismo, para McQueen. 

Instagram: @ferrodriguezcal

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