Sobre Oro, Diamantes y Todos Los Mitos del Amor Romántico

Por Gabriela NavaTal vez es la energía del 14 de febrero, tal vez son todas las parejas comprometiéndose en mi feed Instagram o tal vez la crisis de los 20s. Pero nunca me había interesado tanto por los anillos de compromiso como ahora.

Piezas sumamente costosas que se relacionan con esta idea del amor romántico de cuento de hadas y del vivieron felices por siempre. En la expectativa social tradicional de lo que debería de hacer una pareja para terminar de consumar su relación es: enamorarse, comprometerse con un anillo y después casarse. Se consideran un paso fundamental para consolidar el amor real.

Pero como personas del 2024 que están intentando aprender sobre nuevas formas de consumo y desaprender lo socialmente establecido es importante que nos hagamos varias preguntas ¿Qué hay detrás de esta narrativa, qué tanto estamos siendo influenciados por el marketing y la cultura pop, y que tan ético y sustentable es el comprar estas piezas de joyería en el 2024?

Si eres una bride to be o simplemente te encanta aprender más sobre estos temas entonces quédate a leer porque le daremos una importante revisión al símbolo universal del hasta que la muerte los separe.

Para dar un contexto general sobre estas piedras preciosas los diamantes se hacen bajo condiciones muy específicas. Aunque los podemos encontrar en todo el mundo el mayor yacimiento se ubica en África. No son raros y mucho menos escasos, en realidad existen demasiados. Una de sus características primordiales es la dureza, en la escala de Mohs el diamante equivale a un 10 y solo se pueden cortar con otros diamantes de mayor dureza.

Las reglas de los anillos de compromiso dicen que el costo debe de ser del equivalente a 3 meses de sueldo del novio. Lo que siempre dice mi mamá es que deben de ser un diamante en solitario sobre una banda de plata, oro o platino. En la cultura pop existen anillos que han influenciado la moda como el de Lady Di/Kate Midelton, Megan Fox o Hailey Bieber de los cuales podemos encontrar réplicas en casi todas las tiendas de joyería fina o hasta bisutería.

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Todas estas anticuadas tradiciones le valieron madre a mi amiga Frida. No negaré que me causó mucho asombro cuando vi su historia en la que contaba que le dijo a su novio que un Iphone y un anillo costaban lo mismo y que mejor le comprara el celular porque lo iba a usar más. Yo no podía creer, en mi mente TODAS las novias deberían de querer un anillo, pero me hizo cuestionarme hasta qué punto le damos tanto poder a una pieza de joyería. ¿El amor de nuestra pareja se reduce al tamaño de una piedra?

Hace poco se hizo viral un TikTok donde criticaban a una chica porque su novio le pidió matrimonio con un anillo de Pandora. Los comentarios escribían cosas como “Amiga sal de ahí” “Que te compre un anillo así es una red flag”. Satanizan el regalar un anillo “barato” como si el mercado de la joyería fina no tuviera secretos a voces.

Si no estás familiarizado con el término “Diamante de Sangre” o con la película, yo te explico un poco sobre el lado turbio de la extracción de estas piedras preciosas, la historia de la mina de Kimberly, el monopolio y por cuáles alternativas puedes optar para llevar un consumo más ético y amigable con el medio ambiente.

En 1870 se descubrieron los yacimientos más grandes de minas de diamantes en África, específicamente en Sierra Leona. Anterior a eso la extracción de estas gemas era limitada y existía una escasez del producto por lo que se consideraba una rareza y un lujo. Este incremento abismal de producto creó un devaluación de la piedra por lo que la empresa De Beers quienes habían adquirido la mayoría de la minas de la zona decidieron crear una escasez artificial, en la que se extraían los diamantes pero colocaban a la venta muy pocos para seguir justificando su rareza y su elevado precio.

La extracción de esta gemas generó una fiebre de los diamantes de la zona, propiciando la explotación laboral, esclavitud, mala practicas y desplazamiendo de grupos originarios de sus tierras porque eran zonas donde podian haber minas. La empresa De Beers es criticada por haber financiado la guerra civil de Sierra Leona por el control de las minas de diamantes.

En el 2005, se fundó el Proceso de Kimberley llamado así por la mina homónima que pertenecía a la compañía De Beers. Este certificado garantiza que los diamantes de mina no proceden de países en conflicto o de zonas en guerra o mejor dicho, que no son diamantes de sangre.

Qué alternativas hay

Es importante mencionar que NO necesitas un diamante para tu anillo de compromiso. La minería es una industria sumamente contaminante y como hemos revisado en el pasado ha propiciado la explotación y guerras. Pero es real que las piezas de estos metales y piedras preciosas son más duraderas.

Así que aquí te comparto mis consejos para poder realizar joyería fina de forma más responsable.

Recicla los metales: Puedes comprar oro usado en casas de empeño o reutilizar joyería que ya no utilizas para que se funda y a partir de eso crear una nueva pieza.
Gemas de Laboratorio: Son mucho más económicas y te garantizan la transparencia y que no te mientan, no hay diferencia visible entre un diamante de mina y uno de laboratorio.
Joyero de confianza: Busca a un joyero local y de confianza con el que puedas llevar el proceso de confección y de diseño de la pieza de forma mucho más personal. Esto evitará que entre tu y tu anillo existan un montón de pasos de la cadena de producción que te impidan conocer la procedencia de las materias primas.

El cuánto quieres a tu pareja no se mide con una roca cara y un pedazo de metal. El amor se expresa y se manifiesta de distintas maneras. Se que el mundo a veces nos incita ciegamente al consumo, nos comparamos y queremos más, deseamos más. El cariño y aprecio se puede manifestar sin objetos materiales.

Los regalos son maravillosos pero no te sientas mal ni te compares si no puedes darle a tu pareja la gran roca para su anillo, al final estoy segura que el amor que sienten el uno por el otro brilla mucho más que cualquier diamante.